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Las manos del omega tocaban el torso del alfa reclamando  ansiosas sentir el calor que emanaba su piel. Harry sin dudarlo se deshizo de su camisa, desgarrandola sin importarle menos, de la misma manera que lo hizo con la remera del castaño, robándole varios jadeos en el trayecto.

"Harry!"reclamó gimiendo Louis.

El rizado siguió recorriendo con su lengua el cuello del Omega apretando entre  sus manos los muslos rellenos  "Yo compro más" gruñó jadeante contra su piel.

Siguió recorriendo el torso del castaño llegando hacia su pecho, dónde lamió y mordisqueó su pezón derecho, mientras estrujaba entre sus dedos el otro.

"Oh, H-Harry!" Gimió hundiendo su cabeza entre los almohadones. Una correntada de calor recorría su interior, concentrándose en su intimidad, provocando que su lubricante comenzara a derramarse manchando las mantas debajo suyo, pero eso no importaba.

Harry gruñó al sentir el aroma de Louis más fuerte, más dulce. "Omega, hueles tan malditamente bien. Quiero comerte entero"

"S-Sí, hazlo alfa" gimió gustoso.

Sin dudarlo, Harry abrió las piernas del Omega, dejando a la vista su entrada chorreante del dulce lubricante con el que tantas veces se embriagó hasta el cansancio.

" Oh, sí " jadeó desesperado el castaño al sentir la lengua de su alfa invadiendo su entrada.

Harry bebió del lubricante y jugo con sus dedos que se introducían en el apretado anillo y lograban llenar la habitación de los gemidos más sensuales y provocativos que jamás escuchó, hasta que conoció a Louis.

Mientras seguía arremetiendo con sus dedos la entrada del castaño, sus ojos gozaban de la bella imagen que le estaba regalando: su Omega estaba completamente a su Merced. Tan sumiso, tan delicado y exitante a la vez.

Sin dudarlo atacó nuevamente sus labios mientras retiraba sus dedos para alinear su miembro a la entrada del Omega.

"Si quieres que me detenga, dímelo" su voz ronca hizo gemir al Omega, quien solo abrió sus ojos suplicandole que continúe.

" Te ne- necesito" jadeó.

Solo eso necesito el alfa para introducirse en el castaño, gruñendo por lo bien que estaba siendo recibido.

"Tan malditamente apretado, tan bueno para mí" gruñó besándolo mientras esperaba un momento para que el Omega se acostumbrara y no lo lastimara.

"Si, solo para ti" gimió empujando su cadera para que Harry comenzara a moverse.

Las embestidas iniciaron lentas pero profundas. Louis sentía como era consumido por el deseo y el placer al que estaba siendo sometido. Su cuerpo completo estaba siendo sumido en llamas.

Sus manos se aferraban a las mantas que se encontraban debajo suyo, apretandolas, mientras el alfa arremetía con más fuerza, apretando entre sus manos las caderas del Omega, dejando marcas que iba a amar verlas luego decorando la piel del castaño.

"Alfa" gimió al estar siendo su punto sencible golpeado de manera constante.

Harry gruñó de manera posesiva, tomando las piernas del castaño a llevandolas a sus hombros sin dejar de penetrarlo. Unio sus labios de forma brusca y lasciva, tomando todo de él para luego descender a su cuello.

"Mío" volvió a gruñir, perdido en el transe en el que se encontraba. Las mordidas juguetonas que depositaba dónde estaría la marca permanente, estaban llevando al Omega a su propio orgasmo.

"Alfa, por favor" suplicó entre gemidos que inundaban la habitación.

"Vente para mí, amor" dijo sin dejar de arremeter contra la entrada del Omega, podía sentir como lo apretaba cada vez más, todo su cuerpo hormigueaba y la corriente que recorrió su espalda le anunciaba que él también pronto lo haría.

Louis jadeó extasiado Al sentir su liberación con el nombre del alfa entre sus labios. Su cuerpo se desplomó entre las almohadas, sintiendo como Harry derramaba su escencia en su interior, gruñiendo entre palabras que no lograba entender.

Sus respiraciones aceleradas eran lo único que se oía en la habitación. El rizado se dejó caer entre las mantas del nido, arrastrando entre sus brazos al Omega, acomodándose de tal manera que estubieran cómodos.

Acarició el vientre de Louis entre suspiros. "Estás bien osito? Le hice daño al bebé?"

"No Alfa, estamos bien...esto fue...waw!" Dijo tratando de regular su agitado corazón.

El rizado rió mostrando sus oyuelos, besando los labios rojos e hinchados de Louis. "Te amo, Omega" susurró.

"Hazz" jadeó ante las palabras del alfa.

"Descansa amor, yo los cuido...siempre"

Continuó acariciando la espalda del castaño, depositando besos sobre sus cabellos. Debido al silencio y la calma que reinaba en la habitación, pensó que el Omega se había dormido, cayendo  él también casi en la inconciencia.

Pero él susurró del Omega lo volvió a la realidad...

"Yo también te amo Alfa."

───•❀•───

Todos corrían desesperados en la empresa. Decir que no se encontraba estresado era mentirse así mismo y a su alfa. Por mas que Harry y demás personal corrían detrás suyo para alivianar su carga, no podía con su propio genio de querer hacer las cosas por si mismo.

Hasta Liam lo había retado diciéndole que se tenía que cuidar, a él y a su cachorro. No soportaba oír como Harry gruñía a su lado.

Dos meses habían pasado volando. Estaban por presentar la última campaña de la temporada y eso lo ponía más nervioso, a pesar de que ya tenían todas las cosas que necesitaban.

El rizado lo había ayudado con las proyecciones y su compañera de equipo con las revelaciones de las fotos, él solamente estaba terminando de ordenar las carpetas con cada detalle.

Liam le había acercado la comida para que almorzara, pues ya pasaban las dos de la tarde y no había probado bocado alguno. Pero estaba tan concentrado que se le había pasado por alto.

Ya con los informes completos, se levantó con cansancio para entregárselas personalmente a su amigo.

Pero sus piernas no resistieron y su cuerpo se vio resentido por la falta de descanso y alimento. Su vista se nubló y sin más calló de rodillas sobre el mármol soltando un quejido que alertó a todos en la sala.

"Lou, cariño. Te encuentras bien?" Asustada su asistente trató de levantarlo y sentarlo nuevamente.

"Yo..." su voz no tenía fuerza y su Omega estaba asustado.

"Omega!" La voz de Harry resonó en un rugido por toda la sala. Corrió desesperado al ver al castaño en tan deplorable estado.

"Estoy bien Hazz, no te preocupes" Trató de ponerse de pie, pero la mano de su alfa lo obligó a permanecerse sentado.

"No" Habló su alfa. "Ya basta, te estás haciendo mal a ti y al bebé. Esto se acabó" lo reprendió.

Al sentir el enojo del rizado, Louis se encogió en su sitio y comenzó a sollozar con un gemido doloroso que solo su alfa alcanzó a percibir, alarmandolo.

Luchando Por TiOnde histórias criam vida. Descubra agora