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Después de calmarse decidieron ver aquella foto la cual para su suerte estaba borrosa y el único rostro notorio era el de Youngjo quien estaba sin cuidado por lo que los medios dijeran.

Por otro lado estaba Hwanwoong quien solo pensaba lo peor, el único alivio que tenía era que su rostro no se distinguía pero se sentía culpable, gracias a sus estúpidos celos y su manera de beber era que su pareja estaba en problemas, posiblemente había arruinado su carrera a un día de empezar.

Pronto el celular de Youngjo se inundó de mensajes y llamadas solicitando entrevistas, el pelinegro no tenía tiempo para nada de eso pues a pesar de apenas haber inaugurado su galería ya tenía bastantes encargos que realizar así que luego se ocuparía de todo, por ahora su prioridad estaba entre sus brazos llorando

— Yo de verdad lo siento no debí dejarte solo— le dijo el pelinegro tratando de consolar a su pareja

— Todo es mi culpa, todo fue por mis celos, no debí de haberme comportado así y tampoco debí haberte dicho esas cosas— respondió con voz ahogada—

— No te culpes por nada, esto fue hecho con mala intención y descubriré quien lo hizo— respondió para tratar de calmarlo— Quiero que tengas muy claro que no me importa en lo más mínimo todo lo que los reporteros o las personas digan sobre mi, mientras tú estés bien nada más me importa si?

— Yo solo quisiera hacer algo bien para ti pero desde ayer parece que solo arruinó las cosas no es así?— preguntó desanimado

— No digas eso, ahora somos novios y todas las parejas tienen problemas además deberías estar feliz, acaso no recuerdas que vas a ser protagonista de una presentación para tu escuela—

Por un momento Hwanwoong lo había olvidado por completo, hoy sería su primer día de ensayo y gracias a su manera de actuar la noche anterior ahora llegaría con resaca

— Por tu expresión creo que no recordabas— le dijo Youngjo mientras revolvía su cabello— Date prisa, te pasaré a dejar

Ambos chicos se apresuraron a desayunar y vestirse, el pelirubio trató de disimular lo mejor posible el gran dolor de cabeza que tenía tomando un par de pastillas.

Durante el camino Hwanwoong pudo notar que su novio estaba de mal humor pues tenía una expresión que asustaría a cualquiera agregando que estaba fumando más de lo habitual y eso preocupaba a Hwan

— Amor— dijo tratando de llamar la atención de Youngjo— no quiero sonar molesto pero no deberías fumar tanto, es tu quinto cigarrillo y apenas vamos a mitad de camino—

— Oh de verdad? Supongo que no me di cuenta— respondió amablemente

Hwanwoong no era tonto, sabía que de alguna manera el pelinegro estaba tratando de controlar su ira, si bien no le importaba lo que los de más opinaran en definitiva le importaba lo que dijeran del pelirubio y aún más si se trataba de haber invadido su privacidad.

Youngjo era una persona extremadamente tranquila, hacerlo enojar era imposible a menos que te metieras con Yeo Hwanwoong, en lo más profundo de su ser el pelinegro era posesivo, celoso y sobreprotector pues no había nada más importante que su pareja, el era su mundo.

Si bien quería que mantuvieran una relación sana y estable no podía negar sus instintos naturales, si alguien le hacía daño a su pequeño novio no dudaría en enviarlo a la cárcel que era justo lo que planeaba hacer con la persona que había difundido aquella foto.

A los pocos minutos el chico se estacionó frente a la academia donde se despidió con un beso de su lindo novio quien, a escondidas, le había robado su cajetilla de cigarros como precaución para que Youngjo no siguiera fumando.

Entre Óleos Y Melodías Where stories live. Discover now