Capítulo 20 El encuentro

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Lea

¿Jugamos al juego de las preguntas? - pregunté.

- Claro.

- Empiezo, una película con la que lloraras.

- Uno más de la familia - respondió - ¿cómo se llaman tu madre, hermana y padre?

- Mi madre Jade, mi hermana Ivy y mi padre Diego. ¿Helado favorito?

- El de vainilla. ¿Canción que si te dedica un chico, te enamoras?

- All this love, de JP Cooper. ¿Leer de noche o de día?

- De noche - al escuchar eso sonreí ya que pensaba lo mismo. - ¿Cómo sería tu pedida de mano ideal?

- Pasar un día en un parque de atracciones y cuando esté atardeciendo en la playa, que me lo pida. ¿Playa o piscina?

- Playa. ¿Te gusta mi hermano?

En aquel momento no supe qué responder. Debía tener la cara hecha un cuadro porque su carcajada no tardó en llegar.

- ¿Creías que no me había dado cuenta? - me preguntó.

- Yo... bueno... el caso... - empecé a decir pero me interrumpió.

- Lea, es normal que te guste, sé que mi hermano es muy guapo, es modelo por algo, no me parece mal - me dirigió una sonrisa tranquilizadora y yo me froté la cara con las manos.

- Lo que pasa Beca es que tu hermano hasta ayer me gustaba porque es supermono, me lo encontré dando un paseo por el bosque y fue un encanto, pero Marc me dijo que él es de echar un polvo y ya, y yo no quiero eso, así que ya no me gusta.

- Es normal que no quieras eso, solo te pido que tengas cuidado, no me gustaría verte mal por su culpa o que nuestra relación se acabara.

- Pase lo que pase con tu hermano, tú y yo vamos a seguir igual, aunque te puedo asegurar que no pasará nada entre él y yo.

Seguimos hablando durante un rato y al final nos fuimos a la cama. Dormí con Beca en su habitación ya que su cama era enorme.

Me desperté y miré la hora en mi móvil, eran las cinco y media. Estaba muriéndome de sed, así que me levanté sin hacer ruido, abrí la puerta y bajé a la cocina.

Me serví un vaso de agua fría que me sentó muy bien.

La ventana de la cocina estaba abierta y me daba una brisa nocturna muy agradable, cerré los ojos hasta que una voz ronca me sobresaltó.

- ¿Qué haces aquí linda? - era Jake y por su aspecto parecía que acababa de llegar.

- Estaba tomando un vaso de agua - le dije sin mirarlo.

- Déjame reformular la pregunta, ¿qué haces en esta casa? - parecía sorprendido.

- Beca y yo hemos hecho noche de chicas.

- Interesante - me giré hacia él. Aun con la poca luz de la luna que entraba por la ventana pude ver el verde de esos intensos ojos - la próxima vez me podrías avisar y tal vez podríamos acabar la noche en mi habitación - dijo mientras se acercaba a mí.

- Creo que no me interesa nada esa proposición - le contesté sin desviar la mirada de la suya.

- ¿Estás segura? - preguntó muy cerca de mí.

No sé cómo habíamos acabado en esa posición. Yo acorralada entre la encimera y él.

- Sí, segura - le dije y vi que no tenía escapatoria ya que sus brazos estaban apoyados en la encimera a cada lado de mi cintura.

Él se acercó a mi oído y susurró:

- Es una lástima, lo podríamos pasar muy bien - al escuchar eso me recorrió un escalofrío. Me dio un beso en la mejilla y desapareció tan rápido como llegó.


Subí de nuevo a la habitación de Beca, pero no conseguí dormirme.

Al final me dejé llevar por el sueño solo que con un pensamiento en mente, antes le había dicho a Beca que ya no me gustaba su hermano, pero después de lo que acababa de ocurrir en la cocina ya no estaba tan segura de ello.

A la mañana siguiente nos levantamos y desayunamos, sin rastro de Jake. Me fui a mi casa y no dejaba de pensar en lo ocurrido hasta que me llegó una llamada que no me esperaba.

- ¿Qué tal está la mejor psiquiatra del mundo? - preguntó con esa voz que desde el primer momento me gustó.

- Muy bien, ¿y tú?

- También estoy bien.

- Me alegro Enzo - le respondí con total sinceridad.

- Te noto rara, ¿seguro que estás bien?

- Estoy bien, pero, ¿se nota mucho que estoy preocupada?

- La verdad es que sí - dijo y yo reí - ¿por qué no te pasas por aquí y me lo cuentas?, se me da bien escuchar - me dijo.

- Está bien, me cambio y voy para ahí.

Colgamos la llamada y me preparé para ir al CAVC.

Mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora