Lea
Bajamos para empezar a preparar la cena. Estuvimos un rato pensando hasta que se nos ocurrió hacer unos sándwich de ternera con queso, tomate, y cebolla caramelizada.
Hicimos tres por si a Jake le apetecía uno cuando volviera.
Cuando acabamos de cenar, nos fuimos al salón y nos sentamos en el sofá.
- ¿Qué podemos hacer? - preguntó Beca.
- Mascarillas faciales, manicura, karaoke y película - sugerí.
- ¿Y con qué vamos a hacer todo eso? - preguntó. Me levanté y fui por mi mochila. Al volver, dejé sobre la mesa unas cuantas cintas para el pelo, unas mascarillas y pintauñas y por último un pequeño altavoz - ¡Eres la mejor!
- Lo sé - dije con una sonrisa.
Pusimos música de fondo y nos empezamos a pintar las uñas mientras hablábamos. Ella eligió un rosa caramelo y yo un azul celeste no muy brillante. Cuando acabamos, cada una se cogió una cinta para el pelo a juego con el color de sus uñas y una mascarilla que había que dejarla puesta quince minutos.
Subimos la música y empezamos a cantar como si nos fuera la vida en ello.
Empezó a sonar "La promesa, de Melendi". Nos miramos y la cantamos al unísono con todo el sentimiento que podíamos poner.
Al acabar escuchamos un carraspeo desde la puerta donde estaba Jake mirándonos.
- ¿Qué hacéis par de locas? - preguntó y antes de que pudiéramos decir nada él habló - la verdad, prefiero no saberlo.
Beca y yo nos miramos con complicidad y asentimos. Nos acercamos lentamente a Jake y antes de que pudiese escapar la arrastramos al sofá.
- Esta noche vas a ser una de nosotras - dijimos Beca y yo.
- ¿Qué?, claro que no - se negó.
- Venga hermanito -Beca puso ojos de cachorrito.
- Hazlo por nosotras - imité a mi amiga. Él soltó un suspiro frustrado y finalmente aceptó.
Media hora después teníamos a Jake entre nosotras con una cinta para el pelo, una mascarilla y las uñas pintadas de violeta mientras veíamos la película Culpa mía.
- No sé qué le veis, yo soy mucho mejor - dijo Jake después de vernos suspirar por el protagonista.
- No - habló Beca.
- Para nada - esta vez fui yo.
- Uno aguantando todo esto para que ahora le salgan con esto - dijo indignado y nosotras nos reímos.
Una hora y media después la película acabó, encendimos las luces y Beca bostezo.
- Yo me voy a la cama, os dejo tortolitos - dijo con una sonrisa inocente.
Al principio nos quedamos en silencio hasta que un recuerdo me vino a la mente.
- Por cierto Jake - le dije con la mayor calma que pude reunir - ¿¡me puedes explicar esto!? - señalé donde tenía el morado. Él me miró perdido hasta que empezó a reírse - no tiene gracia, he ido con esto a todos lados - dije indignada.
- Si quieres puedo hacer otro para conjuntarlos.
- ¿Qué? - pregunté aturdida hasta que conseguí reaccionar - ¡Claro que no, idiota! - aparté la mirada roja como un tomate - quiero una compensación - dije en broma.
- Está bien, ¿y qué quiere la enana?
- Quiero que veas conmigo otra película como esta - él suspiró pero al final aceptó.
Al final acabé durmiendo con Jake para no despertar a Beca cuando entrara en la habitación.
Seguro que es por eso.
Al mediodía volví a mi casa para cambiarme e ir por Enzo. Estaba a punto de entrar cuando alguien me llamó.
- Lea, espera - me gire viendo a Blake.
- Hola Blake, ¿qué pasa?
- Hace mucho que no nos vemos, ¿ha pasado algo y no me he dado cuenta?
- No, claro que no - le dije rápidamente - es que estos días han sido un poco complicados y he estado muy ocupada pero te aseguro que mañana tendré el día libre.
- Está bien.
- O espera, tengo que ayudar a un amigo a trasladarse, si vienes, aparte de ayudarnos, podríamos hablar y ponernos un poco al día.
- Me gusta el plan.
- Pues me cambio y nos vamos.
Ya llevábamos más de media hora de viaje hablando cuando llegamos al CAVC.
Le mandé un mensaje a Enzo avisándole de que ya habíamos llegado y él me respondió que estaba en su habitación acabando de sellar unas cajas.
Entramos y avisé al personal del centro de que en unos cinco minutos fueran a la habitación de mi amigo para ayudarnos a meter sus cosas en mi coche.
Tocamos la puerta y, cuando Enzo me iba a saludar, vio a mi acompañante y se calló .
- Hola - al fin habló para después aclararse la garganta, no le di mucha importancia y él siguió hablando - pasad, ya estoy acabando de cerrar las cajas - entramos y los presenté.
- Enzo, él es Blake, uno de mis mejores amigos.
- Un gusto - dijeron ambos.
Justo llegaron los empleados y empezamos a llevar las cosas al coche.
El viaje al principio fue un poco incómodo pero tras un rato se fueron relajando y el viaje transcurrió con normalidad.
Al llegar, fuimos hasta la casa que me comentaron Tom y Candy. Abrí con una llave que me habían dado y empezamos a descargar todo. Diez minutos después ya lo habíamos bajado todo.
- Estrellita, creo que Enzo y yo podemos acabar de ordenar todo solos, seguro que tienes que ir a dar una vuelta con Milo y Kiko - habló Blake mientras se miraban con complicidad.
- Está bien - los miré dudosa - si necesitáis algo, llamadme.
- Claro - dijo Enzo.
Les di un abrazo a ambos y me fui.
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Mi destino
RomanceLea es una chica como cualquier otra que vive en un pueblecito en California. Ella desde la adolescencia se enamoró de la psiquiatría, al principio todos la apoyaron pero cuando llegó el momento se dio cuenta que estaba sola. Lea eligió cumplir su...