-¿Qué quieres decir con que no estás disponible?
Becky arrugó más las cejas mientras continuaba escribiendo en su computadora de trabajo, Charlotte estaba a su lado apoyada en la pared de su oficina
-Espera, no me digas que ya tienes una cita- La voz que sonaba molesta hace un momento cambió de tono a uno emocionado- ¡Ah, finalmente Bec!- Charlotte aplaudió- Entonces, ¿cuándo podemos conocer a la afortunada chica?
Becky suspiró y dejó lo que estaba haciendo para girarse hacia su emocionada amiga, no podía ni quería decir la verdadera razón por la que estaba tratando de pasar algún tiempo con Emily nuevamente y que por eso rechazó las invitaciones de su mejor amiga y su novia para pasar el rato en algún bar el próximo sábado, así que optó por mentir.
-Sí y no, no puedo hacer eso... ¿todavía? Todavía es muy pronto, Char
Charlotte asintió, sin mencionar la mentira que se manifestó en los ojos penetrantes de Becky- Ya veo... Bueno, eso es verdad, podrías parecer demasiado intensa
Becky asintió y finalmente se sintió aliviada cuando Charlotte se fue, deseándole buena suerte en su cita y una vez que estuvo fuera de su vista, recurrió a su computadora para buscar algunos materiales de entretenimiento para niños.
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Becky se sentía nerviosa desde donde estaba, había estado parada por mas de media hora a unos seis o siete metros fuera de la guardería del centro comercial, era sábado y estaba ahí a la misma hora del día que la pequeña y ella se conocieron, esperando poder tener la oportunidad de verla de nuevo.
Encontró fácilmente a la niña, las ventanas de la guardería eran grandes y puedes ver el patio de recreo, los juguetes esparcidos, los maestros ayudando y jugando con los niños, la pizarra y todo lo que había adentro. Emily estaba en una esquina, abrazando el osito de peluche que le había comprado el día que se conocieron y mirando en silencio a todos los otros niños jugar con una pequeña sonrisa tímida.
Becky la miró confusa, ¿por qué estaba sola en lugar de jugar con los otros niños? fue muy divertido estar con la pequeña, era una niña alegre y muy expresiva, por eso le resultaba fácil saber si se estaba divirtiendo o no, era un poco gruñona también, sus lindos pucheros te dejan saber si hay algo que no le gusta, en el poco tiempo que pasó con ella supo que le gustan los peluches y le gusta comer. Tal vez son demasiado compatibles y por eso ella de alguna manera anhelaba la compañía de la niña, pero ella no puede decir eso ¿verdad? ¿Como decírselo a los maestros y preguntarles si puede jugar con ella? Eso seria demasiado raro porque ella es una completa desconocida para ellos ¿Por qué no pensó en esto mucho antes de decidirse a ir a ver a la niña?
-¿Señorita Becky?
Becky se estremeció ante la repentina voz, se giró y vio a Nam acercándose a ella- Hola...
-¿Qué está haciendo aquí?- Nam preguntó con una sonrisa cortés.
Becky rió nerviosamente- Bueno... solo... yo solo pensé que...
-¿Estás aquí para visitar a Emily? ¿Te envío su mamá?
Los ojos de Becky brillaron- ¡Sí! ¿Puedo? Quiero decir ¿puedo verla?
-Sí, claro. Creo que Emily también quiere verte, ha estado esperando todo el día- Casi se ríe audiblemente cuando Becky lanzó un puño al aire en señal de victoria- Pero solo puedes estar durante dos horas con ella, ¿de acuerdo? Su madre pasa por ella en la tarde y solo se permite un adulto por niño- Becky asintió ansiosamente en acuerdo y comprensión y luego casi se precipitó dentro de la guardería en busca de la niña
