Capítulo 2

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Estaba molida, después de tan solo una semana de mi encuentro con aquel misterioso hombre, había asistido al lugar cada día para un entrenamiento fugaz, no recordaba haber sufrido así desde que estuve en la academia de policía, esperaba que fuese cierto lo que decían por ahí: "Nada como un buen reto para sacar lo mejor de un hombre, o una mujer en mi caso".

No era la única involucrada en esto, así que sabia que iban a haber pruebas de por medio, dos para ser exacta, una prueba física que era para la cual me había estado matando y una prueba intelectual la cual no tenía idea de que se trataría, pero ambas ya tenían fecha fijada.

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Llegado el día, entre a un salón lleno de reclutas sentados ordenadamente en filas pulcras, nadie nos había dicho sobre qué consistía la prueba intelectual, pero supuse que no sería nada fácil.

—Buenas tardes reclutas, como saben este es su primer paso y deben tomar esta prueba intelectual muy en serio, se trata de una serie de acertijos y problemas planteados que ustedes deberán resolver en papel y luego pasaremos a la prueba física, tienen una hora, pueden comenzar—dijo Alfred rodeado de otros subalternos que repartían las hojas.

Recordaba algo parecido en mi ingreso a la academia de policía, pero los acertijos y cuestiones planteadas eran un poco más elaboradas que en ese entonces, habían desde cuestiones técnicas, como que arma usar en una situación dada, hasta escenarios hipotéticos en los que no habían respuestas correctas o incorrectas, se trataba de puro ingenio.

Después de pasar un rato viendo la nuca de mi compañero de adelante, me concentre en mi prueba, esperaba deslumbrarlos con mis conocimientos sobre armas y también con la perspicacia en resolver los escenarios hipotéticos.

Pasada la hora me sentía exhausta intelectualmente hablando, pero no tenía ni idea de lo que me esperaba después para la prueba física, trate de imaginar algunos escenarios, como un camino de obstáculos o algo parecido; nos dirigieron a un nuevo salón con un cuadrilátero preparado lo cual me sorprendió, todos nos amontonamos alrededor del cuadrado, no éramos más de 20.

—Esta será su prueba física— Alfred señalo el cuadrilátero —tendrán que luchar en parejas y veremos quién es más apto en batalla cuerpo a cuerpo.

Poco a poco fue llamando a los reclutas por pares y me ponía impaciente cada vez que mi nombre no era mencionado, aunque eso me daba la posibilidad de estudiar a los demás y sus movimientos, ya en el cuarto dueto mencionaron mi nombre, me subí al cuadrilátero y me puse la protección debida, observe a mi oponente, era una mujer de alrededor mi misma edad y complexión.

—Empiecen —ordenó Alfred cuando estuvimos listas.

Ella intento atestar el primer golpe directo a la cara, pero lo esquive airosa mientras lazaba un gancho a su lado izquierdo el cual llegó perfectamente acomodado, sentí a mi oponente jadear y gruñir con ira para embestir nuevamente con otro golpe directo y de nuevo lo esquive para dar un golpe certero en su quijada y a pesar de estar protegida se tambaleo y se desoriento por unos cuantos segundos, estaba disfrutando de mi victoria cuando ella levanto la mano de nuevo y acertó un golpe en mi mejilla derecha, lo cual hizo que me estampara contra las cuerdas, un muy buen golpe, fingí que me reponía y la tome desprevenida al voltearme de golpe y darle dos golpes consecutivos, uno directo al estómago y el otro de nuevo en la barbilla tan fuerte como pude, dos segundos después se desplomó y supe que había vencido.

Pude ver un pequeño gesto de aprobación en Alfred mientras comentaba algo con un subalterno, me sentía poderosa, pero sabía que lo que vendría después sería más complicado.

Volví a casa esa noche sintiendo que me había comido el mundo, pero eso había sido solo el principio, aún tenía en mi cabeza a la mafia que quería destazar con mis propias manos y más que venganza, buscaba justicia...

La espíaKde žijí příběhy. Začni objevovat