"No se puede amar al diablo"

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"Te diré un secreto, los monstruos nunca se miran como monstruos realmente"


Davina

Al fin salgo después de darle la gracias a todos de tras de escena, cuando salgo todo esta vacío, solo los sonidos de las voces de personas alejándose. Pero para mi suerte me encuentro a Lucien sentado en una de las sillas del escenario como si me estuviese esperando.

Nerviosa me acerco a él.

—Hola

—Hola ángel, eh de decir que estuviste increíble. Siempre lo supe, a decir verdad, pero ya era hora que demostraras tu talento.

Mi corazón bombea a mi dentro de mi pecho lleno de felicidad.

—Gracias, lo aprecio mucho.

Me acerco con ganas de abrazarlo, pero me contengo, no se si el este listo a un abrazo aún. Por alguna razón estuvo distante estos días.

—Y... ¿Dónde has estado estos días?

El se levanta de la silla dando tres pasos hacia a mí. Tiene cierta alegría en su rostro, pero a la vez permanece serio. Es como si estuviera aquí conmigo, pero no está completamente.

—Tenia unos problemas que resolver.

—¿Puedo saber?

—Amm ángel yo-

—Si lo que tu tenemos... o teníamos es serio. Creo que es hora ambas partes se abran el uno al otro ¿no crees?

El bufa mirando hacia otro lado pensándolo por un momento.

—Supongo que tienes razón — le sonrió —yo... tenia que encargarme de unos problemas familiares.

Noto que le esta costando querer revelar lo que sea este problema, algo que todavía le molesta y no sabe como lidiarlo de manera abierta.

—Continua.

Lo animo acercándome un paso más, solo nos faltarían dos pasos mas para tocarnos.

—Mi padre... bueno el no a estado muy presente en mi vida.

Me dedico a solo verlo y dejarlo continuar, es algo que jamás e conocido de el y solo quiero que siga hablando y unir los cables.

—El... no ha sido el mismo desde que mi madre murió... el día que yo nací — antes esas palabras se me estruja el corazón —Y desde ese día mi padre me ha visto como una misera, el culpable de que perdiera el amor de su vida, su frialdad me volvió a la defensiva con él y luego... un día decidido echarme de casa y que me valiera por mí mismo.

No puedo creer lo que me esta diciendo.

Tomo otro paso con la decisión de abrazarlo, pero el lo piensa primero y me toma en sus brazos, de una manera cariñosa dejándome proporcionarle calma. Es importante que para mi que sepa que lo escucho y que puedo entenderlo. No quiero decir lo siento por que es lo que todo mundo le diría y que probablemente le a dicho.

—Comprendo que me lo cuentes hasta hora, entiendo que te fue difícil.

—Gracias Ángel

Nuestro momento es interrumpido por el sonido de su celular. El procede a verlo rápidamente y en su facciones veo que pasa algo.

—Nena, debo irme.

Suspiro cansada, el siempre tiene que irse en momentos como estos. 

—¿Es de ese trabajo de antihéroe que decidiste tomar?

El Ángel del DiabloWhere stories live. Discover now