¨Derrumbarme¨

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¨Puede que mi infierno sea mucho más fiel que tu cielo, y mis demonios mucho más tiernos que tus ángeles¨



Davina

Me siento en la banca, por suerte el parque esta vacío. Los arboles manzaneros esta sin sus ojos por que comenzó la temporada de frio. Me parece irónico que me sienta tan similar que el clima. Fría y sombría.

—Jovencita — escucho a alguien llamarme.

Al levantar la mirada veo que es un hombre de algunos cuarenta años, es policía por su vestimenta y me mira de manera preocupada.

—¿Se encuentra bien? — pregunta.

—Si... es solo es que el amor apesta.

El hace una mueca comprensiva y procede a sentarse a mi lado donde esta vacío.

—El amor solo apesta hasta que ambas partes sepan convivir con la otra, cuando acepta al otro es ahí cuando empieza el amor bonito. Claro al menos que ese amor que me hablar sea un hombre que te golpea.

Rio de manera triste.

—No, el jamás me pondría un dedo encima — aseguro. 

—Entonces tal vez valga la pena, no mentiré los problemas jamás se acaban.

—Se escucha con mucha experiencia oficial — lo miro.

—Bueno, una vez ame de esa manera.

Le sonrío.

—Bien, creo que no es buena idea que estes sola llorando en el parque a estas horas de la noche jovencita....

—Davina oficial, ese es mi nombre.

—Bien Davina, la escoltare a casa.

Le vuelvo a sonreir y acepto subir a su patrulla y una vez llegamos me sorprende ver que en la puerta se encuentra Lucien sentado en las escaleras de la entrada. Ve la patrulla estacionarse y se pone tenso.

Me bajo aun con la furia creciendo nuevamente en mis venas viendolo mal.

—¿Padre? — pregunta.

¿Esta viendo al oficial? ¿Oh estoy alucinando?

—Hijo — lo saluda él.

La tensión es mas fuerte en el ambiente con cada segundo que pasa. El padre de Lucien ve a su hijo con nostalgia analizando los golpes que decoran su rostro.

—Debo preguntar.

—No nada que importe padre, si me disculpas la acompañare a dentro.

El oficial me lanza una mirada, no quiero mas problemas así que simplemente asiento confirmándole que no pasa nada. Por su mirada se que el intuye que el chico por el que lloraba es su hijo. Aun así, se monta a su patrulla y se va.

Subo rápidamente a mi casa en que Lucien me toma de la cintura acompañándome, pero una vez dentro me despido rápidamente y sin importarme cierro la puerta detrás de mi dejándolo fuera. Si creyo que tenia ánimos de hablar, ya no más.

Al entrar me encuentro Xavier super preocupado quien me abraza dejándome derrumbarme en su brazos. Solo con el me permití derrumbarme.

...

Llore toda la noche, al siguiente día debo volver a clases. Logré pasar todo el día matutino lo mejor que pude, con ganas de llorar pero sin dejarme hacerlo, no hasta volver a casa.

Pasan las horas y Xavier tiene entrenamiento y para esperarlo voy camino a la clase de música y así tocar el piano sola y disfrutar un momento a solas. Pero en el camino me encuentro al directo que al verlo siempre lo saludo y el me detiene.

—Davina, querida justo necesitaba hablarte.

—¿Si señor?

—Después de tu increíble interpretación en la obra de arte tuvimos llamadas de representantes de la academia de música que pudieron ver tu talento esa noche. Y quieren ofrecerte una beca

—¿Una beca? — pregunto perpleja.

—Si señorita, entonces cuando puedas diles a tus padres para mandarte los documentos a llenar.

¿Una beca?






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El Ángel del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora