XIV. lágrimas venenosas

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Izuku le dice a Katsuki que sufrió de Hanahaki, Katsuki  decide alejarse (reflexiona mucho) y decide dejarlo ser feliz.

Katsuki  nunca lloraba... Trataba de nunca hacerlo. En su educación le enseñaron cosas muy distintas entre sí, por un lado estaba bien llorar. Curaba el alma. Le decía su papá.

Se había enterado de que su erizo había fallecido, era pequeño, habrá tenido unos siete u ocho años. Su papá lo había acompañado mientras enterraban el pequeño cuerpecito inerte en una caja de zapatos en el jardín trasero. Lo abrazó y le pidió que dejaran una ligera oración pidiendo por volver a encontrarse con su mejor amigo en otra vida.

Tiempo después,  cuando con una de sus inestables explosiones se quemó parte del muslo y lloró, su madre le dijo:

«Dime, mocoso, ¿Qué resuelves llorando? ¡Exacto! Nada. Ahora deja de llorar y busca soluciones a tus problemas. Aprende a controlar ése quirk y jamás volverá a pasar. ¿Entiendes?» su Madre nunca fue especialmente cariñosa, pero... La quería, jamás se lo diría, pero la quería mucho.

Por eso nunca sabía cómo reaccionar cuando algo lo sobrepasaba.

Y terminaba dañando a personas que no lo merecían.

Su derrota en el festival deportivo (junto a la zarta de situaciones cada vez más estresantes que parecían seguirlo como un augurio de mala suerte) no hizo mas que cavar un profundo pozo del cual fue muy difícil salir. Aún no lo hacía.

Fue por todo eso que, cuando en una de sus tantas visitas o momentos de apreciación a Deku  miró y escuchó lo más doloroso en su vida, no lloró. No podía llorar, ¿Con qué puta cara podría ponerse a llorar, si en realidad no lo merecía?

Su alma no merecía ser curada, como decía el viejo.

No era idiota... Sabía cuando había perdido, lo que cambió en ésta ocasión fue que dejó de luchar. Ya no quería la revancha.

Todoroki, el bastardo, le había ganado. Y es que, en realidad, No era muy difícil hacerlo. Trató bien al nerd, se ganó su cariño, no lo lastimaba... Era el puto príncipe azul que Deku tanto necesitaba.

—“Hace unos años, me enamoré de alguien muy profundamente. Tanto, que enfermé de amor, no me correspondía. Sufrí de Hanahaki, Todoroki-kun. Y sabes que si eso ocurre sólo hay dos posibilidades, o aquella persona me empieza a amar y los brotes marchitan o...—”

La voz del mitad-mitad tembló cuando terminó la dolorosa frase: “Te los cortan de raíz, arrancando todos los sentimientos de paso...”  Katsuki , quien siempre sabía cómo responder a cada puta cosa que le dijera, no supo qué pensar. No había que ser muy listo para su ar dos más dos. El repentino cambio de Deku de la escuela media, el hecho de que la tía Inko y su madre ya no hablaran, lo mucho que Izuku parecía odiarle.

Y aún peor; ¿A qué otro bastardo Izuku se le declaró...? Él fue el único. No quería ser prepotente, pero era obvio.

Se sorprendió a sí mismo encerrado en un cubículo del baño, sollozando quedito para que nadie fuera a escucharlo. Era patético.

Minutos después, cuando se calmó y pudo salir de ahí con un porte algo mejor, se dirigió a la enfermería. Necesitaba un maldito ibuprofeno.

“Katsuki.” una mata de cabello rizado y verde se metió en su camino.

Sintió casi como si la lengua se le pegara al paladar“...”

“Te miré.” la vocesita neutral del pecoso parecía estar en un micrófono, sentía cómo le taladraba los tímpanos.

Katsuki  nunca pedía perdón, porque nunca se equivocaba. Apesar de eso... Ahora, ahora sí que lo hizo. Y ni siquiera se había dado cuenta.“Mmh. L-lo entendí, Izuku. Entiendo todo, dejaré de molestarte. Perdón.” 

“...” el niño le miraba con ojitos dormilones, pensativo. Katsuki  no tuvo el valor de enojarse por la falta de respuesta.

Y aunque soñaba estúpido y él sabía mejor que nadie que no podía pedirle eso, lo hizo. “Me voy. Trata- trata de ser feliz, ¿Sí?”

Izuku pareció reaccionar entonces, con los ojos más abiertos y los lentes casi cayéndose de su sitio. Sintió el impulso de subirlos.“Pides demasiado. Y lo sabes, Katsuki.”

Las lágrimas en los ojos del rubio parecieron pensar que ése era un buen momento para salir, él se negó. Con el nudo en la garganta y los ojos rojos. No merecía llorar, Izuku no se merecía eso.“Lo sé, sólo... Desearía poder regresar el tiempo.”

Con ternura observó cómo el pecoso posaba su índice en la barbilla mientras murmuraba. “Imposible, Katsuki. Según la física cuántica, necesitamos alcanzar la velocidad de la luz y superarla para así crear una grieta en el espacio-tiempo y aún así nada asegura dónde caerás o cuándo-”

Lo interrumpió, se sentía superado. Estaba haciendo una acción inhumana en la forma en la cual se aseguraba de no soltar ni una sola lágrima. “Sigues siendo un nerd. No cambies, por favor. Y, aunque no servirá de nada, perdón. No te causaré más problemas. Lo prometo ”

“De acuerdo.” fue lo único que dijo, apretando la bandolera que siempre cargaba, dándole una última mirada a su amigo de la infancia y a la cruz que siempre cargaría. No se despidió, sólo se fue.

Con pasos lentos, Katsuki  se dirigió a su casa. Sabiendo que había perdido, que la había cagado y que no había vuelta atrás.














dandelions || tododeku/katsudeku Where stories live. Discover now