Narra ______
Esos días le había hecho la ley del hielo a los chicos; pero cuando me invitaron ese viernes a dormir a casa de Blas, no pude decir que no, pues habían comprado mi chocolate favorito para pedirme perdón. Estaban los tres en la puerta y cada uno tenía un chocolate de distinto sabor. Sonreían como si esperaran que les dé un abrazo; fruncí el ceño.
- Que me compren chocolate no significa que los haya perdonado- les dije mientras entraba y me dirigía a la pieza de la señora Cantó.
- Hola niña- me sonrió.- Veo que te siguen por estos lugares- dirigió su mirada hacía la puerta. Ellos seguían allí con pucheros y con el chocolate en la mano.
- A veces me asustan- le admití mientras me sentaba a su lado riendo. Ella se acomodó un poco más y le bajó el volumen a la televisión; su cabello estaba esperando a enjuagarse pues probablemente se lo iría a teñir.- Supiera usted lo que hicieron...
- ¡me han contado, y los he retado bien retados!- exclamó ella.
- Me parece bien, porque eso no se hace...
- no se interrumpe nunca la cita de una chica por más celosos que estén...
- Exacto- sonreí- Espere ¿qué? No...- los chicos comenzaron a reír divertidos; a carcajadas- No era una cita, no...
- Es broma niña- dijo ella. Mis mejillas tomaron el color rojo como el del tomate y salí de allí antes de que alguien más lo note. Difícil sería que no porque me seguían a todas partes con los chocolates.
- ¡vale, ya! ¡Perdonados! ¡Pero dejen de seguirme como si tuviera comida y ustedes fueran perros!- les pedí.
- ¡abrazo de grupo!- exclamaron mientras se acercaban a mí para abrazarme. Me estremecí y cerré los ojos; me estaban apretando demasiado. Normalmente esos abrazos duraban ocho segundos. Uno... Intenté salir. Dos... miré hacía todos lados...Tres... Intenté poner mis brazos a sus alrededores... Cuatro... Solo quedaba la mitad...Cinco... Suspiré...seis... El suspiro seguía. Siete...Quedaba solo uno, había resistido muchas veces ya a eso y. Ocho...
- Somos los mejores amigos del mundo se puso a cantar Dani mientras se tiraba al sillón. Me tiré encima de él y Luego se tiró Álvaro. Blas se quedó parado encima de nosotros haciendo un puchero porque no le había quedado espacio.
- te toca en el suelo- dijo Álvaro. Pero todos sabíamos que Blas no se sentaría en el suelo; así que se recostó encima de nosotros. Tenía la cabeza apoyada en el brazo de Dani que se encontraba en la esquina derecha y los pies apoyados en las rodillas de Álvaro que se encontraba en la esquina izquierda.
- ¿qué vamos a ver?- preguntó encendiendo la tele tomando uno de mis chocolates; Dani le imitó y Álvaro También. Qué bien. Se suponían que eran míos. Sin embargo, a ninguno pareció importarle; porque lo abrieron como si nada y lo comenzaron a comer. Típico de ellos. La puerta se abrió de golpe haciendo que Blas caiga y Álvaro se ría de él.
- Hola señor Cantó- dijimos al unísono.
- ______, Álvaro, Dani, que sorpresa tenerlos aquí- dijo sarcástico con una sonrisa provocando un poco de risas.- ¿tienen casa?
- No- dijimos nuevamente al unísono. El comenzó a reír y se dirigió a la habitación donde se encontraba su esposa.
- ____ te compramos un pijama- dijo Blas de repente. Lo miré confundida.
- No necesito un pijama
- Esta vez si- exclamó Dani saltando del sillón- Hoy día salimos a comprar este chocolate que por cierto, estuvo rico, ¡ahora entiendo porque te gustan tanto! Bueno, la cuestión es que vimos pijamas súper monos!
- Y decidimos comprarlos para estar todos iguales- añadió Álvaro- te trajimos uno rosado porque Dani quería el blanco y Blas el verde así que yo me quedé con el crema con dibujos en el pecho.
- ¿qué clase de pijamas?- pregunté. El me tiró una bolsa mientras ellos se iban al baño a cambiarse y me indicaban que fuera yo también. Me dirigí a la habitación en la que yo dormía, la que era prácticamente mía, porque nada más la ocupaba además de mí y saqué el pijama de la bolsa.
Era un entero; de pies a cabeza. Tenía un gran cierre a la mitad que llegaba hasta el último pelo. Un Onepiece auténtico de color rosado. Me moriría de calor allá adentro; pero me pregunté cómo se verían los chicos con eso.
Me coloqué la prenda y me la amarré hasta la cabeza; pero me dio un infarto cuando casi me ahogo allá adentro y no podía encontrar el cierre para bajarla. Una vez que pude suspiré y me prometí a mí misma que nunca más lo haría.
La puerta comenzó a sonar.
- Ya voy- exclamé. Escuché las risas de Álvaro burlándose de Dani porque le quedaba muy apretado en la parte baja. Reí divertida y abrí la puerta; y allí estaban.
Me comencé a reír tanto de ellos como ellos se comenzaron a reír de mí.
Definitivamente, no era la talla de Dani. Y a Álvaro se le veía como un teletubbie. Blas era el único que se veía normal; pero aun así verlo me daba risa.
- Se ven horribles- les dije entre risa. Me miraron ofendidos.
- Yo creo que parecemos modelos de Victoria Secret- añadió Dani. Álvaro y Blas lo miraron haciéndole saber que su comentario no ayudaba mucho. Reí por lo bajo y corrí por las escaleras; tenía un puesto en el sillón. Ahora el que había quedado fuera era dani quien inmediatamente comenzó a tirar a Álvaro del brazo para poderlo botar. Negué con la cabeza y comencé a pensar en Carlos. ¿Que estaría haciendo él en ese momento? Probablemente estudiaba.
Ah, que inteligente era, y que lindo se veía cuando leía. Cuando sus ojos se posaban en un libro. Que lindos eran sus ojos. Qué lindo era él, y que caballero era. Había pagado todo.
-¡____!- exclamó Uno sacándome de mis pensamientos. Sacudí mi cabeza embobada- ¿qué te sucede, chica? Dije como cinco veces tu nombre
- No escuché, es todo- respondí a la defensiva. Dani me miraba; sabía lo que pensaba tanto como él sabía en quien pensaba yo.
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¿Y tu crees en la magia..? (Carlos y tu) Adaptada
RandomSinopsis: _______ Siempre ha sido la chica que todo el mundo quiere ser. Sus tres mejores amigos son los chicos mas guapos de todo el instituto. Se ve bien incluso con polerones enormes y pantalones pitillos. Los chicos la quieren a pesar de qu...