2. Un cargo más

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Christine

A pesar de ser parte de una familia tan grande, el estrés nunca descansa y, aunque ya sea parte de mí, nunca terminas de acostumbrarte a este tipo de cosas.

—¿Quién? —pregunte al escuchar toques en la puerta

—Elia —suspire

—Adelante

Me incorpore en mi cama y me senté, esperando a que mi hermana se sentara a mi lado.

—No tenías por qué hacer nada de eso

—Si no lo hacía iba decir que era una mal agradecida y que... como siempre "nunca quiero ayudar en la casa" —hice comillas

—Te estas estresando por nada —rodé mis ojos

Me tensé cuando sentí sus brazos rodearme, coloco mi cabeza en su pecho, empezó acariciar mi cabello y comencé a relajarme.

—Siempre te he dicho que no te tomes tan literal lo que mamá dice

—Es imposible no hacerlo

—Tienes carácter Chris

—Sabes lo que pasa cuando le muestro ese carácter a ella

—Lo sé —soltó una risa— la que debería estar estresada soy yo, no ustedes —me aleje de ella

—Mucho contacto físico no me gusta —asintió entendiendo— ¿Por qué vas a estar estresada?, ¿no se supone que casarte es lo que quieres?

—Oh. Sí, claro que quiero casarme, es el día de mi boda estoy feliz por eso, pero debo de asegurarme que todo esté bien, debería ser una de esas novias preocupadas por los arreglos, las mesas y demás cosas, por eso debo de estar estresada —suspiro— en lugar de eso estoy aquí, charlando contigo

—¿No te importa como salga la boda? —me levante de mi cama

—No mucho, mientras este mi familia presente lo demás me da igual, sabes que nunca me ha importado nuestras apariencias y ese tipo de cosas

—Por esa razón mi madre está viendo la organización —asintió riendo—, tienes suerte que el hombre al que amas sea alguien que mis padres acepten —me miro melancólica

—Sí, iba ser difícil mantener una relación fuera del plano de mis padres —frunció el ceño— bueno, de mamá, sabes que a papá igual le importan poco las apariencias

—No puedo creer que en unas horas estarás casada —solté sin verla—, será extraño ya no verte en la casa —se rio y camino hacia mí

—Vendré a visitarlos

—Claro que lo harás

—A veces tu egocentrismo me molesta

—A veces siempre —nos reímos

—Elia —la puerta se abrió de golpe—, estoy buscándote por toda la casa —mi madre entro a la habitación

—Estoy aquí con Christine

—Ya vi —rodé mis ojos cuando cambio rápido su mirada— la maquillista llegó, es hora de que te arregles

—Voy, voy —empezaron a salir de mi habitación

—Christine cariño, ponte hacer algo productivo —me mostró esa típica sonrisa "sé una buena hija y no molestes" de siempre—, por favor

—Mamá, vamos ya —Elia la tomo del brazo— deja de molestarla

No escuche que más dijeron ya que mi hermana había cerrado la puerta antes de que mamá contestara.

El día había comenzado como cualquier otro, solamente que hoy mi hermana se casa, y mi madre estuvo desde temprano viendo los preparativos, que todo estuviera en el lugar que correspondía, y como mi madre no sabe manejarse sin nadie quien le mantenga una agenda, me involucro a mí, cabe aclarar que nada salía bien porqué tanto ella como yo teníamos el mismo carácter y mis cosas a ella no le parecían.

Un juego a la vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora