Un juego a la vez

6. Cambios

Christine

Camine hasta la puerta de entrada de la universidad, había pocos alumnos —tomando en cuenta que son las siete y media de la mañana— y no todos suelen ser puntuales. Entre a nuestro salón.

—Buenos días presidenta —él estaba en el sillón con una computadora entre sus piernas

—Buenos días, Damián —se ajustó un poco las gafas para regresar su vista a su computadora— ¿Stella no ha llegado?

—Esta en el baño —deje el maletín en mi escritorio

—En serio deberíamos quitar ese jabón o yo sola soy capaz de acabármelo —entro a la habitación oliendo sus manos— Oh, presidenta ya llegó

—Buenos días Stella —saque mis papeles— ¿Qué tenemos para hoy?

Tomo unos papeles de la mesa y se acercó a mi escritorio.

—Como primordial, tenemos que ver lo del festival de primavera— dejo la hoja en mi escritorio— es dentro de tres semanas sin contar esta, así que...

—De acuerdo, una cosa a la vez —tomo su libreta—. Hay que ir primero con el director para decirle que empiece avisando del festival de primavera para que hagan la presentación de los proyectos, como segundo hay que ir con los de gastronomía para el banquete, ¿los de diseño fueron los que adornaron la última vez?

—Sí presidenta

—De acuerdo, iremos con ellos de nuevo —encendí computadora— ¿Algo más?

—Entretenimiento

—Cierto —mire mi computadora—. No nos dará tiempo hoy, iremos con el director y le avisaremos al chef Sebastián y a la profesora Letty de los acuerdos, a las bandas hay que convocarlas a una junta.

—De acuerdo —revise los correos de la escuela

—¿Cuál es el otro pendiente?

—La temporada de primavera con todos los equipos —dejo otra hoja— el torneo de primavera, tiene que dar inicio el día del festival como cada año

—Bueno una cosa a la vez —asintió— ¿Cuánto tenemos?

—Quince minutos antes de que comience la primera clase

Me levante de mi escritorio saliendo de la sala escuchando los pasos de ellos detrás de mí, nos dirigimos a la dirección, la secretaria estaba tecleando algo en su computadora cuando llegamos.

—Señorita Lambert

—¿Se encuentra el director?

—Justo acaba de llegar —no espere una orden para entrar a su oficina

—Sí, pero hay que revisarlo —nos vio entrar—. Pero te prometo que cuando tengas las listas te las haré llegar —agradecí a Damián en cuanto me sostuvo la silla para que me sentara— sí, luego lo vemos bien, igualmente —bajo el teléfono

—Buenos días director —saludo Stella a mi lado

—¿Qué les he dicho de las formalidades en mi oficina?

—Basta de saludos —me miro—, tenemos que ver lo del festival de primavera

—Sí, ese tipo de cosas es su trabajo —rodé mis ojos

—Lo sabemos, solamente queremos que se lo haga saber a los profesores, avisar con el chef Sebastián y con la profesora Letty de una junta para ver la decoración y banquete

—Oh, ya veo —asintió, apretó un pequeño botón en el intercomunicador—. Celia, informales a los docentes que los espero en la sala de juntas, por favor