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Habían pasado algunas horas luego de la llegada de la menor a la casa de Jennie, entre copas de vino, cerveza y charla, el tiempo había corrido demasiado rápido.

—Mis padres lo tomaron muy bien —dijo Rosé. —En el fondo supongo que siempre lo supieron, sobretodo mi madre.

Hablaban un poco sobre cómo había sido todo el proceso de "salir del closet" de la pelirosa. Jennie la escuchaba atenta.

—Es un don que tenemos las madres —se rió. —Es como si se activara otro sentido.

—Es interesante. —concluyó. —¿Y sirve para otras cosas ese sentido extra?

—Depende, hay cosas que son muy evidentes.

—¿Quiere decir que a mi se me nota a leguas que soy lesbiana? —preguntó bromeando.

Jennie tomó un poco de su vino y luego alzó una de sus cejas.

—Pfff... no haga eso.

—¿Qué? —preguntó la mayor, conteniendo su sonrisa al ver cómo Rosé escondía su rostro en sus manos.

—Lo de la ceja —respondió, aún con su rostro entre sus manos. —Muero cuando lo hace.

La pelinegra sonrió y mientras que Rosé seguía escondida, se acercó un poco más a su lado en el sofá.

—¿Qué voy a hacer contigo? —preguntó, finalmente cerca, quitando las manos de la menor de su rostro y tomando su mentón en su mano.

Rosé sintió el calor llegar a su rostro al tener a Jennie tan cerca, se recostó un poco más en el sofá y llevó una de sus manos a la cadera de la mayor.

—Lo que quiera...

—Voy por más vino —se alejó poco a poco de la pelirosa. —¿Otra cerveza?

—Por favor.

Jennie aguantó la respiración hasta que se detuvo en la encimera de la cocina.

¿Qué estás haciendo, Ruby Jane?

Perdiendo las bragas por una niña.

Pero es que Rosé era tan tierna y tan sexy a la vez, no podía evitar querer tontear con ella un rato (largo). Era una necesidad en ese punto.

Su celular la sacó de sus pensamientos.

—Hola mamá, ya llegamos a casa de los abuelos —le informó su hija apenas contestó la llamada. —¿Qué haces? ¿Fue Rosé por los apuntes?

—Ningie, sí, ya vino por ellos —abrió el refrigerador para buscar la otra cerveza para la menor. —Estoy... tomando un poco de vino.

—¿Esperando a la señora Bae?

—Si, estoy esperándola.

Escuchó los pasos de Rosé y la miró. Tenía las mejillas coloradas aún, no sabía si era por la cerveza o por lo cerca que habían estado hace apenas unos minutos.

—Pensé que necesitaba ayuda con algo. —le dijo deteniéndose en frente de ella.

—¿Ma? ¿Quién es? —había olvidado que tenia a su hija al teléfono.

my friends mom [chaennie]Where stories live. Discover now