Capítulo doce "La despedida más triste"

42 3 0
                                    


La despedida más triste

Iba rumbo al aeropuerto cuando recibí un mensaje de texto

"¿No te ibas a despedir de mí?"

Sentí cómo el estómago se me contrajo enseguida y al mismo tiempo unas náuseas se apoderaron de mí, el mensaje era de Julen.

Todo este tiempo y jamás se dignó a mandarme un mensaje o una simple llamada, algo que dijera que por lo menos deseaba saber si estaba bien, no entendía nada, pero le contesté:

"No, no pensaba despedirme de alguien que no tiene ningún interés en saber de mí"

"Tengo que verte antes de que te vayas, por favor, tengo que hablar contigo"

"Ya voy camino al aeropuerto"

No me contestó, lo ignoré, no iba a permitir que Julen interfiriera en mi viaje, había dudado mucho para darle importancia a lo que pensara, sufrí como jamás tendría una idea, y él jamás estuvo ahí, no tenía caso hablar con él, ni saber el porqué jamás me buscó en todo ese tiempo.

Llegué al aeropuerto a mediodía, mi vuelo estaba anunciado para la una de la tarde, y me dirigí a la sala de espera, pero escuché un grito detrás de mí.

-¡Gadea! ¡Por favor, espera!

Volteé y ahí estaba, Julen, vi su rostro y me dolió, me dolió saber que quizá nunca lo volvería a ver, pero no iba a posponer mi viaje, ya no iba a hacer nada por él, se acercó a toda prisa y me sonrió tímidamente.

-Gadea, tengo que hablar contigo, por favor, tienes que escucharme.

-No tengo nada que hablar contigo, todo estuvo muy claro para mí en este tiempo.

-Es que no entiendes nada, no lo vas a entender, déjame hablar, te lo suplico, después te marchas y harás de cuenta que no pasó nada.

-Mi vuelo sale en una hora, ya es muy tarde Julen.

Pero como siempre, las cosas tienen que ser así, porque para mí era tratar de entender que todo ya estaba escrito, y nuestra historia también, comenzaron a anunciar los vuelos que se pospondrían por mal clima y el mío se retrasó por seis horas.

Vi el anuncio y le dije:

-Me voy en seis horas, empieza a hablar.

-Vamos a tomar algo, hay un hotel enfrente y la comida es excelente.

-Qué raro que no sepas de eso.

-Mis padres viajan mucho, y siempre van a comer ahí antes de irse.

Nos dirigimos al hotel y pidió una mesa, siempre me encantó la seguridad con la que se desenvolvía, nos llevaron a un lugar bastante agradable que tenía vista hacia la ciudad, pidió bebidas y algo de comer, sabía incluso qué podía querer y me entristeció por un momento que me conociera a la perfección y no haber pasado juntos tanto tiempo como yo hubiera querido, estaba segura que habríamos disfrutado cada salida o cita, pero ahí estábamos, nunca es tarde para hacer algo por primera vez, o quizá por última vez.

-El tiempo corre Julen y yo me marcharé, no hay vuelta atrás.

-Gadea, yo...

Sus ojos se llenaron de lágrimas y de pronto comprendí, él supo todo, siempre, pero dejé que hablara y mi corazón se estremeció, ¿Por qué hasta este día?

-Gadea - Su voz se quebraba - El día en que... El día del accidente... Mis padres y yo... Vimos todo, yo llamé a la ambulancia y les pedí que nos quedáramos hasta que te llevaron al hospital, me dejaron ahí y ellos fueron a casa, vi a tus padres sufriendo, todo era tan confuso, pensaron que morirías, después llegó Rui, y y no quise acercarme, no era nadie, no tenía derecho, verte pasar en la camilla cuando te llevaron a urgencias, estabas toda ensangrentada, incluso llegué a pensar que no lo lograrías, sentí que moría, una de las enfermeras se apiadó de mí y me decía todo lo que ocurría, incluso me llamó para donar sangre, estuve ahí pero no podía entrar a verte, saber que estabas en ese estado y...

TODAS LAS VECES TÚWhere stories live. Discover now