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Pasearse por las calles de la comuna de San Miguel; divagar de caricaturas, historia o música era algo que solo podía pasar de esa manera única cuando Jorge conversaba con Claudio. Hasta que comenzaba la tormenta.

– Sabes que a ella también le gusta tocar la guitarra. –mencionó Claudio, recordando cosas bonitas sobre la persona en que pensaba

– ¿A quién? –preguntó Jorge, aún sabiendo por donde iban los tiros

– A la chica con la que me estoy viendo

¡Ouch!

(...)

Antes de terminar el paseo que tuvieron gran parte de la tarde, Claudio invitó a Jorge a un carrete que iban a tener unos amigos de sus amigos. Le dijo la dirección y a qué hora sería.

– Puedes invitar a los Beltrán si quieres, no sé. Me dijeron que mientras más gente mejor. Ya Miguel me dijo que iba. Es mañana, ¡así que eso! –sin contener su emoción, expuso su deseo de que Jorge también asistiera

– Bueno, está bien. –algo ido de la situación, aceptó sin pensarlo mucho

Se despidieron con un apretón de manos y un corto abrazo. Entonces Jorge fue rumbo a su casa, quedando esta un poco lejos que la de Claudio.

Caminando, empezó a divagar.

Todo lo que había invadido su mente era relacionado a su mejor amigo. No entendía cómo, cuándo. Solo pasó. Ni siquiera su primer amor adolescente lo tuvo tan frénetico. Espera, ¿era amor?

Estaba preocupado de que realmente lo fuera. De ser así, ¿cómo podría lidiar todos los días de verlo, tenerlo cerca y aguantarse las ganas de besarlo?

"Estoy pensando puras weas"

Sabiendo qué tan terco era en general, no le ganó a su propia consciencia y todo el camino de vuelta ideó qué hacer para sacarse esa tontera de la mente.

my love letter 【Jlaudio】// Los PrisionerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora