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"Nuevo inicio"

Su mirada perdida se enfocó en la puerta de su habitación al ver a Pietro entrar, ella se encontraba recostada en su cama casi como todos los días en los que no tenía algo que hacer o no quería torturarse al ir con Yelena para preguntarle por su esposa.

– ¿Lo hiciste?

– No, Wanda – Dijo cerrando tras suyo y acercándose a la cama – Yo intenté apoyarte y estar para ti, pero tú tienes que afrontar tus propias decisiones, yo no voy a sacar todas TUS cosas de TU casa, ni tampoco venderla, porque la que se metió en este lío en primer lugar fuiste tú

– Okay... – Se limitó a responder y se dio la vuelta en la cama dándole la espalda

– Wanda... no puedes seguir así, estás hundiéndote en tu soledad y tristeza, tienes que poner de tu parte...

– Yo sugerí que me congelen mientras no me necesitan, pero no me dejaron, así que déjame estar sola, todos intentan que me sienta bien y ni siquiera lo merezco, deberían de pensar ustedes mismos en lo que deben hacer o vivir, ya me pusieron la estúpida pulsera, déjenme sola

Pietro sabía que era uno de esos días, a veces su hermana estaba normal, como en aceptación, pero otros días odiaba estar despierta, así que debía ser comprensivo, porque aunque no esté de acuerdo con sus decisiones y odie que sea infeliz, tendría la empatía suficiente para entenderla y estar para ella.

– Descansa, Wanda, nos vemos después – Le dejó un beso en la cabeza y salió de su habitación

Unas lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas, se sentía tonta por llorar por algo que había hecho, pero le dolía no tener a su esposa a su lado, la necesitaba, se acurrucó mejor entre las sábanas intentando quedarse dormida.

...

Estaba en contra de todas las reglas, pero tenía una idea esa mañana y creía que no haría daño sólo ir a ver, sabía que sus capacidades eran muy buenas para justamente ser cautelosa, así que lo haría.

Esa semana se guió de los horarios de Yelena, sabía que ella llegaba después de que Natasha se vaya a su trabajo, vio en uno de los expedientes la dirección en la que residirían las hermanas, así que se alistó temprano ese día, la misma fecha en la que hace un año hizo que su esposa se olvide de toda su vida juntas.

Esperó afuera de la casa de Natasha, sintió su corazón volcarse y detenerse al verla salir de su casa, sintió que la respiración se le fue, sentía que el mundo le había dado el mejor regalo de la vida al solo verla, necesitó unos minutos para componerse y después la siguió en su auto, su corazón latía rápido, sentía una mezcla infinita de emociones, no podía dejar de pensar que se veía preciosa, justo como la última vez que la vio, trató de calmarse y al llegar a la escuela, se adelantó subiendo a un árbol de la entrada y eso fue lo más de cerca que la pudo ver, tenía el anillo de compromiso de Natasha en una de sus manos, guardaría esa escena para siempre, aunque se sienta como una acosadora de lo peor, quería sólo tener ese momento en el que veía a su esposa después de tanto tiempo, sintió sus ojos cristalizarse cuando la vio entrar por las grandes puertas, trató de calmarse y pensar en lo positivo de ese momento.

Las puertas se abrieron de nuevo, Natalia salió del lugar con pasos apresurados, había olvidado unas cosas en su auto, al menos esperaba que estén ahí y no en casa, tenía las llaves del vehículo entre sus manos, estaba concentrada en recordar si había traído lo que se olvidó cuando un viento rápido le dio en el rostro, alzó la vista de sus manos y vio a una persona con una gran capucha caminando rápido, frunció el ceño, no creía que había nadie enfrente suyo cuando salió, estaba por rebasarla cuando vio como las manos salieron del abrigo grande que llevaba esa misteriosa figura, las cruzó enfrente suyo, pero lo que atrajo rápido su atención fue un anillo que cayó en la acera, lo tomó rápido.

Would you lie for me? | ScarletWidowWhere stories live. Discover now