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-¿Bajamos ya? Creo que ya esta la comida- dijo Matias levantándose de la cama.

-No, no, si queres comemos acá, traigo la comida- me levante antes de que abra ma puerta y me interpuse.

-Amor, no me da tanto miedo tu viejo, voy a poder- dijo con una sonrisa.

-No es por mi papá- negue con la cabeza.

-¿Entonces?- pregunto frunciendo el ceño.

Justo en ese momento, sentí como tocaron la puerta atrás mio.

-Ju, ya esta la comida, con los tíos te estamos esperando.

Vi la cara de confusión de mi novio.

-¿Y ese?- pregunto susurrando acercándose a mi, haciendo que nuestras respiraciones choquen.

Hijo de puta, me quería poner nerviosa.

-Nadie, no es nadie- negue -Ya vamos Martin, ahí bajo.

-¿Como que vamos? ¿con quien estas, Julieta?

Ay dios, yo misma cave mi propia tumba.

-¿Por qué te pone nerviosa ese chabon, quien es?- pregunto mi novio agarrando mi mentón con su mano.

Negue con la cabeza -Nadie.

El alzó una ceja.

Abrí la puerta y mi primo ya no se encontraba, suspire aliviada, ganandome una mirada de mi novio.

Bajamos al comedor y mis papás ya se encontraban ahí, me senté al lado de mi mamá y Mati al lado mío.

-Tía, después dame porfa un acolchado, en mi pieza no tengo- hablo Martin llegando a la mesa -¿y este quien es?

Pregunto mirando a Matias, este lo miro con el ceño fruncido al escuchar como lo había llamado.

-Este, tiene nombre, chabon- contestó molesto.

-¿Perdón? ¿Quien sos vos pada hablarme así?

-Martin- llamó la atención mi mamá, la cual me miro, sabía que yo tenía que hablar.

-Martu, es el Matias- hable por primera vez, ganadome las miradas de todos los presentes -Mi novio.

Murmure lo último, causando otra mala cara de mi primo.

‐¿Novio, vos desde cuando tenes novio?- pregunto sentándose al frente mío en la mesa, luego miro a mi papá -¿tío, vos sos consiente de esto? ¿Lo aceptas?

-Juli ya esta grande Martin- fue lo primero que respondió mi papá -Ya estoy grande para ponerme celoso, además, Mati no se ve mal chico.

Sonreí cuando dijo eso.

Mire a mi novio y este trataba de reprimir una sonrisa, me ponía feliz al verlo así.

-¿no se ve mal chico? ¡Tío!- reclamo el chico -¡Es hijo de Gallardo! Nuestro enemigo.

Rode los ojos -¿enemigo? ¿Te estas escuchando Martin? No vivas en una película, yo se que me queres cuidar, pero ya esta, es mucho, yo no te pedí permiso para estar de novia con Matias, tampoco te lo pienso permitir, es mi vida y me importa muy poco tu opinión.

Solte molesta, baje la mirada al plato, no tenía ganas de verlo, la verdad estaba molesta.

Sentí una mano en mi muslo, debajo de la mesa que estaba cubierta por el mantel. Le sonreí disimuladamente a Mati y junte nuestras manos.

El solo tenia la cabeza baja, mirando nuestras manos unidas.

-No me parece bien, ¡no me parece bien! Juli aun es una nena, no la podes dejar tío- seguía quejándose mi primo.

Yo suspire, me levante de la silla y camine al patio, me sente en el pasto, mirando el cielo.

-Amor, ¿estas bien?- sentí como se sento al lado mío.

-Si- dije al aire, sin mirarlo aún, mi cabeza se apoyo en su hombro, el paso su brazo por los míos -perdón por lo que paso adentro.

Sentí como el nego -Ya esta amor, en gran parte me lo esperaba, si te soy sincero- yo sonreí.

-No te mereces esto.

-Nadie lo merece, pero pasa, no soy el único chabon al que la familia de la wacha no lo quiere.

-No tendría que ser asi- el asintió de acuerdo -¿te vas a ir a tu casa?

-¿Ya me estas hechando? Ni un beso de despedida- bromeo y yo lo mire mal, se acercó y dejó un beso en mi cabeza para luego acariciar mi espalda.

Sentía como me quemaba la espalda.

No tenía que darme la vuelta para saber que Martin nos estaba mirando desde la ventana de la cocina, suspire.

-Te juro que voy a hablar con el- le prometí, Mati sonrió.

-Yo se que si amor- miro a mi espalda y sonrió malicioso -Veni.

Se acercó poco a poco a mi y me dio un pico, era dulce y sabía que lo hacía para molestar a mi primo.

-Ya se fue- dijo al alejarse -Me gusta esta forma de espantar a tu primo, la voy a usar siempre que lo vea- río y yo golpe su hombro -Tenias que verle la cara, un poema, aunque no tanto como tu sonrisa.

-Ya volviste a ser chamuyero.

-¿Con vos? Siempre- admitio encogiendose de hombros, yo sonreí avergonzada -Vos me haces ser así de tonto, no me gusta pero a la vez me gusta.

Sonreí y una brisa me hizo agarrar un escalofrío, ahí caí en cuenta que estábamos afuera y yo salí en remera.

Mati río y se saco la campera para ponérmela sobre los hombros, yo le agradecí y el se acercó para dejar un beso en mi cachete que estaba frío.

-¿Entramos? Hace frio- pedí y el asintió, se levantó y me estiro la mano, yo la acepte para entrar a la casa -¿Mati, ma?

Pregunte cuando entramos a la sala y solo vi a mis papás, más no a mi primo.

-Salió afuera- informó y yo asenti.

Aun agarrada de la mano de mi novio, lo guíe al sillón que estaba al frente del de mis papás, sentandome con el al lado.

-¿Todo bien Matias?- pregunto amable mi papá.

Alze una ceja y mire a mi mamá, ella me dio una de sus típicas sonrisas, sabía que paso.

Había cargado a pedo a mi papá para que no sea igual de grosero que Martin.

Le sonreí agradecida, no quería seguir luchando con sus malos tratos hacia mi chico.

-Estoy bien señor- respondió amable, tenia sus manos sobre sus rodillas y una pequeña sonrisa nerviosa.

Me encantaría tener una cámara en mano para sacarle una foto, se veía muy tierno así.

-Así que, ¿jugas?

Suspire cansada al unísono con mi mamá, tarde o temprano tocaría el tema.

-Si señor, en la reserva de... River- dijo dudando, mi papá soltó una risa.

-Un chico tan talentoso en un equipo como ese.

Vi sus manos formar un puño, le quería responder, pero tomo aire y se relajo.

-Gracias por decir que soy bueno, señor- dijo primero -Y yo me siento muy bien en mi equipo, la verdad.

Me sorprendió su reacción tan natural, y al parecer a mi papá igual, el solo asintió.

Paso un rato más y mati ya se tenia que ir, se despidió de mis papás y lo acompañe hasta la puerta.

-¿Como estuve?- pregunto cuando ambos salimos y yo cerré la puerta para hablar un rato.

Yo no pude evitar sonreír y saltar a abrazarlo, la verdad me había estado conteniendo.

-Me sorprendiste- admiti -Estoy orgullosa.

-Era lo que queria- agarro mis cachetes y planto un beso en mis labios -Te amo.

-Yo también- dije embobada.

-Ya me voy, ¿mañana paso por vos?- yo asenti -Dale, chau amor.

Niñera | Matias GallardoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang