10.- Yo nunca

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1640.

10.- Yo nunca

Tal vez fuera porque esperaba que a Katie le costase mucho adaptarse a la dinámica de trabajo que seguía Penny, pero Jagged estaba francamente sorprendido de que en apenas un par de días lo tuviera todo bastante controlado. Fang todavía no se fiaba mucho de ella, la observaba con recelo desde lo alto del respaldo del sofá sin casi parpadear, analizando si era amiga o enemiga, si quería robarle a sus humanos o no.

—No, no, no. Por enésima vez, tiene que estar bien insonorizado. —Penny, al teléfono, puso los ojos en blanco—. El señor Stone necesita un espacio seguro.

Jagged frunció el ceño, aún no habían cerrado el contrato para el programa musical y ella ya estaba negociando las características de su camerino. La adoraba.

—Katie. —La muchacha despegó la mirada de la tableta y sonrió nerviosa—. Hay un restaurante africano a un par de manzanas de aquí, busca el teléfono, encarga akara, maafe y thiakry y que lo traigan al hotel.

—¿Qué?

—Comida, Katie.

—Ah, pero las alergias...

—Es para Penny, no para mí y no tiene alergias alimentarias.

Desvió la mirada hacia Penny como si desease preguntarle si estaba bien que lo hiciera. Jagged chasqueó los dedos recuperando su atención.

—Soy yo quien te paga. ¿Recuerdas mis normas?

—No cuestionar nada.

—Bien. Akara. Maafe. Thiakry. Ahora.

—En seguida.

Cuando Katie se puso a hablar por teléfono, él llamó al servicio de habitaciones para encargar su comida. Cuando estuviera todo allí mandaría a Katie a casa, ya habían trabajado lo suficiente para ser viernes. Además, le apetecía estar a solas con Penny, últimamente siempre estaban rodeados de gente. Era como si el haber oficializado su relación hubiese despertado la necesidad de todo el mundo de estar pegado a ellos.

La comida llegó, mandó a Katie a casa a descansar citándola de nuevo para el lunes y se sentaron para comer. La conversación sencilla y familiar, alejada del trabajo, le hizo sentirse reconfortado. Necesitaban unas vacaciones, pero tenían citas hasta bien entrado octubre a parte de la gira de verano que ya habían pactado. Se inclinó para robarle un beso a Penny encontrándose con la palma de su mano mientras ella le decía que el thiakry que acababa de comerse llevaba nuez moscada. Jagged se dio cuenta que no había pensado en decirle a Katie que avisase de que la comida era para Penny, por eso él nunca se encargaba de aquellas cosas, era un desastre absoluto.

El móvil de Penny sonó sobre la mesa, Jagged frunció el ceño, pero lo relajó al darse cuenta de que era el teléfono personal y no el de trabajo. La observó levantarse y saludar a su mejor amiga con entusiasmo. Sabía que Cécile era como una hermana para Penny, había prometido hablarle de ello algún día, pero ese día parecía no llegar nunca. No preguntaba, era consciente de que Penny llevaba un ritmo diferente para explicar según qué cosas si tenían una historia dolorosa detrás, aún y así, se moría de ganas de acribillarla a preguntas.

Penny le miró de reojo y susurró, Jagged se preguntó si era una muda petición de intimidad o si, simplemente, no quería que oyese algo en concreto. Decidió darle intimidad, se levantó de la mesa y se encerró en la habitación. Fang estaba estirado en el centro de la cama panza arriba, le miró de reojo y aceptó las palmaditas en la barriga con gusto. A veces se preguntaba qué pasaría con Fang si Penny y él algún día decidían tener hijos. Era un animal manso, pero seguía siendo un animal salvaje, su comportamiento con una persona adulta que entendía la importancia de respetar su espacio no sería el mismo que el que tendría con un bebé que le trepase encima y tratase de morderle o lo que fuera. No quería tener que renunciar a su compañero, adoraba a aquel animal y Fang confiaba en él.

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