Parte 5.

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Ambos contaban con admiradores a los que apenas les prestaban atención, y por eso las apuestas ahora giraban en torno a cuándo se darían cuenta de su mutua atracción, y por supuesto, acerca de cuál de los dos espantaría primero a la pareja del otro, porque si bien nunca admitirían que se gustaban, tampoco dejaban que el otro saliera mucho tiempo con alguien. 

Eran como el perro de hortelano, que no come ni deja comer.

Por eso nadie se extrañó demasiado cuando una de las apuestas la ganó Dong Yul, que aposto que el primer beso del Sr. Perfecto se la daría la Rana Salvaje. Y así fue que los a los dieciséis años, Jimin recibió su primer beso.

Todo empezó el día de San Valentín... 

Yoongi y Jimin salieron corriendo de clase. Ese preciado día, el que llegaba antes a casa arrasaba el buzón del otro y se quedaba con los regalos y tarjetas de admiradores.

Jimin había tenido el honor de recibir en años anteriores osos de peluche mutilados y tallos de rosas sin pétalo alguno, pero ese año sería él el vencedor, ya que había sobornado a su hermano Taehyung, que estaba en casa resfriado, con darle 20,000 wons si saqueaba el buzón de Yoongi en cuanto llegara el cartero. 

Cuando Jimin llegó a su casa ignoró la cara de satisfacción de Yoongi, quien lo esperaba junto al buzón. El rubio entró a su casa y vio cómo su hermano, tumbado en el sofá, leía muy atento una carta adornada con corazones mientras comía unas galletas caseras.

—Tae, ¿hiciste lo que te dije? —preguntó Jimin emocionado.

— Sí, pero creo que estas cartas son demasiado subidas de tono para ti. ¡Dios! Ni yo sabía que se podían hacer estas cosas. Le voy a tener que preguntar a Yoongi como consigue que las chicas y chicos le hagan esto.

— ¡Dame eso! —le dijo Jimin mientras le arrebataba la carta a su hermano y cogía toda la demás correspondencia de Yoongi para meterla en su mochila— ¿Y esas galletas?  —preguntó Jimin nuevamente. 

Taehyung se apresuró a comérselas todas de una vez antes de que su hermano se las quitara y luego contestó con la boca llena que eran de Yoongi. Jimin lo miro furioso antes de reclamarle.

— ¡Ahora no podré comérmelas delante de él! Bueno, ¿y mi correspondencia? —preguntó resignado. 

— Se me olvido recogerlo. Estaba demasiado ocupado leyendo las cartas y se me fue el tiempo. —contestó Taehyung antes de cerrar los ojos y hacerse el dormido.

Ante la respuesta de su hermano, Jimin corrió hacia el buzón donde lo seguía esperando la rana de su vecino.

— Este año has recibido una caja de bombones, riquísimos por cierto, un ramo de rosas que le he dado a mi mamá, así como una carta, que era demasiado cursi e imperfecta para ti, así que la he tirado. —le dijo Yoongi tendiéndole una caja de bombones vacía. 

Jimin lo miró furioso, guardó la caja vacía en su mochila y sacó las cartas que había recibido Yoongi, paseándolas delante de sus grandes ojos. Comenzó a leerlas antes de romperlas una por una. 

Pero hubo una que no pudo terminar de leer.

— "Querido Yoongi, soy yo: tu amada Soora. Quiero volver a hacer cosas prohibidas contigo, besarte hasta que los dos estemos excitados, lamer tu pecho fuerte y vigoroso y bajar a tus..." —Jimin, sulfurado y todo rojo como tomate, dejó de leer en voz alta.

— ¡Sigue, quiero saber cómo termina! —dijo Yoongi entre risas— ¿Al final me baja o no me baja los pantalones? —preguntó burlonamente.

Jimin lo miró con furia, rompió la carta de Soora en mil pedazos más que las anteriores, y cuando observó a Yoongi muerto de risa, sin pensar en las consecuencias, le tiró un zapato en la cabeza. 

Rana Azul - 윤민 YoonminOnde histórias criam vida. Descubra agora