Parte 15.

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Yoongi entró nuevamente en la casa y se dirigió hacia la cocina, desde donde provenían unas alegres risas. Cuando él entró, las risas cesaron. Jimin lo miró con total enfado, estaba precioso con su Jersey morado arremangado y sus hermosos ojos delineados. Las manchas de harina que lucía su rostro le daban más encanto a su carita de gatito travieso, de la que en ese mismo instante había desaparecido la sonrisa. 

La señora Park lo miró también un poco molesta, seguramente Jimin le había contado lo ocurrido, y la única sonrisa que había en esa habitación era la de Woohyun, que lo retaba a decir algo en su contra. 

— ¿Qué quieres? —preguntó Jimin bruscamente. 

— Sólo quiero hablar contigo en privado. —contestó Yoongi, y al ver la indecisión en el rubio, añadió— Por favor. 

Jimin lo siguió al estudio, donde esperó impaciente lo que el pelinegro tenía que decirle. 

— Jimin, me enfurecí porque ese idiota te estaba mirando el trasero en vez de ayudarte. 

— ¿Pero qué dices? ¡Woohyun nunca haría algo así! —contestó furioso. 

— ¡Diablos, Jimin! No te estoy mintiendo, te lo juro. 

— Eso es lo que te podía parecer a ti, seguro que te confundiste. 

— ¿Ah, sí? Cada vez que te agachabas hacia adelante dabas una vista panorámica. 

— ¿No serías tú el que me estaba mirando el culo, y no Woohyun? 

— Jimin, ¡pues claro que te estaba mirando el culo! Si lo tenía delante, mierda, y aún recuerdo lo firme y perfecto que es. 

— Eso fue un error que no se volverá a repetir. —dijo Jimin muy sonrojado. 

— No me gusta tu supuesto amigo, es un idiota. Se comporta de una forma ante las mujeres y donceles, y de otra con los varones. Se va a ganar el odio de todos los varones del este pueblo en pocos días. 

— ¡Woohyun es simpático, amable y educado! —lo defendió Jimin con vehemencia— Y si se gana el odio de todos los varones de aquí, será porque todos son unos brutos retrógrados. 

— Jimin, ese tipo me ha confesado que quiere acostarse contigo. —dijo Yoongi— Conozco a muchos como él. Tengo varios en mi equipo, son unos hipócritas que sólo quieren acreditarse puntos con los demás. 

— No digas tonterías, Yoongi. Tuve que persistir para que me acompañara y fue él quien insistió en que solamente éramos amigos. 

— Jimin. —repitió Yoongi— Ese idiota no es trigo limpio, aléjate de él. 

— Lo que pasa es que estás celoso, Min Yoongi. —afirmó Jimin. 

— Sí, y mucho. —confeso Yoongi— Pero eso no quita que ese imbécil sea un hipócrita. 

— Te apuesto lo que tú quieras a que estás equivocado con él y todo esto únicamente son celos de tu parte. —propuso Jimin con ese tono de voz de superioridad que él detestaba. 

— Acepto la apuesta. —dijo Yoongi rápidamente, sellando el trato, depositando un beso en sus manos. Antes de que Jimin cambiara de opinión quiso devolver el ataque, pues ya tenía el premio en mente— Si yo gano, quiero un regalo tuyo esta Navidad, y yo elegiré lo que será.

— Y si yo gano, dejarás de fastidiarme con lo de la lista y con la estúpida idea de que estemos juntos. ¿Aceptas? —retó Jimin consciente de que el pelinegro nunca aceptaría, por lo que se sorprendió al ver como Yoongi le tendía la mano para sellar el trato. 

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2023 ⏰

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Rana Azul - 윤민 YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora