capítulo 41.

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Zhanghao despertó sintiendo un fuerte dolor en el rostro, abrió los ojos con dificultad y cayó en cuenta de lo qué había pasado, lo habían secuestrado, pero ¿por qué?

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Zhanghao despertó sintiendo un fuerte dolor en el rostro, abrió los ojos con dificultad y cayó en cuenta de lo qué había pasado, lo habían secuestrado, pero ¿por qué?

Miro a su alrededor, era un cuarto sin ventanas, olía a humedad, no había nadie y él se encontraba tirado en un colchón con las manos y los pies amarrados, su boca estaba tapada, no podía gritar. Las lágrimas no tardaron en salir, tenía miedo de lo qué pudiesen hacerle, ¿qué hacía ahí? su madre no tenía dinero, no tenía caso si exigían dinero por el rescate.

¿Es por Hanbin? ¿por qué él si tiene dinero? se preguntó.

La puerta se escuchó abrirse y unos pasos acercarse hasta él, cerró ojos con fuerza rogando para sus adentros qué no le hicieran nada.

—Veo que ya has despertado —habló el mismo hombre que le había golpeado— Me alegra, creí que te había matado.

El hombre se acercó hacía Zhanghao y le quitó el pedazo de cinta de la boca para qué pudiese hablar.

— ¡Qué quieres!—gritó Zhanghao con lágrimas en los ojos— ¿Qué hago aquí?

—Estas aquí por una buena razón —contestó el hombre mientras apretaba sus mejillas entre las manos— Y no grites, pequeño, no quiero tener qué golpearte de nuevo.

— ¿Esto es por dinero?—preguntó sintiendo cómo sus dientes chocaban con su boca y le lastimaba —Mi madre no tiene dinero, por favor déjeme ir.

— ¿Por qué quieres irte? —se relamió los labios— Si la vamos a pasar muy bien.

— ¡No, por favor, no me haga nada! —rogó mientras lloraba aún más.

El hombre acercó sus labios a los de Zhanghao y los rozó con su lengua, él cerró los ojos con fuerza evitando las ganas de vomitar, justo cuando lo iba a besar, su teléfono sonó. El hombre se levantó y contestó —Si, jefe, él esta aquí —le dijo a la persona con quién hablaba— Esta bien, adiós.

—Tienes suerte de qué no tengo permitido hacerte algo —dijo mientras se acercaba a él y sonrió— Por ahora.

— ¡Ayuda! —comenzó a gritar Zhanghao una y otra vez y el hombre le tapó fuertemente la boca con su mano.

— ¡Cállate, idiota, cállate! —le gritó mientras empujaba con fuerza su mano y las lágrimas de Zhanghao caían por sus mejillas— Voy a desamarrarte las manos para sentarte en ese silla, no intentes escapar porqué si lo haces, voy a matarte, ¿escuchaste?'

Él asintió, pero cuando le desamarró las manos y los pies, forcejeó hasta lograr zafarse de su agarre y corrió hacía la puerta, pero él hombre fue más rápido y lo alcanzó.

— ¿Quieres morir? —le preguntó mientras lo llevaba a la silla y lo sentaba— ¿Quieres que mate a tu madre, junto con tu jodido hermanito?

— ¡No, por favor! —rogó— ¡No intentaré escapar, pero no les hagan nada!

oh, daddy ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora