Capítulo I

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Dos chicos se encontraban dentro del carro de uno de los dos. Mientras el que conducía tenía una cara de puño, su copiloto se encontraba cantando de forma alocada y tocando el frente del vehículo siguiendo el ritmo de la canción.

En todo ese camino la molestia que creía dentro del otro se desbordó, hizo una maniobra en la que las ruedas de Camaro rechinaron y provocaron que quedarán marcadas en la carretera.

—¡Dejarías de hacer eso por un maldito segundo, Stiles! —exclamo con enojó—. Quiero un momento de paz y no te cierras la boca.

—Bien, bien, como tú digas, Derek —Stiles rodó los ojos—. No tienes que gritarme, nada más tenías que pedírmelo.

—Cuando podré pedirte algo, si nunca cierras el pico —golpeo el volante—. Sé que no lo puedes controlar, pero por lo menos intenta no hacerme pasar vergüenza.

Aquella última palabra se coló en lo más profundo de Stiles y vió a su novio asombrado, era la primera vez que Derek le decía algo como eso.

—¿Te avergüenzas de mí? —hizo todo lo posible para evitar tartamudear.

—¡SÍ! —contesto sin darse cuenta de lo que sus palabras estaban provocando—. Todo el tiempo andas con tu maldito escándalo a toda hora, en cada momento y no puedo soportarlo más.

Hubo un silencio después de que Derek dijera todo aquello, eso mientras se veían a los ojos del contrarió. En Stiles se veían un poco empañados y sin el brillo que lo caracterizaba, pero en Derek solo se podía apreciar el enojó, nada más.

Stiles se acomodo en el asiento de copiloto para apagar el reproductor de música del Camaro.

—Listo, ya puedes manejar.

Derek no supo que decir o hacer, así que puso en marcha el vehículo y en todo el recorrido Stiles utilizaba todas sus fuerzas para no derrumbarse con su novio allí.

Apenas llegaron a la residencia Stilinski se quitó el cinturón y de forma rápida se bajó del Camaro, se inclinó para ver a Derek por la ventana.

—Descansa, Derek.

Y sin hacer o decir algo más Stiles entro a su casa. Daba gracias a que su padre ese día estuviera trabajando, porque apenas piso la casa se arrecostó a la puerta y se tiró a llorar.

Mientras tanto, fuera de la casa aún se encontraba Derek, un poco desconcertado por la forma en que Stiles se despidió como lo hacía usualmente. Una sonrisa invadió su rostro, tal parece que su novio había comprendido a la perfección el mensaje que él quería darle desde hace mucho tiempo.

Se fue hasta su propia casa, aparcó el Camaro y fue directo a su habitación. Al ser tarde ya prácticamente todos estaban dormidos, fue hasta su habitación quedando en boxers y se acostó. Termino dormido, aunque había algo que le taladraba el pecho. Lo ignoro por completo.

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Un nuevo día había llegado, Stiles no había podido pegar el ojo en toda la noche y más por estar llorando, hasta muy tardada las horas de la madrugada fue que el sueño lo venció.

Tenía unas oscuras ojeras y los ojos hinchados, no quería que su padre lo viera así entonces fue hasta el baño y se dió una larga ducha tratando de olvidar lo dicho por Derek en la noche anterior.

Al bajar su padre estaba sirviendo el desayuno y apenas vió a su hijo le dió una gran sonrisa, seguida de un fuerte abrazo. El gesto hizo que Stiles se sintiera incómodo por lo que trato de disimularlo.

Tuvieron una leve conversación como todas las mañanas, nada raro de lo normal. Noah se despidió de su hijo dándole un beso en la cabeza y luego se retiró a la estación de policías.

¿Te avergüenzo? ~ SterekWhere stories live. Discover now