¿Te avergüenzo? ~ Sterek

Capítulo IX

⚠️ Advertencia: Este capítulo contiene contenido sensible que puede resultar emocionalmente perturbador para algunos lectores. Aborda temas relacionados con situaciones de angustia emocional, relaciones conflictivas o experiencias difíciles. Se recomienda discreción al continuar la lectura y considerar su sensibilidad personal antes de proseguir. ⚠️

Frente a Derek estaba Paige, aquella chica que una vez se acercó con el propósito de saber la verdad y que luego abandonó el pueblo para jamás volver a tener contacto uno con el otro.

—Cuánto tiempo, Derek —le ofreció una sonrisa.

—Paige —no sabía qué decir—. ¿Cuándo volviste?

Caminó hasta él y lo hizo sentarse en la banca en la que estaba antes de que ella llegara de la nada.

—Es una larga historia —Paige llevó su mirada a la luna—, pero me alegra verte de nuevo.

Derek no sabía qué decir, años pasaron en los que ninguno tuvo comunicación con el otro, y por la forma en que las cosas terminaron todo era aún peor. Paige supo interpretar el lenguaje corporal de Derek por lo que nada más suspiró y llevó su vista al cielo estrellado.

—Es una bonita noche —intentó suavizar el ambiente con otro tema—. ¿No lo crees?

Teniendo como respuesta un murmullo, «Esto será más difícil de lo que pensé».

—¿Cómo te ha ido en todo este tiempo? —en verdad estaba interesada en saber sobre la vida de Derek.

—He tenido buenos días —se esforzó por contestar—. No me puedo quejar.

—Pero por lo visto hoy no es uno de esos días como para tener esa cara larga que tienes justo ahora.

Derek se inclinó y se llevó las manos a la cabeza. —Ojalá pudiera decir que estoy así por alguna bobada, pero es todo lo contrario y todo por mi idiotez.

—No deberías de darte tan duro, Derek —dio media sonrisa—. El que te equivocaras no te hace un monstruo, solo un humano que al igual que todos tenemos nuestros defectos.

—Lo que hice no tiene justificación —unas cuantas lágrimas recorrían sus mejillas.

—Sé que no terminamos de la mejor de las formas —agarró una de sus manos—, pero por los buenos momentos que pasamos y si te sientes bien como para hacerlo, puedes contarme lo que hiciste que te tiene de esa forma.

—¿De qué servirá contarte mis penas? —gruñó.

—Hablar es una de las formas para soltar todas esas emociones que nos agobian —levantó sus hombros—. Y estoy dispuesta a escuchar lo que tengas que sacar.

—Me odiarás si te digo lo que hice.

Paige hizo un gesto para que se diera cuenta que lo único que haría sería escuchar.

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En la casa Stilinski, Noah estaba haciendo algo de comer para él y Stiles. Esa noche tendría turno hasta el día siguiente, por lo que decidió preparar la comida para los dos antes de irse y que Stiles no tuviera que hacer nada. Los medicamentos que estaba tomando por órdenes médicas contra la depresión y los que le ayudaban con su TDAH lo mantenían un poco desorientado, por lo que las dosis eran mínimas; si estas llegaban a empeorar, tenían que ir de forma inmediata al hospital para evitar graves consecuencias.

Sin duda alguna, la vida de Stiles dio un giro de ciento ochenta grados. Era volver a esa época de su niñez, justo en el tiempo de la pérdida de su madre, Claudia. Fue un niño conocido, pero no por ser popular, alguien rico o hermoso, solo era por ser quien sufría de constante acoso. Nadie se llevaba la mano al corazón, ni siquiera a sentir lástima por él.