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Después de semanas de amor, perdón y reconstrucción el universo parecía estarse poniendo de lado de esa paraja que empezó de manera muy apresurada, llena de pasión y deseo

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Después de semanas de amor, perdón y reconstrucción el universo parecía estarse poniendo de lado de esa paraja que empezó de manera muy apresurada, llena de pasión y deseo.

Era un día soleado y radiante, perfecto para una mañana llena de amor y cuidados. YoonGi se levantó temprano y, con una sonrisa en el rostro, preparó un delicioso desayuno para su amado omega, Jimin.

El aroma del café recién hecho llenaba la casa mientras él cocinaba cariñosamente, emocionado por la sorpresa que tenía planeada para su omega, quien esperaba a su cachorro.

Su bebé.

Jimin llegó a la cocina, envuelto en una cálida bata, y encontró la mesa decorada con flores frescas y un desayuno delicioso esperándolo.

Sus ojos se iluminaron al ver a su alfa, quien le dedicaba una tierna sonrisa, YoonGi vestía un delantal color amarillo y estaba lleno de harina.

Incluso aprendió a cocinar por su omega.

—¿Todo esto es para mí? —Susurro acercándose a su alfa y beso su cuello.

—Por supuesto, mi amor. Hoy quiero consentirte, hace mucho no lo hago. —Respondió tomándolo por la cintura y lo aferraba a su cuerpo.

YoonGi lo guio hasta la mesa, se sentaron juntos y compartieron risas y caricias mientras disfrutaban del desayuno.

Pero en medio de su agradable momento, Jimin de repente se sobresaltó, sintiendo un leve dolor en su vientre.

—Min, creo que... creo que mi fuente acaba de romperse. —Explicó intentado no sobresaltarse.

Su inexperiencia hablaba, no sabía cómo reaccionar.

— ¿E-En serio?. —Balbuceó sin saber que debería hacer.

Estaba a punto de convertirse en padre y no sabía que debía hacer y de que pudieran reaccionar, la cara de Jimin se contrajo por el dolor repentino.

—¡Sí! Creo que es el momento. —Gritó con voz entrecortada, al sentir la primera contracción y el dolor apoderarse de él.

—Está bien, cariño está bien. Vamos al hospital, ahora mismo. —Respondió poniéndose de pie rápidamente intentado calmar a su omega.

Sin perder un segundo, YoonGi tomó en sus brazos a su omega, quien se aferraba a él mientras caminaban hacia la puerta. Ambos estaban nerviosos pero decididos a enfrentar juntos lo que viniera.

En el camino al hospital, YoonGi no dejaba de acariciar el rostro de Jimin, susurrándole palabras de aliento y amor. Jimin apretaba la mano de YoonGi con fuerza cada que una contracción aparecía, sintiendo el apoyo y la fortaleza que su alfa le brindaba en cada momento.

Cuando llegaron al hospital, YoonGi llevó a Jimin rápidamente a urgencias, donde fueron atendidos por un equipo médico experimentado. La tensión y el nerviosismo llenaban el ambiente, pero YoonGi no se separaba de Jimin ni un segundo.

—Amor, estoy asustado. —Aceptó Jimin, nada era como lo imagino y no se sentía preparado para ser padre.

—Todo estará bien, cariño. Estoy aquí contigo, estaré a tu lado por siempre. —Explicó besando  la frente de su omega con ternura.

El trabajo de parto fue intenso, pero el amor y la determinación de ambos los mantuvieron unidos.

YoonGi sostuvo la mano de Jimin durante cada contracción, alentándolo y recordándole que era fuerte.

Finalmente, después de horas que parecieron eternas, el llanto de un bebé llenó la habitación.

Jimin y YoonGi se miraron con lágrimas en los ojos mientras el pequeño cachorro llegaba al mundo.

—¡Es nuestro hijo, Min! Es nuestro JiYoon. —Susurro emocionado y conmovido.

—¿JiYoon? —Preguntó sin saber cuándo fue que su omega eligió el nombre de su cachorro. —Sí, mi amor. Nuestro pequeño JiYoon. —Repitió el bello nombre de su hijo.

—Son nuestros nombres, incluso cuando estábamos lejos quería sentirte cerca y JiYoon me ayudo. —Explicó aceptando la debilidad y soledad que sintió al estar lejos de su alfa.

El amor y la alegría llenaron sus corazones mientras sostenían a su recién nacido en brazos.

JiYoon era un regalo precioso, una muestra tangible del amor y lujuria que compartían Jimin y YoonGi.

En ese momento, todos los miedos y preocupaciones desaparecieron, dejando espacio solo para la felicidad y la emoción de ser padres.

Con el apoyo incondicional de YoonGi, Jimin pudo dar a luz a su primer bebé y experimentar la maravillosa transformación de ser padres, sabiendo que estaban destinados a vivir una vida llena de amor y felicidad como una hermosa y fuerte familia.

El momento en que sostiene a JiYoon en sus brazos por primera vez es mágico y abrumador para ambos padres.

Sus ojos se llenan de lágrimas de alegría mientras contemplan al pequeño milagro que han traído al mundo.

Yoongi acaricio suavemente y con miedo la mejilla de su bebé. —Es perfecto, Jimin. Nuestro JiYoon es perfecto. —Murmuró con una sonrisa inigualable en su rostro.

Lujuria accidental. •YM•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora