Capitulo 27

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"Señor presidente ¿Está usted seguro de querer lanzar ese ataque? Recuerde que después de eso no habrá marcha atrás y seremos conocidos como el gobierno más extremo de todos.

Mis hombres me seguían cuestionando después de haber tomado esa decisión. Para mí era la mejor solución, aunque para ellos estar jugando a la guerrilla era lo correcto, pues se trataba de un ejército inferior a nosotros que solo deseaba un poco de atención.

Yo argumenté que era mejor el hecho de mostrar nuestro poderío militar antes de que a alguien más se le ocurriera retarnos, así quedaría mejor con los otros países y no como un presidente que tuvo miedo.

Todo esto estaba diseñado por mi desesperación de encontrar a Miriam pero eso era un secreto que tenía que tener bien guardado en mi interior.

—Así es, estoy seguro de lanzar el ataque.—Contesté ocultando los nervios.—Ese es un punto estratégico muy versátil y podremos acabar con gran parte de ellos sin que se lo esperen. Después de eso, solo tendremos que limpiar los escombros e ir eliminando a los que queden poco a poco. No me puedo dar el lujo de que esta guerra siga.

—Pero señor, nuestro objetivo principal está ahí dentro.—Me dijeron refiriéndose a Miriam, por rescatarla había empezado esta misión.—¿Qué piensas hacer al respecto?

—Confío en que el hombre que enviamos será lo suficientemente capaz y rápido para sacarla de ahí a tiempo. —Conteste con la mano en el corazón.—Así mataremos dos pájaros de un tiro y estará más cerca la victoria.

Yo sonaba tan convincente, al menos hacia los demás. Ya solo faltaba convencerme a mí mismo de que el plan iría por buen camino.

Después de aquello, aún tenía mis dudas y desconfianza.

Dicen por ahí "él que no arriesga no gana" y ya me había decidido a tomar el riesgo.

Nos habíamos movido a un cuartel más cercano, el cual, había sido montado por los militares para estar más cerca del enemigo y poder monitorear sus movimientos. Ahí también llegó el armamento pesado: carros de guerra, aviones, municiones, comida, entre otras cosas que íbamos a necesitar.

Los militares sabían hacer muy bien su trabajo, solo estaban esperando que yo diera la orden para actuar.

Decidí esperar una hora, tiempo en el que trataría de comunicarme con Omar para avisarle de la situación y que acelerara sumisión.

No fue necesario esperar tanto tiempo pues él mismo se comunicó 

"Voy a salir con ella. todo está listo.

Al escuchar eso en las comunicaciones, me sentí muy bien pues Miriam estaba con vida y apunto de ser rescatada por mí.

Al final las cosas estaban yendo bien y gracias a ese muchacho pronto la podría tener a mi lado para continuar con lo establecido.

Ese mensaje también fue motivacional pues eliminó todas las dudas que tenía respecto a lanzar o no el ataque.

Cuando supe que no había ningún peligro incluso tomé esa decisión pensando en hacerles un favor, pues sí sí se daban cuenta que escaparon probablemente los seguirían hasta capturarlos.

Nosotros no podiamos acercarnos tanto a ese terreno, perderíamos hombres en combate sin sentido así que lo mejor era utilizar la artillería pesada para lanzarlo.

Adelantamos el tiempo, el ataque no ocurrió en una hora como la había previsto sino 45 minutos antes. Todo eso para que nuestras comunicaciones no fueron intervenidas y poder lanzar el ataque sin problema.

La novia del presidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora