CAPITULO 14

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Taehyung suspiró, mientras miraba el sol ponerse lentamente por la ventana del segundo piso de su apartamento. La gente, abajo, en la calle, se movía como si el mundo hubiera continuado girando sin Seokjin en él. Eso, él no logró. Todo se había detenido hace ocho días, cuando Seokjin salió del hospital. Taehyung sabía que sólo él tenía la culpa. Él había excluido a Seokjin, justo como el hombre lo había acusado de hacer. Simplemente no podía hacer frente a todo, en ese momento. Había estado recuperándose del rechazo de Seokjin, de su invitación para vivir juntos, y luego el ataque de Yuto y el rescate de Jjanggu, y luego tener Seokjin saltando en la habitación del hospital, rugiendo y gruñendo. Taehyung simplemente se había cerrado. Y ahora estaba pagando el precio.

Seokjin, posiblemente la cosa más maravillosa que alguna vez le había pasado, había desaparecido. No lo había visto, ni oído hablar del hombre, en días. En un movimiento desesperado, en medio de la noche, lo había llamado, sólo para que le respondiera, su correo de voz. Había dejado un mensaje, pero eso había sido hace cuatro días y Seokjin no había regresado su llamada. Tampoco le había regresado las otras tres veces que llamó. Taehyung estaba empezando a recibir el mensaje. Seokjin probablemente todavía pensaba que no había crecido. Tal vez no lo había hecho. Evitaba la confrontación, porque nunca ganó nada, excepto dolor. Odiaba discutir. Yuto solía gritar y vociferar un montón, y no parecía importarle de qué se trataba. A veces, Taehyung pensaba que al hombre simplemente le gustaba escucharse gritar.

Taehyung sería el primero en admitir que era un poco romántico, pero ¿por qué no habría de serlo? Quería que lo invitaran a cenar y que lo hicieran sentir especial. Él quería enamorarse de un chico que también lo amara. Quería pasar las perezosas tardes de domingo, descansando en la cama, riendo y abrazando y besando. ¿Qué estaba tan mal en eso? ¿Por qué se sentía como un bicho raro, cada vez que quería esas cosas? Yuto estaba más que dispuesto para pasar el rato en la cama, en una perezosa tarde de sábado, pero sólo si lo había atado y amordazado, con un plug anal en el culo. La idea de Yuto de hacer que él se sintiera especial, era llamarlo mascota y esclavo y haciéndolo arrodillarse a sus pies, mientras lo mostraba a todos sus amigos.

Taehyung todavía estaba tratando de averiguar dónde Seokjin se situaba en todo eso. Sabía que probablemente debería haber discutido las cosas con él en lugar de correr, pero eso era más fácil, a que le dijera que él no está a la altura, que era lo que habitualmente sucedía con Yuto. También sabía que estaba mal medir a Seokjin por lo que había experimentado, pero parecía no poder evitarlo cuando había sido su única relación real, el hombre con el que había decidido pasar su vida, hasta que aprendió qué clase de vida quería. ¿Estaba precipitándose, al querer algún tipo de compromiso de Seokjin tan pronto?

Taehyung siempre había sentido que no debería tener sexo con alguien con quien no estaba dispuesto a pasar su vida. Al permitir que Seokjin lo jodiera, él había admitido, al menos para sí mismo, que quería un compromiso por parte de Seokjin. Él sabía que tenían mucho que aprender el uno del otro, ¿pero no podrían convivir, con la misma facilidad, como si tuvieran viviendo en lugares separados? Sin algún tipo de compromiso, incluso si sólo era discutir vivir juntos, Taehyung no sabía si incluso tenían una relación. ¿Estaban saliendo? ¿Novios? ¿Amantes? ¿Eran una pareja?¿Exactamente que eran? ¿Taehyung podría confiar en que Seokjin no le seria infiel, o ellos todavía no habían llegado a esa etapa? ¿Y cuando era esa etapa? ¿Dos meses? ¿Tres? ¿Cuándo merecía ser llamado el único?

Por cuánto tiempo tenían que estar juntos, antes de que Seokjin lo mirara y pensara: "Este es el hombre con el que quiero pasar mi vida." Tal vez él no lo haría. Tal vez por eso Seokjin había salido de la habitación del hospital. Sintiendo que su corazón se rompía en dos, Taehyung se apartó de la ventana y fue a la cocina para hornear algo. Hornear siempre lo hacía sentir mejor. Él nunca tuvo que pensar en nada y las instrucciones estaban escritas para él con palabras claras y precisas. Él sabía lo que se esperaba que hiciera y cuándo. Cuatro horas más tarde, Taehyung se recostó contra su fregadero y se quedó mirando los montones de alimentos, cubriendo el mostrador de la isla, preguntándose qué iba a hacer con todo eso. Sabía que podía llevar los pasteles y postres a Yunho y Mingi , pero ¿qué pasaría con el resto?

WINDY SPRING IIIWhere stories live. Discover now