• Luna, una streamer mexicana, es llamada para ser la contrincante de Mayichi a tan solo cuatro días de la velada del año 3.
• Acepto, aun sabiendo que probablemente se reencuentre con su ex novio, Quackity.
• Al reencontrarse, ¿Volverán a sentir lo...
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Si yo fuera una chica rica Tendría todo el dinero del mundo, si fuera una chica rica Ningún hombre podría probarme, impresionarme, Mi liquidez nunca terminaría Porque tendría todo el dinero del mundo, si fuera una chica rica
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Para Luna era muy difícil mantener la identidad de la contrincante misteriosa, ¡Era ella misma! Al principio ella no planeaba asistir a la velada, pero eso cambio cuando su padrino le contó que Ibai le había contratado para cantar en el tiempo de entre alguna pelea. El mismo señor le había propuesto compartir el escenario con el, como en los viejos tiempos, a lo que ella le respondió que lo pensaría, pero nunca sucedió.
—¿Para que me llamaste a este gimnasio, Lu?—Preguntó su amiga apenas vio a la rubia.
—Ama, necesito contarte algo.—Le dijo apenas se sentaron en una banca.—Es un secreto, así que no digas nada.—Le advirtió. Tomo un gran bocado de aire para soltar las simples palabras de: Yo soy la elegida, Ama.
La castaña cubrió su boca con asombro, en su mente solo se reproducían tres simples palabras: "Es un secreto". Seria difícil para ella, pero lo mantendría lo mas oculto posible.
—Mierda, Lu.—Exclamó la chica.—Me siento muy afortunada de ser yo la única que lo sepa.— Declamo con orgullo.—Pero, ¿Porqué yo?
—Dejando de lado que eres mi segunda mejor amiga.—La rubia se levantó para comenzar a golpear un saco.—Rivers está ocupada con su combate, Ari será presentadora, Carre no es el mejor guardando secretos, al igual que Juan, Iván, Aldo, y Roier. Eres mi opción más segura.
—¿Y tú hermano?—Pregunto Ama subiendo las piernas a la banca.
—El me esta ayudando junto a mi padrino.—Le contesto viéndola un breve segundo.
—¿Y donde esta?—Volvió a preguntar Ama.
—El y mi padrino fueron a comprar unas cosas para la alfombra de la velada.—Contesto sin importancia.
—¡Oh, hablando de eso!—Grito la mexicana asustando a la menor.—¿Qué usarás para la alfombra?
—No tengo ni puta idea.—Golpeo con fuerza el saco—Para iniciar, ni siquiera planeaba venir.
—Pero aquí estás.—Comento con felicidad, Ama—¡Vamos de compras!
—¡Ni loca!—Dejo el saco de lado.—Ir de compras contigo no son solo cinco minutos.
—¡Eso es lo divertido, Lu!—Puchereo la castaña.—Ándale.
Luna intentaba no ver los ojos de su amiga, ya que era sabía cómo convencerla tan solo con una simple mirada.
