DIECISÉIS

1.4K 139 8
                                    

Mariela

Me despido de mi niña y mi nieta, sigo sin creer que estén aquí, vivas y sanas. Han pasado siete meses desde que James rompió conmigo, no puedo culparlo, él quería cosas que yo podía ofrecerle. No he vuelto a verlo, cada vez que ha venido a casa para alguna visita médica me he encerrado en mi habitación o me iba a pasear por el jardín para no verlo. No ha intentado ponerse en contacto conmigo, lo entiendo, le rompí el corazón. Este tiempo a solas me ha ayudado a esclarecer mi mente, he dado vueltas a muchas cosas, como a la idea de tener hijos. Ahora que mi corazón vuelve a estar completo con Sofía aquí quiero volver a ser madre, mi hija va a hablar con su esposo para que me ayude a con la adopción.

-¿Qué haces aquí tan sola?

Sonrío a Hugo, hace meses que volvimos a hablarnos, volvemos a ser amigos como antes. No, mejor que antes, parece que ha entendido que no siento nada por él.

-Estaba despidiéndome de Sofía y Luna- contesto.

-Ojalá algún día conozcas la casa de Santa Fé, estoy seguro de que te iba a gustar.

-Me han invitado a ir, pero creo que necesitan estar a solas los tres.

-Sí, han pasado por mucho, es increíble lo que Sofía ha aguantado.

-¡Oye!- exclamo- Tiene a quien parecerse.

Hugo levanta las manos en señal de rendición.

-No he dicho nada y tienes toda la razón, madre fuerte, hija aún más fuerte, imagínate cómo va a ser la nieta.

Me rio suavemente.

-¡Hugo!- grita Mario- Vamos hombre, apúrate.

Hugo suspira.

-El jefe me reclama- dice.

-Que tengáis un buen viaje.

-Nos vemos, Mariela.

Entro en casa cuando el coche desaparece de mi vista. Escucho a Gala toser desde su habitación, últimamente ha estado un poco mal de salud, subo las escaleras preocupada, entro en su habitación y me siento a su lado en la cama, inmediatamente se acurruca en mi cuerpo, no deja de toser.

-¿Te has tomado la medicación?- le pregunto.

-Sí.

Sus dientes castañean, pongo mi mano en su frente para tomarle la temperatura.

-Estás ardiendo cariño- le digo.

Tadeo no le quita la vista de encima.

-Voy a llamar a James- dice.

-No, estoy bien- susurra Gala.

-Cariño, no estás bien, estás muy resfriada- le digo- Deja que James te atienda.

-No me dejes sola- dice aferrándose a mi cintura con sus brazos- Por favor, no me siento bien, quédate conmigo.

-Está bien, mi niña, no te preocupes no voy a moverme de tu lado.

Apoya su cabeza en mi regazo, le canto la canción que siempre le cantaba a Sofía cuando era pequeña, Sandra pone otra manta por encima de ella. Tadeo habla con James por teléfono.

-¡Ven ya!- le grita- Está mal, James, sigue con mucha fiebre.

Gala cierra los ojos lentamente, tiene su pequeña nariz roja por la congestión. Acaricio con suavidad su pelo castaño, es una niña preciosa, tanto por dentro como por fuera. Puede que no comparta sangre con los Reyes, pero es una más, sus ojos son verdes amarronados, no como los de Tadeo, Sandra o Mario, que son como el verde del mar, los de ellas me recuerdan a la selva. Es tan pequeña, siempre se está quejando de medir 1,63cm. Pero ella es preciosa tal y como es, sólo es una niña de veintidós años. Me quedo callada cuando creo que se ha dormido, pero ella abre los ojos.

FRÁGIL #1.3 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora