| Capitulo 5

87 19 8
                                    

—Is your love...how deep is your love... —Canto mientras me balanceo al ritmo de la música y me sirvo un vaso de jugo.

Hoy desperté de buen humor, no sé si es la medicación haciendo efecto, la canción o la charla con mi hermano la noche anterior; Supongo que es una combinación de todo. Subo las escaleras hacia mi habitación tarareando la letra de la canción con mis audífonos colgando alrededor de mi cuello.

Entró en mi habitación y me dirijo hacia mi escritorio, sentándome en la silla frente a este. Me había quedado sin libros en físicos, y aunque me encantará releerlos; está vez estaba decidida a escribir mi propia historia.

Temblando doy clic en "crear una historia" mi respiración comienza a acelerarse cierro los ojos y respiro profundo tratando de calmarme; lentamente abro los ojos y comienzo a escribir:

—Capitulo Uno...

...

Dejo de escribir al escuchar la vibración de mi celular; lo agarro mirando la pantalla de este encontrándome con un mensaje de mi hermano por lo que abro el chat:

Dejo de escribir al escuchar la vibración de mi celular; lo agarro mirando la pantalla de este encontrándome con un mensaje de mi hermano por lo que abro el chat:

Dejo de escribir al escuchar vibrar mi celular; lo agarro mirando la pantalla de este encontrándome con un mensaje de mi hermano por lo que abro el chat:

Adrián:

Alíen, pasaré por ti en cincuenta minutos para ir al parque.

Yo:

Está bien

Respondo enfocando nuevamente mi vista en la laptop llamando mi atención la cantidad de palabras: 2221 Palabras

«Fue un buen comienzo»

Me acomodo los audífonos reproduciendo Good 4 u de Olivia Rodrigo. Comiendo un intento de baile con una guitarra imaginaria mientras me cambiaba de ropa; cambie mi sudadera por una camisa ajustada al cuerpo marón junto a una playera de cuadros marrones con mangas largas, dejando mis vaqueros beige y mis converses marrones.

Recogí mi abundante cabellera castaña en una coleta, escuchando un grito en la planta baja de la casa proveniente de mi hermano Adrián, por lo que tomo mi celular y audífonos colocándolos al rededor de mi cuello y salgo lo más rápido de mi habitación.

Al llegar a la entrada de la casa me encuentro a mi hermano esperándome. —Hola —Lo saludo al estar a su lado por lo que fija su mirada en mí respondiéndome con una sonrisa ¿forzada?

—Hola alíen, ¿vamos?—Pregunto por lo que asistí.

....

Caminamos por el sendero del parque mientras terminábamos nuestros helados de chocolate; Recordando lo dicho por mí hermano Alex la noche anterior

—Adrián —Me miró esperando que continuará — ¿A qué se refería Alex, con que te irás en una semana?

—Alessa, Yo...—Esperé que continuará—Me iré a California en una semana—Dice triste.

Al escuchar aquellas palabras mi buen humor desapareció y muchas preguntas comenzaron a aparecer:

¿California? ¿Desde cuándo? ¿Me quedaré sola? ¿Porque me dejara sola?

¿Me dejara igual que ella...?

Paso una mano por mi cabello pensando que eso es mentira pero mi pecho se aprieta. Trato de tomar una reparación profunda y fallo, siento como si algo estuviera en mi garganta impidiéndome respirar; mi hermano al notar esto me toma de los hombros.

No puedo respirar

Me voy a morir

Con el miedo circulando por mis venas, mi corazón acelerándose, la sensación de hormigueo por todo mi cuerpo, sofocada, cierro los ojos

—No... Puedo respirar

—Alessa, respira, vamos respira

—No... Yo... —Abro los ojos enfocándolo en mi hermano y las lágrimas inundan mis ojos —tengo tanto miedo... no puedo respirar —Mi voz se rompe.

—Estoy contigo, alíen, va a pasar —La voz de mi hermano es tan tranquilizante

Lagrimas gruesas ruedan por mis mejillas

—Esto va a pasar, trata de respirar conmigo, piensa en otra cosa mientras pasa, ¿has disfrutado del paseo o esta brisa de primavera? Porque yo sí, ¿has notado como las hojas de los arboles caer suavemente, danzando por todo el parque hasta caer finalmente al suelo?

Sus palabras son muy reconfortante, mi pecho sube y baja rápidamente mientras lo escucho, el sigue hablando, quiero que pienses en eso, alíen, cierra tus ojos, quiero que recuerdes como caen esas hojas suavemente, ¿te lo estás imaginando?

Cierro mis ojos—sí.

—Quiero que imagines como caen al suelo y cuando lo hagas, toma una respiración; recuerda que es tu imaginación las hojas caen al ritmo que necesites.

Obedezco, tomando respiraciones profundas, no sé cuánto tiempo pasa pero el ataque de pánico corre su curso, llegando a su final con mi respiración regulándose poco a poco. —Adrián

— ¿Ya ha pasado?—Asiento.

Mi hermano me abraza delicadamente como si fuera a romperme como una pequeña muñeca de porcelana.

—Vamos a casa

Una Chica Invisible ©Where stories live. Discover now