Los Recuerdos de unos ojos rojos ◽️Jujutsu Kaizen (Oc)

-Jujutsu 🐉 -

Jujutsu cortos
- El dolor de un encierro -
Partes de un recuerdo

El joven albino estaba en aquel sofá con los ojos fijos afuera, se notaban las pequeñas ojeras por no dormir nada durante dos días seguidos. Algo que podría sacarle factura, sin embargo con la mirada tan concentrada a su alrededor, no noto una presencia que se iba acercando a el.

Un pequeño escalofrío recorrió en el cuello de Satoru, al sentir unos dedos que recorrían suavemente aquel lugar. Haciendo que saltara un poco de la impresión y miro hacia arriba, notando esos ojos rojos intensos que lo miraban. Yumeko estaba a su lado con su pijama, que sólo era una camisa grande blanca cubriendo su pequeño short del mismo color.

- Satoru... No has ido a descansar - Se sentó en el brazo del sofá - Dejadme vigilar a mi.

- No... - Miro a otro lado serio - Deberías guardar fuerzas para después... Puedo sólo.

- No seas tonto... - Tomo su cabeza para arrescostarla en sus pechos, acariciando sus cabellos - Eso debiera decírtelo yo a ti.

Si, Satoru y Yumeko son los que han tenido más energías gastadas, desde el viaje en avión donde, el Gojou vigilo a todos los pasajeros desde cerca, hasta la Ishtar que instalo papeles en los asientos esperando que estos se marcarán en negro significando que alguien era hechicero.... Pero no ocurrió para nada.

Yumeko al ver que Satoru no dejaría que ella vigilará por lo menos esa noche, tomo su mentón haciendo que la viera y le dio un beso. Confundiendo al chico, que aún así le siguió la corriente haciendo más intenso el beso en silencio para no despertar a nadie.

....

Después del descanso en la playa, el paseo por las flores, el acuario, los restaurantes y muchas cosas en la cual Riko pasó muy bien. Llegaba el día en que tenía que fusionarse con Tengen-sama.

Pero, Yumeko se quiso atrasar un poco comprando algunas cosas que quería darle a la chica antes de que se fusionara. Por lo que los demás fueron adelante llegando a la escuela respirando tranquilos por tener la protección de la escuela.

Mientras ellos esperaban a la hechicera, Yumeko estaba a punto de subir por las grandes escaleras, pero algo la detuvo y se quedó en el primer escalón con una pequeña sonrisa en el rostro dejando las bolsas a un lado.

- Al parecer.... Alguien quiere darnos una sorpresa - Con las manos tras sus espalda se giró - ¡Puedes salir!? Quieres mostrarte?

Al querer articular otra pregunta, una Katana pasó por su estómago dando ver que la atacaron por detrás, con suerte su cuerpo resiste a las armas malditas de bajo nivel para sus cartas y la arma blanca no le dañó en nada.

Yumeko miro detrás suyo y no había nadie, miro adelante mostrando a un hombre, fornido y con una cicatriz en el labio. La Ishtar abrió los ojos al reconocerlo, pues lo conoció en su infancia.

- Ah!~ Toji - San! - Sus mejillas se pusieron rojas - ¿Hace cuanto qué no te veo!?

- Diría que no te conozco... Pero se de quien es esa cara... - Sacó otra espada más pequeña - Yumeko, no? Ishtar Yumeko...