꒰ ⌗ Sexto ! ꒱

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Pasados los interminables minutos bajo las palabras de su maestra, y papelitos chocando sin cesar en su cabeza, Jisung por fin se dignó a ver la pizarra, aquella señora ya había terminado su clase y se disponía a abandonar el aula antes de tiempo ...

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Pasados los interminables minutos bajo las palabras de su maestra, y papelitos chocando sin cesar en su cabeza, Jisung por fin se dignó a ver la pizarra, aquella señora ya había terminado su clase y se disponía a abandonar el aula antes de tiempo puesto que no le interesaba cuidar a chicos mayores, recogiendo en su maletín sus hojas y libros, sin olvidarse de sus tizas. Ni siquiera se despidió, cerró lentamente la puerta y les dejó.

El castaño se armó de valor para ver a uno de sus costados, Jaemin preparaba más papelitos y los acumulaba en una esquina, Sungjin sin embargo dormía tranquilamente al otro lado de la clase, al parecer muy cansado como para dedicarle su dosis de maltrato diario, por el momento.

Acomodando sus lápices esperó a que e siguiera lanzando papelitos hasta que se aburriera, sobretodo porque se sobresaltaba cada vez que un papel hecho bolita se estampaba en su cara. Pensó que el Alfa había tomado un descanso pero cuando volvió a ver a su sitio solo vio su mochila encima del pupitre, el dueño estaba hablando con alguien a unos metros de allí.

El alivio le recorrió gratamente, soltando sin querer sutilmente su aroma, nadie se percataba de esas acciones ya que la mayoría no conocía al dueño de su rico aroma. Jisung olía a bizcocho, más específicamente a uno recién horneado, podía ser el olor a miel lo que le complementaba, dando como resultado un embriagante olor por las mañanas.

Fueron unos segundos los que estuvo vagando por sus pensamientos mientras que su mano derecha se movía sobre la superficie amarillenta de las hojas de su libreta, concentrado en escribir y sintiéndose relajado al poder soltar su esencia, no notó la presencia de alguien muy cerca de él, leyendo con decepción lo redactado en el papel.

Se cruzó de brazos mostrando un desagrado más elevado cuando Jisung le ignoró y siguió escribiendo, viendo que aquel chico era su salvación en el curso, aceptó la propuesta del director en el último momento, recibiendo libros y materiales necesarios para hacerse cargo de las clases el Omega. Le repugnaba tener que ceñirse al papel de profesor particular, incluso ayer quiso vomitar mientras se repetía a sí mismo que le daría clases a Jisung, al huérfano ciego.  No le molestaba que fuera huérfano desde su nacimiento porque no le importaba realmente, pero el hecho de que tenga una vista con tantas dificultades solo emporaría su rendimiento en las explicaciones.

—Han -Dijo avanzando solo dos pasos para que el castaño se enterara de su presencia, el único ojo funcional del pequeño Omega se posó en él en menos de lo esperado y una suave ráfaga de ese rico aroma le llenó sus pulmones, la confusión le llegó al mismo tiempo inspeccionando al otro- ¿Has hablado con el director? -Preguntó alejándose un poco del castaño, sus gorditas manitas se entrelazaron por debajo del pupitre y relamiendo sus labios bajó la mirada.

Hablar era complicado, hablar con Minho era imposible. Su cuerpo comenzó a tener esos temblores irregulares y el pánico junto al miedo se instaló en su pecho, mordiendo su mejilla y ejerciendo más fuerza al paso de los segundos, temió por un golpe temprano, estaba acostumbrado a esas situaciones.

—Si no lo has hecho, te explico brevemente lo que harás el resto del curso -Tomó la silla más cercana a él, ubicándola frente al castaño que seguía inquieto por su forma de hablar y la toma de confianza- Seré tu profesor particular desde hoy hasta que terminemos el curso, las clases serán en tu casa desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche, daremos todas las materias en varios bloques, te daré descansos para que comas pero deberás obedecerme cuando reanudemos la explicación. Puedes referirte a mi por mi nombre o apellido, me da igual... -Sus ojos examinaron nuevamente al de castaños cabellos- ¿Alguna duda? ¿Algo que quieras añadir?

—H-Ho... la... -Suave como una caricia pero tan débil que apenas fue claro el tono de su bonita voz, Minho pestañeó un par de veces antes de soltar una corta risita, no para burlarse, solo que le causó algo de ternura su intento por hablar.

—Hola, Jisung, ¿tienes alguna duda con lo que te he dicho? - El silencio pulcro regresó a él, dando a entender que no podía decir nada más- Bien... -Musitó al borde de la desesperación- Te esperaré en la cafetería a la hora de la salida, nos vemos...

Tan pronto se puso de pie, Jaemin enroscó su brazo por su espalda riendo y el azabache le devolvió una mirada cómplice.

—¿Te has enterado, Minho? Hay cosas nuevas en su libro, ¿no te gustaría hojearlo otra vez? -Sus manitas tuvieron el reflejo inmediato de tomar el objeto dicho, pegándolo a su pecho- No te preocupes, Jisung, tus secretos serán lanzados por la página del instituto cualquier día de estos, ya no necesitamos cogerlo prestado -Le dedicó un guiño al Alfa que abrazaba- Además, Minho ya ha leído tus porquerías, no tienes que esconderlo más.

Jisung no les vio, entre el temor ya instalado y sus pensamientos se dedicó a hacerse el sordo mientras los otros se alejaban, dejando su zona de estudio libre de malas vibras, posiblemente Jaemin no dudaría en hacerle daño y estaba seguro de que Minho no se molestaría en frenarlo, por lo que su retirada fue una ráfaga de alivio puro.

Lejos de estar entusiasmado o tener sentimientos flotando en su interior por lo que Minho le contentó, en su pechito nacían más inseguridades propensas a hacerle llorar por las noches en compañía de Goori.

No le agradaba esa idea de tener a Minho en su zona de confort por tantas horas, saber que el mayor tomaría cualquier defecto de su casa para difundirlo en clase, tal vez su minino saldría perjudicado o tal vez él terminaría más destrozado por la persona que tenía su corazón.

No le agradaba esa idea de tener a Minho en su zona de confort por tantas horas, saber que el mayor tomaría cualquier defecto de su casa para difundirlo en clase, tal vez su minino saldría perjudicado o tal vez él terminaría más destrozado por la ...

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