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La vida de aquella joven era horrible, lo que más odiaba era la relación tóxica que tenían sus padres, aveces pensaba que el divorcio era la mejor o poción tanto para ella como para sus padre, ¿por que seguir casados si siempre estaban peleando? Era simplemente una tontería seguir juntos si solo iban a pelear entre ellos y amenazar con el divorcio.

Claro que lo que más anhelaba a la joven, era tener una familia normal, con padres que le hicieran caso y que se amaran entre ellos, sin nada que ocuparse entre ellos. Pero sabía que sería imposible por los celos de Dazai hacia Chuuya y los problemas de ira de su madre.

Su depresión dependía de sus padres, no de ella. Que chuuya siempre le tuvo mucho rencor a su hija por haber "arruinando" su oportunidad de ser cantante, pero Dazai lo había convencido en el pasado de tenerla, que Chuuya terminaría amándola.

Claro que no lo hizo, la odiaba desde el momento en que ella nació, indicando con que casi muere durante el parto, Dazai no estuvo ahí ya que su trabajo no le permitió salir del trabajo el día del parto, Chuuya estuvo solo ese día.

Ese día en el que su hija nació, el peor para la vida de Chuuya, Chuuya ese día que entró en labor de parto llamó a Dazai de la forma que pudo, pero apesar de sus llamadas el jefe del castaño se negó a dejarlo salie para apoyar a su pareja, dijo no importarle que su esposo esté dando a luz, que tenía que quedarse o lo despedía.

Chuuya soporto horas de contracciones, dolores y mucho pero mucho cansancio,su corazón no estaba del todo listo para tener un bebé, si corazón se había detenido por algunos segundos pero gracias al oxígeno extra que le dieron pudo recuperarse.

Chuuya ni siquiera se molesto en cargar a su hija y cuando por fin Dazai se dingo a hacer su aparición, Chuuya le gritó a la cara por haber llegado 6 horas tarde, además de dejarlo sufriendo solo y eso que en su boda habían dicho que estarían juntos siempre,Chuuya pensó que Dazai le falló en el nacimiento de su hija. Iniciando así el gran odio y amor que le tenía al castaño, rencor con el que aún vive dentro suyo.

Una noche de lo más normal. Fumiya estaba escribiendo sobre su vida, pensaba en publicar un libro para los niños que se sintieran rechazados por las malas relaciones que tenían con sus padres.

Estaba tan concentrada en su escritura que no se dio cuenta de los gritos de su madre, que se estaban acercando a su habitación, se puso nerviosa por los gritos. Temía que su madre le hiciera algo y su padre no haga nada por detenerlo.

- ¡eres una maldita estupida!— el pelirrojo abrió con furia la puerta de su habitación, si el quisiera la hubiera terminado rompiendo por el momento de enojo que le estaba pasando en ese momento—

- ¿q-que hice?— preguntó la joven, cerrando su libreta donde tenía apuntado todo lo que había escrito para su libro—

- ¡¿que mierda hace esto en tu mochila?!— Chuuya sacó el encendedor que le pertenecía, al perecer su hija lo había tomado de su habitación y por eso ahora Chuuya debía usar el de Dazai hasta encontrar el suyo o comprar uno nuevo—

- ¡¿por que revisas mis cosas?!— la joven estaba molesta, su madre había estado revisando sus cosas sin que ella se diera cuenta o que pudrirá hacer algo, no tenía el control sobre su madre como si madre lo tenía en ella—

- ¡eso no importa! ¡Soy tú madre y tengo todo el derecho sobre ti!— fueron sus excusas para no responder a la duda de su hija—

- ¡no tienes el derecho para revisar mis cosas!— la joven en parte tenía razón, pero tenía miedo de ser golpeada con la tremenda fuerza que su madre tiene—

- ¡claro que tengo derecho! ¡Yo te di la vida! ¡Y tú casi me matas, solo revise tu mochilas para ver si tenías todo tu trabajo escolar terminado! ¡¿Y así me pagas?! ¡Robándome mi encendedor!— el pelirrojo ese contenía con la joven antes de estallar—

- ¡no te lo robe!— Fumiya ya estaba derramando lágrimas— ¡te odio con todo mi ser!—

- eres...— sin dudarlo más camino hacia su hija, dándole una fuerte bofetada en su mejilla, dejándole un moretón en su mejilla— ¡Yo te di la vida! ¡Estuve a punto de morir por ti! ¡¿Que clase de hija eres?!—

- ¡tu! ¡¿Que clase de madre eres?! ¡Eres de los peores!— se enfrentaba a su madre, claro que jamás le podría haber frente al ser que la tuvo en su cuente nueve meses, a la persona que le dio la vida—

- ¡suficiente jovencita!— sus impúlsenle estaban ganando, dándole otro fuerte golpe, esta vez en su ojo izquierdo dejándolo morado, siguiendo por un golpe en su abdomen. Estaba golpeando a su hija, hasta que Dazai se dignó a detenerlo—

- ya es suficiente, cálmate Chuuya— el castaño tomó el brazo del pelirrojo antes de que su mano diera un golpe más en su hija— ya relájate—

- ¡tú no te metas! ¡Eres el peor idiota que pude haber conseguido!— el pelirrojo ya había perdido la cotuda, no sabía lo que estaba diciendo—

- tranquiló— el castaño jalo al pelirrojo a la fuerza fuera de la habitación de su hija,llevándolo al comedor donde tenía preparada una cena con vino para su esposo, habiendo dudar al pelirrojo—

- ¿para que tanto? ¿Crees que con esto voy a caer en tu juego?— cuestiono el pelirrojo, mirando toda la hermosa cena decorada con velas y un ramo de flores en el centro—

- bueno si lo recuerdas— el castaño pasó sus manos por los hombros del pelirrojo— hoy es nuestro aniversario de bodas,pensé que esta cena sería un lindo detalle de mi parte para ti— sus intentos de calmar al pelirrojo parecían no tener el efecto que el castaño pensaba que tendría—

- ja, siempre olvidas nuestro aniversario— tenía razón en cierta parte—

- pero siempre te termino dando una sorpresa ¿por que no nos sentamos y cenamos juntos? Al igual que nuestra primera cita de casados— sus intentos volvieron a fallar—

- no, jodete. Solo me interesa el vino— tomó el vino entre sus manos y una copa— al menos un vino italiano pudiste traerme,veré si ceno contigo cuando se me baje el coraje que esa niña le hacía pasar— el pelirrojo sin más se fue directo a su habitación, Dazai sabía que Chuuya tomaría, prendería un cigarro y se emborracharía por nada—

- la verdad, la mejor opción para ambos es irme con mi hija— se decidío, Dazai tenía que hacer algo. Ya había cumplido durante 15 años su papel como esposo, y padre. Trayendo el dinero a casa,criar a su hija, protegerla de los ataques de Chuuya, por fin se dio cuenta que Chuuya no tenía remedio, que si matrimonio ya estaba perdido y no podía recuperar al verdadero Chuuya—

Continuará mijos

Una pequeña infeliz Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt