1. La predicción de la profesora Trelawney

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A medida que se aproximaba junio, los días se volvieron menos nublados y más calurosos, y lo que a todo el mundo le apetecía era pasear por los terrenos del colegio y dejarse caer en la hierba, con grandes cantidades de zumo de calabaza bien frío, o tal vez jugando una partida improvisada de gobstones. Pero no podían hacerlo. Los exámenes se echaban encima y, en lugar de holgazanear, los estudiantes tenían que permanecer dentro del castillo haciendo enormes esfuerzos por concentrarse mientras por las ventanas entraban tentadoras ráfagas de aire estival.

—¿Hermione? —dijo Ron con cautela, porque aquellos días saltaba fácilmente cuando la interrumpían—. Eeeh... ¿estás segura de que has copiado bien el calendario de exámenes?

—¿Qué? —dijo Hermione bruscamente, cogiendo el calendario y observándolo—. Claro que lo he copiado bien.

—¿Serviría de algo preguntarte cómo vas a hacer dos exámenes a la vez? —le dijo Harry.

—No —respondió Hermione lacónicamente—. ¿Vieron mi
ejemplar de Numerología y gramática?

—Sí, lo cogí para leer en la cama —dijo Ron en voz muy baja.—Ire con Dalila para pedirle el calendario—aviso.

Hermione empezó a revolver entre montañas de pergaminos en busca del libro.

—Esta bien para que después me lo pases porfa—pidio Harry.

Dalila regularmente estaba en la biblioteca por la tarde y sobre todo en época de exámenes ya que se estresaba y estaba más nerviosa de lo normal. Tanta presión le causaba dolor de cabeza y hasta en ocasiones mal humor pero siempre trataba de tranquilizarse.

Los dos tenían una gran confianza mutuamente. Para Ron era imposible organizarse y para eso estaba Dalila para ayudarlo y explicarle todo lo que no entendiera. Claro el pelirrojo tenía a Hermione quien también lo trataba de ayudar, pero Granger no tenía la paciencia para explicar varias veces un mismo tema y Ron regularmente se terminaba frustrando.

Ron al entrar a la biblioteca recorrió cada uno de los pasillos en búsqueda de su amiga, hasta que en lo más fondo del lugar la vio a lo lejos rodeada de muchos libros apilados sobre la mesa.

—Hola—saludo el pelirrojo en un susurro.

Dalila also la mirada saludandolo con una mano.

—¿Que paso?

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄 (h. potter)Where stories live. Discover now