CAPÍTULO XIX: LA MUERTE DE LEIA

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Extendió sus sentidos, cerró los ojos y lanzó el sable láser añil. La resplandeciente hoja se dejó guiar dócilmente por la Fuerza, que la conducía directamente hacia el árbol que Rey deseaba alcanzar. Ella miró con determinación las chispas que brotaron del tronco cuando fue quebrado por la mitad gracias al filo de su espada.

Había estado dudando entre cuál de los dos sables láser que tenía a su disposición seleccionar para su primer entrenamiento, optó por el sable azul de Luke, pues fue con esa misma espada que partió una pesada piedra de Ach-Too ante la severa mirada de Luke, que se decepcionó al ver como la roca se precipitaba barranco abajo, llevándose por delante el carrito de las cuidadoras de la isla.


Rey se sintió satisfecha al ver como había perfeccionado su ejercicio, el sable láser dio una vuelta completa, desencadenado un pequeño torbellino que desplazó algunas hojas caídas por el suelo y regresó velozmente a la mano de Rey, que lo atrapó en pleno vuelo. Sintió aquel característico cosquilleo debido al pulso magnético que se deslizaba por las yemas de sus dedos.

Leia la observaba sonriente, deleitada por su magníficos y sorprendentes poderes, convenciéndose así misma de que Rey sería una Jedi completa si prolongaba su entrenamiento. Rey se acercó a ella, y escuchó a sus espaldas como el árbol se desplomaba en el suelo, haciendo crujir sus ramas desnudas.

---Eres asombrosa Rey, nunca había visto nada igual, excepto los poderes de mi ... bueno, de mi hijo---, en efecto, Leia pronunciaba la última palabra como si tuviera la culpa de algo.

---Me gustaría que Luke estuviera aquí, estoy segura de que se sentiría orgulloso de mi---

Leia la sonrió, pero su mirada denotaba tristeza.

---Lo se Rey, todos le echamos de menos, pero sobre todo los que le conocimos en persona--- se fijó en la expresión tierna de su rostro, indicaba que la general no había superado el fallecimiento de su hermano, y seguramente nunca lo haría.

---Leia, ¿no crees que hubiera sido mejor que tu hubieras ido a buscarle?, al fin y al cabo, eres su hermana--- preguntó Rey, entretanto la sostenía la mirada.

En parte tenía razón, la tozudez del maestro en su exilio seguramente hubiera menguado, o quien sabe, no se habría comportado de ese modo si uno de sus familiares hubiera hablado con él, y no pudo evitar imaginarse a ella misma o a Han, tratando de persuadirle.

Suspiró, ---Luke se sentía muy culpable por lo que pasó esa noche, seguramente ya te lo ha contado, no creo que nadie, ni siquiera su querida hermana le hubiese hecho entrar en razón---

La chica frunció el ceño, y Leia, posó su mano en su hombro.

---El dolor que siente un mentor cuando ve a su discípulo ceder al lado oscuro, es insoportable, sientes que has fallado a quien amabas, no importa que fuera un aprendiz turbado, inestable, Luke nunca se lo perdonará a sí mismo---

Hizo una pausa, para reprimir las ganas de llorar, ese tema de conversación la causaba dolor.

---Yo lo sé, desde que Obi Wan se sacrificó en frente de sus ojos, Oh Rey, solo era un muchachito cuando eso pasó y un aprendiz deseoso de acumular conocimientos está en deuda con el maestro que le orienta, si este se va, es como si lo perdiera todo---

Rey se sentía abochornada escuchando su reflexión, nadie podía negar lo que acababa de decir, ser diestro en tales habilidades era una cosa, pero mucho peor era no tener mentor para perfeccionarlas y progresar, ella lo había experimentado.

La voz de Leia la sacó de su ensimismamiento.

---Pero, si quieres saber que pasó, deberías preguntárselo a Ben ¿no crees?, solo el recuerda con exactitud lo que sucedió--- sugirió, tenazmente.

LA ETERNIDAD DE LA FUERZA (fanfiction reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora