Capítulo 24: La curiosidad mató al gato.

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–¡He llegado! – hablé en voz fuerte desesperado

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–¡He llegado! – hablé en voz fuerte desesperado.

Tropecé con la esquina de pared y casi caía, pero me sostuve en la manija de la puerta evitando que terminara en el piso y agradecí que nadie me viera.

Vi a mi hermana y a Jace viendo cómo colocaban su cama y cuándo Luc notó mi presencia rápidamente se acercó a mí alejándome de los niños para que no escucharan. Nos fuimos a un rincón de la cocina y comenzamos a hablar.

–Escuché las noticias.

–Yo también – murmuré – ¿contrataste un abogado?

–Estoy lleno de sorpresas ¿cierto? ya lo tenía planeado. Contraté al mejor abogado que pude encontrar, su nombre es Bastian Tanner.

–Jamás lo había escuchado.

–No es de aquí, es de Las Vegas – aclaró checando de reojo a los niños que se encontraban viendo la cama – Sawyer y Marissa están encerrados para evitar que no escapen, mañana será su juicio y después iremos a la audiencia donde el juez dictará la orden final.

Luc parecía más estar explicando todo para él que para mí.

–Parece que todo saldrá bien.

–Eso espero – suspiré para calmar mis nervios. Las manos y la espalda me sudaban y no estaba seguro si era por la adrenalina de la manejada o por el juicio de mañana.

Peor, la audiencia.

–Gracias por traer a Panquecito – boté el tema de los Schell a un lado y comencé uno nuevo – he estado muy ocupado. Compré las cosas mientras ellos ponían la cama y fue tardado.

–¿Chicas locas nuevamente siguiéndote por detrás? – mencionó divertido mientras que con su mano izquierda levantaba sus lentes que se estaban resbalando.

–Peor, Rosalie estaba presente.

–¿Rosa? ¿Qué te dijo?

–No la llames así – dije cansado – y me recriminó lo de la otra vez.

Ambos recargamos nuestra cadera en la mesa del comedor y seguíamos conversando sin dejar de mirar a Pandora y a Jace. Recibí un reojo por parte de mi hermana y después desvió su mirada.

–Puedo apostar que en unos meses no pensarás lo mismo – me miró y formó una media sonrisa – he leído bastantes libros y sé lo que pasa después.

–Esto no es un libro, Luc, es la realidad. No me importan las niñitas como ella, he querido a una sola persona durante toda mi vida y así seguirá siendo, terminaría dando todos mis últimos latidos por ella.

–Solo digo.

Mi amigo alzó sus manos en forma de rendición.

–Puedo regalártela – bromeé – sería toda tuya.

HENRY✔- [PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora