Capítulo 20. Venezuela

156 20 0
                                    

Caracas, Venezuela
Shannon

“Bienvenidos a la República Bolivariana de Venezuela”

Avisaba el capitán antes de aterrizar, mi corazón late rápidamente y sonrío con muchas ganas de llorar porque volver a casa siempre me causa nostalgia, emoción y muchas ganas de jamás irme.

Un rato después estoy ya con las maletas y Sebas emocionado por estar de nuevo en casa, por ver a sus primos, tíos y abuelos. Cuando vamos caminando a la salida sonrío al ver a los gemelos esperando por nosotros, me detengo y le hago una seña a Sebas para que vea al frente.

- ¡Tíos! – grita emocionado y corre hasta ellos –
- Sobrino – chilla Max y entre los dos lo abrazan –
- Ya no te podemos cargar como antes – dice Francesco y se ríen –
- Hola hermanitos – susurro con la voz rota y lágrimas corren por mis mejillas mientras me acerco a mis hombres –
- Hermana – gritan y nos abrazamos –

Comienzo a llorar y Max me pide calma, pero no puedo. Estoy en casa y me aterra ver a mamá con esa enfermedad, darme cuenta que no sé de muchas cosas que han pasado aquí, nos alejamos y los gemelos me quitan las maletas, agarro mi cartera y enredo mi brazo al de Max mientras Fran pasa su brazo por los hombros de Sebas.

- Yo manejo – aviso y Fran se queja – mentira quiero ir de copiloto – digo y ahora es Max quien se queja haciéndome reír –
- Ya que – dice de mala gana y le dejo un beso en la mejilla –

Salimos del aeropuerto y ya es de noche, me detengo un segundo y sonrío al estar pisando tierras venezolanas, nada como volver a estar en casa.

- ¿Quieres ir a casa? – pregunta Francesco –
- ¡Sí! ¡Mamá! – exclama Sebastián y sonrío –
- La pregunta ofende Francesco de Jesús – digo y me mira con mala cara –
- Yo todavía no entiendo porque me pusieron un nombre así de segundo – dice y me rio –
- Tu papá es raro a veces – nos reímos y finalmente enciendo la radio –

Sonrío cuando va sonando Mi corazón es Venezuela, hace muchos años que no la escuchaba y hacerlo ahora estando aquí, volviendo a mi casa tiene un significado gigante para mí, bajo la ventana y veo el camino mientras bajamos a Caracas. Suspiro y siento la mano de Fran encima de la mía, volteo a verlo y me siento tan impresionada de lo grande que están ambos, ya todos unos hombres y me siento tan orgullosa de ambos, Fran sonríe y siento paz al verlo, unos segundos después comienzo a cantar con Max mientras bailamos.

“Dónde el tambor, el calipso, y la gaita…
El joropo con su arpa (y el rock)
Se abrazan en un cantar con lo andino y lo oriental
Por eso cada día más la quiero, donde quiera que estés tan solo anhelo
Aquellos que dejé en mi linda tierra y quiero abrazar…”

Abrazo a Fran quien se ríe y seguimos cantando hasta que termina la canción, a los segundos comienza a sonar una canción de Lasso, Max aplaude y me rio, recuerdo a Lasso pero me quedo con sus viejas canciones, vamos a ver si en este rato aquí me actualizo con sus canciones.




______________

- Necesito un favor Fran – digo mientras ya estamos en Caracas –
- Dime – dice y sonrío –
- Yo necesito comerme un perro caliente, así que vamos primero a algún perrero – pido y Max se ríe –
- A los de siempre Fran – avisa Max y el gemelo asiente – los amarás pero si mamá se entera nos mata a los tres – aclara Max y nos reímos –
- Le diré – dice Sebas y volteo para verlo asombrada –
- Mentira porque este muchachito no querrá que deje de darle flips – avisa Fran y Sebas chilla –
- Ya no diré nada – responde mi hijo y nos reímos –

Siempre te amaré... mi gran amor Where stories live. Discover now