Capítulo 22. Yo lo siento

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Los Ángeles, Estados Unidos 

Carla

- ¿Carla puedes venir a mi oficina? – pide Patricia desde el intercomunicador –
- Voy para allá jefa – digo y se queja, me rio y cuelgo –

Guardo la portada que voy preparando y le hago una seña a Alfred, asiente y sonrío para entonces ponerme de pie, camino hasta la salida y me acerco al elevador, al llegar pongo el carnet y espero a que suba para que abra sus puertas.

Unos minutos después estoy caminando el pasillo de presidencia y saludo a Teresse, me dice que pase y agradezco para seguir hasta la oficina de Paty, toco la puerta y dice un suave “Adelante” sonrío y abro para entrar.

- Cuéntame – digo acercándome al escritorio –
- Mi amor necesito que me ayudes – dice y asiento – viene pronto mi aniversario con Sofie y no sé que darle – hace un puchero y me rio –
- Patricia le has dado todo – digo y asiente – un viaje – apunto como idea y Patricia se queda pensando –
- ¿Qué país? – pregunta y me rio –
- Donde Sofie quiera ir – respondo y asiente –
- Ella quiere ir a Sudamérica – comenta Patricia y me pongo de pie –
- ¡Listo! – afirmo y se ríe – me traen al menos un recuerdito – pido y Patricia se ríe –
- No he dicho que te vayas – dice seria y me detengo para volver a sentarme –
- Dígame jefa – digo seria –
- ¿Shay cómo va en Venezuela? – pregunta y suspiro –
- Se supone que llegan hoy pero no sé Patricia, siento que vendrá avisando que regresará a Venezuela y Anastasia va a ponerse mal, yo lo siento así – respondo pensativa –
- Bueno también recuerda que es su mamá y Anastasia debe entender eso, si se aman van a estar juntas aquí, en España o en Venezuela – dice Patricia y volteo a verla –

El sólo imaginarme que Anastasia regresé a Venezuela me aterra, no puedo quedarme otra vez sin mi mejor amiga y aquí ya tenemos una vida todos, no pueden sólo decidir irse de nuevo a Venezuela. Hablamos unos minutos más y me despido de Patricia para salir de la oficina, me despido de la secretaria y camino hasta el elevador, al llegar pongo el carnet y espero a que suba para que abra sus puertas.

Unos minutos después estoy entrando a la sala de Marketing y me siento en mi escritorio, alzo la mirada y le guiño un ojo a Alfred en forma de agradecimiento, sonríe y sigue trabajando, me quito los lentes y me quedo pensando en las palabras de Patricia, otra vez Venezuela no puede ser, pienso mientras me quedo mirando a la nada.



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Anastasia

- ¡Ana! – gritan y me giro para ver a Sebas correr hacía mí –
- ¡Sebas! – chillo y abro los brazos –

Al llegar nos abrazamos y escucho aquella risa que tanto amo, me pongo firme y Shay se acerca, la abrazo con fuerza y me siento nuevamente en casa, nos alejamos y tomo sus mejillas para besarla.

- Te extrañamos – susurra y asiento –
- Nosotras a ustedes también – susurro y sonríe –
- Vamos a casa – pide Shay y la ayudo con las maletas –
- Primero vamos por pizza – aviso y Sebastián celebra –

Shay enreda su brazo al mío y caminamos hasta salir del aeropuerto, la noche nos abraza y caminamos hasta la camioneta, subo las maletas y Sebas se sube atrás, me acerco al copiloto y le abro la puerta a Shay quien se ríe y agradece para subirse, rodeo la camioneta y me subo, nos ponemos los cinturones de seguridad y finalmente enciendo la camioneta, Shay enciende la radio y va pasando Chandelier de Sia, la deja y la vamos cantando mientras comienzo a manejar para salir del aeropuerto.

En el camino busco su mano y es la morena quien entrelaza nuestras manos, sonrío y me siento tan tranquila, mi corazón late en paz y suspiro suavemente, comenzamos a hablar de lo que hicieron en Venezuela y me rio con lo del perrero, puedo dar fe de que si Diana se entera le da algo, niego entre risa y Sebas se une a la conversación para contarnos lo que hizo con sus tíos y primos, volteo a ver a Shay y aunque sonríe siento que algo más falta aquí, voltea a verme y me guiña un ojo, allí entendí todo. Yo lo sé, ella vino para despedirse de Estados Unidos, vuelvo la vista a la carretera y le presto atención a Sebastián.

- ¿Comemos aquí o en casa? – pregunto mientras nos bajamos –
- Aquí – pide Sebas –
- Aquí mejor amor – dice Shay mientras toma mi mano y asiento –

Caminamos hasta entrar a la pizzería y miro a todos lados para buscar una mesa, volteo a ver a Shay cuando me hala y sonrío para acercarnos a una mesa que eligió Sebastián, al llegar nos sentamos y se acerca una mesera, pedimos lo mismo de siempre, agradecemos y ella se va.

- Voy al parque – avisa el rubio –
- Te aviso cuando lleguen las pizzas – chilla Shay –
- ¿Anastasia de la Garza? – preguntan y me giro para ver a dos chicas como de 17 años –
- Soy – respondo y ambas se ven emocionadas –
- Somos tus fanáticas – dicen al unísono y sonrío para ponerme de pie –

La castaña me abraza y me rio, comienzan a hablar las dos a la vez y por un segundo me aturdo, miro a Shay quien sonríe y niega, finalmente ambas me piden un autógrafo y una foto, se los doy y nos tomamos varias fotos, ya ni sé cuántas, me rio y agradecen.

- ¿Puedo decirte algo? – pregunta la rubia y asiento –
- Dime – susurro –
- Me gusta ella para ti o Lexa pero con quien te ibas a casar no – dice sonrojada y la miro asombrada –
- Gracias – susurro pensativa –
- Feliz noche Anastasia y gracias – se despide la castaña para agarrar la mano de la otra chica e irse ambas –
- Toma consejo – dice Shay y me volteo a verla –

Me rio negando y me siento a su lado para entonces quedarme pensando en lo que aquella muchacha me dijo, volteo a ver a Shay y sonrío para darle un beso. A los minutos llega la mesera con las pizzas y las bebidas, agradecemos y voy por Sebas, al volver nos sentamos los tres a cenar y me rio de las locuras del rubio mientras que Shay se mantiene en silencio, algo muy raro en ella cuando come pizza pero sé que me dirá al llegar a casa.


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Dos horas después ya estábamos en casa y mientras Shay acompañaba a Sebas que estaba medio dormido, yo bajo las maletas de la camioneta. Cuando le subo el seguro a la camioneta, agarro las maletas y cruzo la calle, al llegar a la otra acera suena un claxon y me giro para ver a Carla estacionarse.

- Hey – saludo después de que se baja – ¿Y los niños? – pregunto al verla sola –
- En casa con su papá – responde mientras cruza – Hola grandota – susurra para luego darnos un beso en la mejilla – ¿Y la señora Shannon? – pregunta y me rio –
- Adentro con Sebas – respondo y asiente –

Carla me quita una maleta y caminamos hasta entrar a casa, cierro la puerta y escucho a Carla y Shay eufóricas, sonrío y me doy la vuelta para acercarme, efectivamente están emocionadas de verse y me detengo al entrar a la sala para cruzarme de brazos, Tamy baja y se une a ambas mujeres para luego acercarse a mí y acostarse a mi lado.

- ¿Cómo está todo allá? – pregunta Carla y Shay suspira mientras se sientan en el sofá –
- Normal, ya sabes un desgobierno, un país en caos pero la gente sigue para adelante – responde Shay y resoplo –
- ¿Y Diana? – pregunta Carla ahora –
- La acompañé el sábado para la quimio y – Shay se queda en silencio y voltea a verme –
- ¿Te vas de nuevo? – pregunto y suspira triste –
- Mamá nos necesita a todos – susurra Shay y entendí todo. Asentí para mirar hacia el patio trasero –

Siempre te amaré... mi gran amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora