ℳ𝒾 𝑜𝒿𝑜 𝒹𝓊𝑒𝓁𝑒

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Y el dolor de cabeza me consume otra vez.
Mis ojos, víctimas de los síntomas, sufren.
Hoy es el izquierdo.

Duele. Mi ojo duele, grita, grita palabras que no existen y vé cosas imposibles.

No me gusta lo que vé mi ojo izquierdo.

Me pide que lo cierre, que lo haga dejar de ver, pero no puedo.
Ninguna pastilla, ningún remedio, ningún tratamiento lo calma y mi cabeza se ríe ante el sufrimiento compartido.
Solo el sueño es capaz de detener el dolor, como si muriera por un rato para luego renacer.

No soy capaz de pedirle piedad a mi cabeza.
Ni soy capaz de pedirle resistencia a mi ojo.

Derecho. Mi ojo derecho está consumido por el silencio, la quietud, y la aceptación. Sabe que la próxima vez, será su turno.

Mareos, náuseas y nuevos dolores me llegan hasta el descanso.

Y mi ojo dejó de gritar.

𝕾𝖚𝖘𝖕𝖎𝖗𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖛𝖆𝖒𝖕𝖎𝖗𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora