SKOOL LUV AFFAIR 1: WAR OF HORMONE

CAPÍTULO 2: No Roots - Alice Merton

Las miradas de todos los transeúntes recaen sobre sus cuellos. Los tres se paran en un punto del camino para ver la decoración tan pulcra del centro hasta que llegan a la propia recepción, donde una mujer mayor con gafas los escudriña a los tres de arriba abajo sin dejarse un solo detalle.

–Buenos días, somos los alumnos transferidos... –Comienza Irina amablemente con su mejor sonrisa.

–Los transferidos del Anne Frank. Ruiz, Sorní y Thomas –interrumpe la mujer entregándoles un papel a cada uno sobre los horarios y el material que iban a necesitar–. Que os vaya muy bien por aquí, todo el mundo estaba expectante a vuestra llegada –sonríe amargamente la señora "buenos-humos" y dirige su mirada al ordenador.

Aquellas palabras hacen que los tres amigos se miren anonadados entre ellos y saquen la primera conclusión del día: A aquella mujer es mejor no preguntarle ni la hora.

Mirando el nombre asignado a las aulas deciden poner rumbo a su clase cuando un hombre alto, con pelo grisáceo y una tez acanelada se interpone en sus caminos.

–Buenos días y bienvenidos al Fernando VII. Es un placer tener aquí a tan maravillosos estudiantes. Soy el director, Park SeoJoon. Por favor, venid a mi despacho conmigo –el hombre intenta poner su mejor sonrisa a los chicos, consiguiendo que les dé un escalofrío y repelús la efusividad del hombre.

Sin decir nada más, tres alumnos y un hombre gordinflón se encaminan al despacho del director y al entrar deciden que es mejor quedarse de pie mientras observan cómo el director se hunde en su silla de cuero.

Apoyando los codos sobre la mesa, el director dirige su mirada a los tres alumnos nuevos.

–Ya os han dado los horarios y las clases, ¿verdad? –Los tres alumnos asienten algo dubitativos porque no estaban seguros de si esos papeles que eran los horarios les iban a ayudar durante mucho tiempo, porque lo más seguro era que: Irina lo traspapelase, Elisabeth lo perdiera entre los apuntes y Isaac lo tirase–. Entonces sólo me queda explicaros un par de cosas. Lo primero es desearos suerte en estos seis meses que quedan de clase. Son los más importantes, pero con la media que lleváis seguro que no os cuesta adaptaros y entrar a la universidad que deseéis. Ahora, con respecto al incidente...

–Pensé que las cosas ya estaban solucionadas. Eso me hizo entender mi padre, señor Park –interrumpió Elisabeth para asombro de todas las personas en esa habitación. Isaac e Irina giraron tan rápido sus cuellos del asombro para mirar a la chica, que se arrepintieron en el mismo instante de hacerlo.

–Está claro, señorita Elisabeth Thomas, que su padre es un hombre de poder que se ha esforzado mucho para que entréis aquí y para que lo que pasó en ese instituto no deje mancha en vuestro expediente, señoritas –haciendo énfasis en el femenino plural de la palabra el director dirige su mirada de Elisabeth a Irina–. Si tienen algún problema, antes de nada, acudan a mí y se le pondrá solución. ¿Entendido? –Sin darles tiempo a contestar, se levantó de la silla y les abrió la puerta del despacho para que salieran del mismo.

El timbre ya había sonado y el hombre fue tan amable de llevarlos hasta la puerta de su clase luciendo su mejor sonrisa por los pasillos. Cuando llegaron al aula donde les tocaba empezar las clases, el director Park llamó dos veces a la puerta y esperó a que el profesor pertinente de controlar a la jaula de simios que había ahí dentro saliera.

–Señor director... –Un hombre joven, con gafas cuadradas, embutido en pantalones de traje gris y camisa blanca, perdió el color de su cara al ver al mismo director en la puerta de su clase.

–Profesor Manuel, estos son los nuevos alumnos, los transferidos del Anne Frank. Encárguese de que todo vaya bien, que para algo es usted el tutor de este curso –habló el director Park un tanto hostil y desafiante.