★Capítulo 3.★

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―¿Qué?

―¿Por qué parece que le tienes miedo a tus papás?

―N-no, yo no...

―Taehyung, mencionaste a tus padres como seis veces diciendo, "no están en casa" ¿por qué?

―No... por nada, sólo decía, no me había dado cuenta.― Su respuesta fue rápida, mirando a todos lados de la habitación con cautela.

Jungkook sólo asintió, él no era nadie para preguntar por la vida de Taehyung.

―¿Quieres cenar?―Dijo Taehyung de la nada, en medio del silencio que se había formado entre ellos.

―Ah... no quisiera molestar más, suficiente hiciste con el arroz con leche, gracias.

―Ay, no seas así, claro que no me molestas, ven, vamos a cenar algo, ya tengo hambre, ¿tú no?― Se levantó del suelo sobando su estómago.

―Algo, sí... ― Se levantó igualmente y caminaron a la cocina por segunda vez en el día.

Taehyung observó el refri, alacena, estufa y nada, no había nada.

―Mmm, podríamos ir a comprar algo a la tienda, vamos.― Dijo Taehyung algo apenado porque no tenía nada que ofrecerle a Jungkook. ―Lo tomamos con el arroz con leche y ya, ¿no?

Jungkook sonrió cuando Taehyung volteó a verlo. ― Sí, no hay problema.

La colonia era algo descuidada, peligrosa incluso, pero nada de qué preocuparse, normalmente sólo las advertencias eran para personas que no conocían el lugar.

Llena de vecindades, casas encimadas, algo que podrías ver como feo, pero para personas con sensibilidad tal vez no lo veían tan mal, bueno; ese era Taehyung, a pesar de la apariencia de su colonia él le había tomado cierto cariño y encontrado un encanto. Doblaron la calle y llegaron a una tienda pequeña en la que sólo te podían despachar a través de una reja, ya tú te las ingeniabas para ver los productos detrás de la mujer que vendía.

―Buenas noches.― Taehyung habló.

―Buenas noches Taehyung.― La mujer saludó con una sonrisa.

―Me podría dar un chococoyo.

La mujer se volteó y tomó lo que el chico le había pedido. ―Choco torro, Kim.

―Eso pues.― Tomó el pastelito y volteó a ver a Jungkook.―¿Y tú? ¿Qué vas a querer?

Jungkook mordió su labio inferior y se asomó un poco al pequeño cuarto lleno de dulces. ―Un dálmata.

La mujer tomó el pastelito que el chico le había pedido y se lo entregó. ―Tu mamá te está buscando chamaco, vino hoy en la mañana.― Habló en cuanto el pelinegro tuvo lo que había pedido en sus manos.

―No me diga eso Doña Sugey... ― Parecía desesperado, como si le molestara.

―Nombre, te van a fregar en tu casa niño, hubieras visto su cara.― Sus respuestas parecían muy honestas.

―Gracias por decirme.

Taehyung pagó con una moneda de diez pesos y la mujer le devolvió su cambio. ―Linda noche, se van con cuidado.

Y los dos se despidieron y continuaron su camino de regreso a la casa de Taehyung.

―Voy a valer madres en mi casa.― Dijo al aire pateando una botella de cerveza que estaba tirada.

Taehyung hizo una mueca, no sabía qué decir al respecto. ―¿Te regañarán?

Jungkook volteó a ver a Taehyung. ―Oh... no, no creo, espero que no, quizá la señora sólo estaba mintiendo.― Más que una mentira para convencer a Taehyung era para convencerse a sí mismo que todo estaba bien.

San Lucas | JJK + KTHWhere stories live. Discover now