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Era otro día, un nuevo partido de Quidditch. Esta vez se trataba de Gryffindor contra Slytherin, la novedad era que Draco era el nuevo buscador, la verdad era que al menos en la sala comun de Hufflepuff habia habido debate sobre como el rubio habia accedido al equipo y más en esa posición, habia todo tipo de teorías pero a la que se agarraba la pequeña era que su padre había metido dinero o las narices.

Antes de salir se habían reunido varios alumnos de Hufflepuff y hicieron una porra para ver porque equipo apostaban y por quien creían que se iba a caer antes si Harry o Draco. Aurora había apostado que ganaría Gryffindor, no es que lo creyera, es que necesitaba que ganaran, tenía que ver como la cara de niño mimado de su primo se ponía a llorar; por otro lado había apostado que Draco se iba a caer primero, la verdad esa fue porque quería ver como mordía el polvo, literalmente.

- Necesito que Harry haga llorar a Draco, es que necesito ver como la escoba que le compro papá Malfoy no es tanto como él cree- le había dicho con una sonrisa maliciosa a Hugo.

Esperaba ganar alguna de sus apuestas, porque así le tendrían que dar un galeón todos los que apostaron lo contrario a ella, si todo salía como ella decía iba a ganar algo de dinero. La gente que vio a la niña apostando se extraño, sabian que Andromeda odiaba ese tipo de cosas y le parecia raro que fuera ella la que creara la iniciativa, pero lo que nadie sabía es que eso lo había aprendido de su hermana y los gemelos Weasley en un viaje de verano hace muchos años, cuando ella y Ron tenían seis años, convirtiendo eso en una nueva costumbre de la muchacha.

Se encontraban en el palco de Hufflepuff aplaudiendo de emoción mientras veían a todos entrar a la pista. La castaña saludó a Harry con alegría, a lo que este respondió con un asentimiento alegre y amistoso; sus ojos luego viajaron hasta Malfoy el cual llevaba su rostro de superioridad a lo que Aurora respondió con una mueca de desagrado. A lo lejos en el palco de los profesores observó que estaba el señor Malfoy, como siempre llevaba su típica mirada de señor todo poderoso, ¿nunca tenía otra cara?

El juego empezó, hubo un montón de emociones, pero las más fuertes empezaron a llegar al ver las trampas que estaba haciendo Slytherin, era algo que rara vez no hacían y una cosa que odiaba todo el mundo, excepto los de la propia casa; lo peor era que esta vez habian hecho algo como para trucar la pelota que iba detrás de Harry como una loca, eso no iba acabar bien. Los gritos empezaron a sonar en el momento que la Snitch salió, ambos buscadores salieron lanzados detrás de ella, empezando una carrera por ver quien la capturaba antes. Ambos desaparecieron un momento, pero Draco apareció al rato volando fuera de su escoba hasta acabar en el suelo.

- ¡Sí! - gritaba de alegría Aurora mientras saltaba y aplaudía.

Harry seguía detrás de aquella pequeña bola, todo iba bien hasta que aquella bola apareció dificultándole el trabajo hasta que al final se cayó al suelo.

- ¡Harry Potter ha cogido la Snitch dorada, Gryffindor gana! -

Todos empezaron a aplaudir de alegría, habian ganado al fin, Slytherin ni haciendo trampa lo había logrado otra vez.

- ¡Macmillan me debes dos galeones! - gritó Aurora mientras corría detrás del.






























En los jardines de Hogwarts se encontraban unos cuantos alumnos después del partido, había sido un tanto interesante y ahora todo el mundo estaba hablando de ello.

Sentados en un banco se encontraban dos estudiantes de Ravenclaw, dos de Gryffindor y tres de Hufflepuff. Estaban debatiendo sobre lo que acababa de pasar.

- Malfoy se lo tiene más que merecido, tenias que ver la cara de su padre cuando cayó de su escoba. Eso le pasa por rata embustera. - decía James, a lo que Aurora le daba la razón asintiendo.

𝙏𝙝𝙚 𝙝𝙖𝙡𝙛 𝙗𝙡𝙤𝙤𝙙 𝙙𝙞𝙖𝙢𝙤𝙣𝙙 Where stories live. Discover now