Había pasado una semana y no habían podido hacer que el chico digiera quien le hizo tanto daño, incluso la policía quiso interrogarlo pero fue inútil, max no decía ni media palabra.
La mayoría de los médicos aseguran que se debe a un shock postraumático y era posible que no vuelva a hablar con por un largo tiempo, sin embargo el joven pareció recuperarse demasiado rápido y casi no tenía secuelas de ese día que era mejor olvidar.

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Maia se enteró varias horas después de la finalización de la búsqueda tras una videollamada con Karla, sintió un gran alivio de golpe, como si le hubiesen quitado una mochila llena de rocas de encima.
Estaba muy feliz que al fin esta pesadilla había terminado y todo volvería a la normalidad, aunque tenía una sensación de que esto era solo el principio.

Karla le había contado todo lo que había pasado en la última semana y como fue que encontraron a max, la chica trato de no asustarla tanto diciendo que no estaba mal herido pero sí que sigue internado y con oxígeno constante.
Maia sabía que su amiga no era muy buena mintiendo y rápidamente dedujo como estaba el que la consideraba su mejor amiga.
Agradecía que estuviera bien pero le asustaba creer que ella pudo haber corrido con el mismo destino.

Hacia unas horas le habían dado el alta parcial por lo que tenía libertad de recorrer todo el hospital pero sin salirse de este, ya que su cuerpo aún estaba débil y necesitaba unos días más de reposo y continuar vigilada por si se volvía a desmayarse o sufrir algún otro problema.

La joven estaba arta de estar todo el día en la cama sin poder hacer nada divertido, era una rutina tan repetitiva que se volvía aburrida, el celular no le servía de mucho ya que se quedaba sin batería rápidamente y no le gustaba usarlo mientras cargaba ya que se dañaba la batería mucho más rápido o eso era lo que max solía decirle.

Aun tenía algunos problemas para comer y bañarse por si sola y necesitaba ayuda de las enfermeras o
de sus padres que constantemente venían a verla.
Cada vez que la visitaba le traían algo dulce para que comiera como chocolate, galletitas o gaseosa, solían dárselo a escondidas o meterlo en su mochila pero solo fue cuestión de tiempo para que algún enfermero lo descubriera,
y le prohibieran rotundamente que le trajeran comida de afuera del hospital ya que alteraría su metabolismo y podría afectar la acción de los medicamentos que estaba tomando.

La comida del hospital no era mala pero no estaba acostumbrada a seguir una dieta tan especifica, además de que le tenia cierto desprecio al pescado y tenía que comerlo al menos dos veces por semana.
Y de no comerlo pasaría hambre hasta que llegaran sus padres a verla.

El reloj de su teléfono marcaba 21:37 de la noche y el hospital parecía estar desierto, hacia media hora que tenía ganas de ir al baño pero necesitaba la ayuda de una enfermera para moverse o podría sufrir calambre o desgarro muscular, trato de llamar a alguien pero su garganta no parecía hacerle caso.

Se quedó pensando como podía llamar la atención de algún guardia para que le llamaran al enfermero de turno pero no se le ocurrió ninguna opción, solo le quedaba esperar a que alguien se dignara a aparecer en esta habitación.
Volvió a coger el celular pero esta vez para escribirle a su papá y pedirle que venga al hospital y le trajera un poco más de ropa ya que paula se había llevado la que estaba sucia y no tenía más que lo tenía puesto en ese momento.

Dejo el celular sobre la mesita de luz y se quedó mirando al techo hasta que la puerta se abrió, rápidamente se levantó y miró en dirección a esta.
Una mujer de pelo ondulado hasta los hombros entró, tenía una túnica celeste que le dan a los acompañantes en ciertas zonas donde hay un virus o una enfermedad contagiosa.

Maia: ¿Anne?

El sombro la dejo congelada ya que no esperaba que la mamá de max estuviera en este hospital, un montón de pensamientos llegaron a su cabeza ¿será que tiene una mala noticia? ¿Le pasó algo a max? Podía sentir como un nudo se le hacía en la garganta y le costaba respirar, su corazón parecía salirle del pecho y tenía los músculos entumecidos.

Anne: hola Maia ¿cómo estás?

Maia: bien ¿pero qué haces aquí? ¿Le pasó algo a max?

Anne: no, tranquila no le pasó nada, aproveche que se quedó dormido para venir a ver cómo estabas

Maia quedó en shock, si Anne estaba aquí con ella significaba que max estaba en este hospital.

Maia: ¿max esta acá?

Anne: si, al igual que tú fue trasladado al hospital más cercano y resulta que es este

Maia no pudo contenerse y comenzó a llorar desconsoladamente, la joven madre se acercó a ella y la abrazó sin hacerle mucha presión ya que sabía de su condición y no quería lastimarla.

Anne: tranquila, todo estará buen te lo prometo

La chica se recostó un rato hasta quedarse dormida, Anne la acomodo suavemente en la almohada y la tapo para después marcharse.

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Los quiero mucho

Bay bay

Parque Temático ( No Estarás Sola)Where stories live. Discover now