LVI

1.3K 198 75
                                    

(2/3)

Quackity jugaba inquieto con sus dedos, mirando a todos lados del blanco pasillo, esperando que Luzu, o su madre, aparecieran frente a él, sintiendo agobio entre toda la blancura y el horrible olor a alcohol que hacía su nariz picar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Quackity jugaba inquieto con sus dedos, mirando a todos lados del blanco pasillo, esperando que Luzu, o su madre, aparecieran frente a él, sintiendo agobio entre toda la blancura y el horrible olor a alcohol que hacía su nariz picar.

— ¡Quackityyyy!— canturreó Luzu, el castaño corrió un poco hacia él con una sonrisa, había podido notar los ojitos de cachorro perdido desde lejos.

Abrió sus brazos y Quackity no dudó en acomodarse en el abrazo, sonriendo al sentir la calidez de su novio.

— Todo está bien, amor— murmuró el castaño—. ¿Vamos a la sala de espera?

Quackity sólo asintió, caminaron a la par, con Luzu rodeando los hombros del castaño con un brazo, hasta llegar a dicha sala, una parte más relajada, cálida y un poco más humana comparada al resto del hospital.

— Estás muy callado, Quackity— dijo Luzu, en cuando se sentaron algo apartados de las otras personas de la habitación.

El tono de su novio había sido suave, pero ambos sabían que había sido más una exigencia.

N-No quiero hablar— murmuró él pelinegro, mirando a Luzu, esperando que comprendiera.

Luzu apretó sus labios en una mueca, tomó las manos de Quackity, acunándolas entre las suyas.

— Sabes que estoy aquí para ti, siempre— dijo—. Y no es que quiera que me cuentes qué piensas sólo para exigirlo... Te noto mal, Quackity, y si hablas conmigo quizás te alivie.

Quackity mordió su labio inferior, bajó su mirada hacia sus manos, abarcadas completamente entre las de Luzu

No qui-ero que su-fran— murmuró el pelinegro—. No qui-ero que llo-res, no qui-ero que les du-ela.

Quackity sorbió un poco su nariz, aguantando las lágrimas.

No qui-ero morir— admitió.

Luzu no tenía palabras, sintió sus palabras abandonarlo, sólo atinó a abrazar a Quackity, dejando que algunas lágrimas corrieran por sus mejillas.

— No vas a morir, Quackity— dijo, su voz era segura.

L-La pa-san mal p-porcul-pa— balbuceó Quackity, entre llanto.

Quackity, eres la persona que más felicidad me trajo en toda mí vida— dijo el castaño—. Y... Sí la paso mal cuando te veo mal, pero no se compara a toda la alegría que me da tenerte.

>> Así que no pienses en que nos haces sentir terribles, porque eres la persona más linda que pude conocer, y nunca dejes de serlo.

>> Y no vas a morir, porque nadie va a dejar que eso pase, ni yo, ni tu madre, ni los doctores... Sólo hay que pelear un tiempo, ¿Bien? Tú puedes pelear, Quacks, lo sabes.

Quackity no respondió, se apartó para secar sus mejillas con la manga de su abrigo.

Te a-mo, Luzu— murmuró, con una pequeña sonrisa.

Luzu había logrado calmarlo, quizás no reconfortarlo del todo, menos haberlo convencido, pero entendía con todo su corazón que su novio no se rendiría con él.

— Te amo más— respondió.

— Te amo más— respondió

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Loud ๑ Luckity ②Donde viven las historias. Descúbrelo ahora