Capítulo 13: Vestuarios y necesidades [R+18]

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— ¿Qué pasa Bakugo? ¿Es que tú ya tienes a alguien para eso?

— ¿C-Cómo? ¡Pinky! — Iba a matarla, lo habría hecho si no fuese por Kirishima y Pikachu sujetando sus brazos, para acabar llevándolo fuera de la cafetería. Tenía que agradecer haberse comido prácticamente todo. — Soltadme joder. — Se deshizo del agarre de ambos, quitándole al pelirrojo su mochila, que se había encargado de sacar de allí. — Iros a la mierda.

— ¡Bakubro no te enfades!

Pero ya se estaba yendo a la zona de entreno, no quería seguir cerca de esos gilipollas. A mitad de camino se dio cuenta de lo que había hecho, se había ido del comedor sin Deku, sin decirle nada. ¡Era idiota! Otra vez se había dejado llevar por sus emociones, parecía un crío inestable, furioso con el mundo. Entró en la sala dando un portazo y cuando estaba atravesando la puerta del vestuario escucho una voz mágica tras él.

— ¡Kacchan! — Deku debía de haber salido corriendo tras él en que tuvo oportunidad. El peliverde lo alcanzó y empujó para entrar ambos al vestuario. — ¿Estás bien?

— Claro que estoy bien inútil Deku, pero la puta Pinky es insufrible. — Aún no había dicho lo que debía decir. — Oye, perdona por irme sin decirte nada.

— No pasa nada Kacchan, yo también estaba deseando irme de ese interrogatorio.

No pudo contestar de nuevo a Deku, sus labios fueron presionados con necesidad por los del peliverde. Tras dejar caer su mochila, tomó entre sus manos sus nalgas para elevarlo del suelo. Presionó el cuerpo de Izuku contra la taquilla más cercana, dejando que sus bocas chocaran con violencia, pero necesitaba más de él. Con esfuerzo logró introducir una mano bajo su ropa sintiendo por fin la piel de Izuku.

Al principio Deku curvó la espalda cuando sintió las primeras caricias sobre ella, pero enseguida volvió a relajarse, no sabía hasta dónde quería llegar.

— Kacchan, tus manos queman.

Entonces entendió porque al principio había rehuido de ese tacto, estaba perdiendo el control de su quirk por completo. Separó sus labios de Izuku, tomando aire lentamente, mientras este se entretenía con su cuello, así era difícil no quemar nada.

— Perdona, pensé que tenía total control sobre mi quirk

— ¿Quién te ha dicho que me moleste?

Deku volvió a tomar sus labios con aún más hambre y desesperación que antes. Consiguiendo que sus manos volvieran a arder, inundando sus fosas nasales con el aroma de la nitroglicerina. Bajó por su espalda, metiéndose dentro de su pantalón, acomodándose sobre sus definidas nalgas antes de estrujarlas, logrando que Deku irrumpiera el ritmo del beso con un abrupto gemido.

— ¿Cuánto crees que tenemos hasta que vengan? — No estaba seguro de cómo Deku era aún capaz de formular frases.

— No lo sé. — Lejos de desalentar al nerd, aquello solo apresuró sus movimientos bajándose del agarre que lo levantaba del suelo. Empujándolo hasta uno de los bancos, mientras se quitaba la chaqueta y abría su camisa.

— Tendremos que ir rápido entonces.

Katsuki lo imitó abriéndose la camisa, pero a lo que pudo hacer algo más, ya lo volvía a tener encima de su regazo. No esperó recibir tal violencia de los labios de Deku, quería más. Respondió a la liberación de su boca tomando la piel al descubierto de su clavícula, hundiendo los dientes mientras Izuku maldecía mientras peleaba contra los pantalones de ambos. Cuando su miembro fue liberado suspiró agradecido, pero enseguida fue envuelto por la mano de su amante que tomó ambas longitudes para masturbarlas a la vez. Su mano era ruda y firme, llena de cicatrices, se sentía increíble. Al principio resultó molesto por la falta de lubricación, pero enseguida fue suprimido por la necesidad de correrse.

Un sueño con Lazos OscurosWhere stories live. Discover now