Prophecy [GOT]

Chapter 17

“Sorry”

Pocos días después de que Aly se haya encontrado al rey y la joven extranjera saliendo de la tienda de logística, todos en el campamento se enteraron que una noche en medio del bosque, Robb Stark y Talisa Maegyr se habían casado en secreto frente a un Septo y la fé de los sietes. La noticia no sorprendió a muchos, entre ellos Alyanna Snow y Catelyn Stark, pero a pesar de que ambas estén en contra de ese matrimonio ya no había nada que puedan hacer, más que desearles felicidad.

Su corazón dolía.

Sabía que amaba a Robb con toda su alma, sabía que probablemente sea el único hombre al que podría amar de esa forma, y se sentía tan estúpida, porque ella aún esperaba que él en realidad no haya desposado a esa extranjera. En el fondo de su corazón esperaba que una noche él vuelva a ella, que le dijera que no amaba a Talisa y quería que ambos huyeran juntos, lejos de aquella mujer, lejos de los secretos, lejos de esa guerra. Que le dijera que su matrimonio no contaba, porque la había desposado primero, que ella era su verdadera esposa y deseaba arreglar lo que había roto.

Pero solo era un sueño estúpido, porqué él jamás volvió a su lado.

Ninguno de los dos volvió a hablarse, estaban demasiado con tantas obligaciones que cumplir, desde que fue nombrada Lady Mano no hubo descanso para ella. Habían demasiados reclamos y tareas que el rey no podía volver por su mismo, o eran asuntos de poca importancia. El campamento básicamente cayó en sus manos, y había tantas vidas que salvar de esa guerra. Así que nadie más que ella sabia que no podían abandonar a sus familias de esa forma, no podían romper la unión legal de Robb.
Debía aprender a superarlo, abandonar sus sentimientos en lo más profundo de su corazón y seguir adelante. Ya no podía permitirse derramar más lágrimas o sangre en busca de perdón, debía ser fuerte, debía salir adelante, debía ser útil, debía concentrarse en la guerra, en los problemas, debía salvar a su familia.

Deber.

Debía hacer tantas cosas y era tan difícil. Pero lo haría, sería fuerte, seguiría adelante, salvaría a su familia, ayudaría a terminar la guerra, sería útil, pelearía con todas sus fuerzas y salvaría la mayor cantidad de vidas posibles. Lo haría sin ayuda, sola, porque mujer del acero o no, ella aún seguía siendo un dragón y no pararía de luchar hasta su muerte. 

Al menos eso fue lo que se prometió a sí misma aquella noche, dónde supo que el amor de su vida había decidido romper su unión para pasar el resto de su vida con otra mujer.