Historias diferentes: capítulo 2

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Está es otra de las historia diferente a la anterior, espero que os guste. 😉

El VIAJE DE LA PERRITA

La perrita quería ir de viaje, pero no tenía dinero y decidió hacer autostop...

Se fue caminando hasta una gasolinera que había a las afueras de la ciudad y allí espero que parase algún coche con dirección hacia donde ella quería ir.

Al poco rato paró un coche grande del que se bajó un hombre maduro y moreno. Ella le preguntó hacia dónde iba y si podía llevarla al sitio dónde ella quería dirigirse...

El le dijo que sí.


Ella espero a que el desconocido volviera a montar en el coche para montarse ella después

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Ella espero a que el desconocido volviera a montar en el coche para montarse ella después...


Era verano y hacia mucha calor, aún que estuviera el aíre acondicionado...

La perrita tenía muchos calores ya que se había percatado de cómo él, la miraba con deseo de follarsela y eso hacia que la temperatura de su cuerpo subiera.

Ella ni corta, ni perezosa, comenzó a ir subiendo poco a poco y disimuladamente, la minifalda, hasta el punto de dejarse asomar el tangita que llevaba puesto.

El que la estaba mirando de reojo, le dijo sin cortarse un pelo...

- Ummm... ¿Tienes calor perrita? ó... lo que quieres es pagarme el favor de llevarte, enseñándome lo que tienes debajo de esa minifalda.

Ella, asintió con su cabeza, dándole a entender que eso era lo que ella realmente quería.

El sonrió picaronamente, diciendole...

- Pues no te cortes y quítate la minifalda, para que pueda ver bien, lo que hay debajo de ella.

Le decía, mientras observaba los pezones de ella, los cuales estaban duros y se le marcaban sobre el top que llevaba puesto por no llevar sujetador.

Ella comenzó a quitarse la minifalda, al hacerlo uno de sus pechos se le salió por el escote del top.

El, al ver aquello...

Se le empezó a ponérsele su polla demasiado dura, más de lo que ya la llevaba y no podía aguantar las ganas de follarse a esa perrita que llevaba en su coche. Puso su mano en la entrepierna de ella, hasta llegar al coñito que tanto deseaba follarse...

- Ummm... Oh! Vaya si tienes ganas de que te follen ¿no?... pues tienes este coñito, demasiado húmedo.

Ella, doblemente excitada por la acción de él dando un gemido, al sentir aquella mano sobre su coñito, contesta con su voz agitada por lo cachonda que iba...

Historias diferentesWhere stories live. Discover now