Historias diferentes: capitulo 4

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EL LIBRO MÁGICO

Quería dejar mí anterior vida atrás, así que decidí hacer las maletas y cambiar de ciudad...
Me encontraba paseando tranquilamente por una calle
de aquel sitio Totalmente nuevo, mirando escaparates para ver si encontraba algo para mí nueva casa.
Estaba ya algo cansada de dar vueltas y no encontrar nada que me gustara realmente.

En ése momento...

Divisé una pequeña tienda en un callejón medio oscuro, iluminado por la poca luz que salía de allí. Al principio no me atrevía a ir pues el sitio parecía sacado de una película de terror, pero después me pregunté por mis adentros...

- (¿y sí encuentro algo que merezca la pena?).

Así que me arme de valor y me dirigí hacia allí.

Al entrar me quedé boquiabierta, pues el lugar era una tienda de antigüedades, parecía un lugar mágico, observé todo con detenimiento, aquellas cosas parecían sacadas de un cuento de hadas, relucían brillaban todas, pero había una que me llamó mucho la atención, era un libro el cual parecía muy antiguo, pero... No era por eso por la razón por la que me había llamado la atención, algo dentro de mí me atrajo hacia el, lo cogí y busqué al responsable de la tienda, compre el libro y
me fui hacia mí casa, una vez allí...

Ya era tarde, así que me duche, cené algo rápido, seguidamente me coloqué mí camisón y me tumbé sobre mi cama, abrí el libro, del cual desprendió una especie de polvo que se metió por mi nariz, haciéndome estornudar y comencé a leerlo...

De pronto una luz salida de aquel libro, iluminó toda mi habitación, aquél fogonazo, me transportó a otro lugar. A un lugar con bastantes espejos, donde la mayoría de la gente llevaba mascaras, algunos llevaban sobre sus manos látigos, otros unos disfraces poco comunes, algunos con esposas sobre sus muñecas y vendas en sus ojos y todos ellos tenían algo en común, desprendían un aroma, a sexo el cual me embriagaba.

_(¿Dónde estaba? ¿cómo había llegado hasta allí? ¿Cuál era aquel sitio que de tal manera llamaba tanto mí atención?).

Mientras me hacía esas preguntas...

Sentí que alguien me agarraba mí cintura, por mí espalda, susurrándome sobre mí oído...

- ¿Qué hace una gatita tan linda sola en un lugar como éste?

Al escuchar aquello me miré en uno de los espejos que había esparcidos por allí y vi que llevaba puesto, un traje ajustado de cuero negro, una diadema con orejas de gato y una cola que salía de mí culito, por un pequeño agujero que llevaba el traje, del cual no me había percatado hasta ese momento.

Yo algo nerviosa por la situación en la que me encontraba, con mí voz algo temblorosa le respondo...

-No... no lo sé, la verdad es que no se qué hago aquí ni como he llegado, ¿do... dónde estoy? ¿que... qué lugar es éste? ¿co... cómo he llegado hasta aquí?

Él, calló mí boca con un dedo suyo, haciéndome callar en seco, para después dar una vuelta sobre mí observando todo mi cuerpo.

-sshhuuu calla, las zorritas sumisas cómo tú no pueden preguntar tanto, aquí te limitarás a obedecer mis órdenes, ahora estás bajo mí mando, sólo podrás hablar cuando yo lo ordene ¿entendiste gatita traviesa?

Me dijo dándome un suave latigazo sobre mis nalgas.

Asentí con mí cabeza, dándole a entender que lo había comprendido.

A veces no puedo cerrar mí boquita, pero en ese momento la cerré por completo, aquél sitio, me excitaba demasiado.

- Así me gusta, eso está mucho mejor ¡ahora ven sígueme!.

Historias diferentesWhere stories live. Discover now