𝑬𝒍 𝒎𝒂𝒈𝒐

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 El sol que entraba por la ventana despertó a un chico malhumorado y despeinado, este se levantó para cerrar las cortinas con violencia murmurando cosas sin sentido para luego desplomarse nuevamente en la cama. Él observó el techo unos minutos en silencio mientras vagaba en sus pensamientos, junto todas sus energías y logro levantarse de su cama para ir a tomar una ducha rápida.

 Luego de quince minutos el adolescente salió del baño, secando su cabello con una toalla pequeña mientras bajaba las escaleras para ir a desayunar, se paró frente al mostrador de la cocina y tomo uno de los platos que estaban apoyados allí, olfateando el contenido en este con una sonrisa.

"Huele delicioso." Comento él, se sentó frente a su padre, dejó su plato en la mesa y tomó uno de los panqueques cubiertos con miel de maple para metérselo entero en la boca con los dedos, teniendo dificultades para masticar.

"Obviamente, los hice yo, así que están deliciosos en todo sentido... Por cierto, ¿sabes que estás llegando tarde, verdad?" Su padre preguntó, mordiendo su sandwich, manteniendo sus ojos en el periódico en su mano izquierda.

"Mm, el despertador no sonó... Otra vez." El adolescente se metió un panqueque más a la boca, se puso de pie y tomo su mochila de los ganchos que estaban a lado de la puerta trasera para luego ponérsela sobre uno de sus hombros. "Gracias por el desayuno, me gustaría comerme todo, pero llegaré más tarde de lo que estoy llegando ahora." Hablo con la boca llena, se acercó al mostrador de la cocina y tomó la bolsa de papel que contenía su almuerzo de este.

 El padre del chico se puso de pie, dejo el periódico de lado y se acercó a su hijo con una sonrisa amable, lo que hizo que el adolescente se detuviera. "Eres un desastre." Él retiró la toalla del cuello de su hijo para luego acomodar su cabello, despeinándolo de manera que quedara estilizado. "Ten un buen día, ardillita y no olvides venir a horario, tengo una sorpresa para ti." El hombre agregó el apodo al notar las mejillas de ______ llenas de comida, ganándose una dulce risa por parte del menor.

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 Mientras regresaba a casa escuchando música, vi una camioneta negra estacionada a lo lejos en la acera habitual por la que volvía, allí vi a un hombre saliendo detrás de ella con bolsas de compras. El hombre tropezó y cayó al suelo, lo que me hizo reír por dentro, pero logré contenerme y acercarme a ayudarlo.

"¡Oh, pero qué torpe soy!" El individuo vestía de manera peculiar con un sombrero alto, gafas de sol grandes y presentaba un rostro más pálido que el resto de su piel.

"Uh, déjeme ayudarle, señor." Colgué mis auriculares en mi cuello, me agaché para juntar los productos a mi alcance y le sonreí al sujeto de sombrero con amabilidad, metiendo las cosas en una de las bolsas de papel con cuidado. "¿Está bien? ¿No se lastimó?" El hombre negó con la cabeza y sonrió mientras recogía las cosas conmigo. Cuando terminamos, nos levantamos, colocamos las bolsas en la parte trasera de su camioneta y yo comencé a estirar mis brazos hacia arriba, soltando quejidos bajos para luego sostener con ambas manos las correas de mi mochila. "¿Por qué estás vestido así? ¿Eres de esas personas que quieren parecer extravagantes o algo así?"

"Soy mago." Asentí ante aquella respuesta, prestándole más atención al interior de la camioneta y notando que dentro había globos negros chocando contra el techo, por lo que salte de la emoción.

"¡Globos negros, qué genial! Es mi color favorito aunque de hecho no es un color, sino la ausencia de este mismo." Hablé rápidamente inclinándome hacia delante, colocando una mano en mi rodilla mientras con la otra intentaba alcanzar los globos. "Lo siento, cuando me emociono suelo hablar de más o hago cosas tontas de las que luego me arrepiento." Al tocar uno de los globos, los demás se movieron, solté una risa infantil y luego me enderecé para mirar al hombre, tratando de tranquilizarme ajustando de nuevo las correas de mi mochila negra.

"No te disculpes, creo que es adorable el hecho que te entusiasmas incluso más que los niños pequeños a los que les hago mis shows." El mago me miró con una sonrisa amistosa, observándome detenidamente desde mis pies hasta mis labios."¿Quieres ver un truco de magia, muchacho?"

"Uh, eso sería increíble." Recordé las palabras de mi padre, observé mi reloj y me di cuenta de que estaba llegando tarde. Suspiré con pesar y miré al hombre con tristeza, frunciendo levemente el ceño. "Tendrá que disculparme, señor mago, debo irme ahora, pero quizás la próxima, tenga un buen día." Mientras me alejaba, me giré en la esquina para despedirme con la mano antes de continuar corriendo rápidamente hacia mi casa.

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 Cuando ______ llegó a casa, se detuvo en la puerta para recuperar el aliento antes de abrirla. Al entrar, fue recibido por el olor de pizza casera cocinándose en la cocina. Depósito su mochila en los gachos de la pared empujó la puerta con el pie para cerrarla y se encaminó a la cocina.

"Ve a ducharte, esto estará en el tiempo en el que salgas del baño." Su padre estaba preparando la pizza, hablando de espaldas, el más joven asintió y se fue rápidamente al piso de arriba.

 ______ se dirigía a su habitación mientras su mente vagaba en pensamientos de alegría. Su mano se bajó lentamente hacia sus pantalones, y comenzó a desabrocharse el cierre, mientras empujaba la puerta con la espalda para abrirla, cantando en voz baja 'Pizza, pizza, pizza.' Con el ritmo de la conga. Al escuchar una risa conocida, se giró rápidamente y quedó en silencio al ver a su hermano mayor sentado en el borde de su cama, vistiendo su camiseta preferida.

"¿Comeremos pizza?" El mayor, con la voz ronca por acabar de despertar, se acomodó el cabello negro despeinado con una mano. "Genial." Se levantó y subió la camiseta que tomó prestada del armario de su hermanito para acariciar la suave piel pálida de su delgado abdomen, revelando un tatuaje que se asomaba ligeramente por la cinturilla de su bóxer negro.

 El menor tenía los ojos abiertos de par en par, la boca entreabierta, las manos temblorosas y sudorosas, con el corazón latiendo fuertemente en su pecho. Estaba lleno de miedo, no quería que se repitiera lo que había ocurrido en el pasado. "¿Qué estás haciendo aquí? Creí que te estabas quedando con los abuelos." El adolescente se giró hacia su armario, tratando de volver en sí, buscando algo cómodo para vestir, mientras sentía la mirada de su hermano en su nuca, lo que lo ponía nervioso y le dificultaba concentrarse en la tarea sencilla que estaba haciendo.

"Solo vine a ver a papá después de mucho tiempo de no visitarlo, han pasado doce años y lo extrañaba... También te extrañaba a ti." Cameron se acercó a su hermano por detrás, envolviendo sus brazos en su cintura mientras se inclinaba un poco, apoyando su frente en el hombro del menor. "Lamento lo sucedido en el pasado, pero te aseguro que no volverá a ocurrir. Estuve ausente durante muchos años y pronto comenzaré la universidad, así que no me quedaré mucho tiempo."

"Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, también te he echado de menos y, mira, si no hablas del pasado, yo tampoco lo haré. Lo pasado, pasado está." Con gentileza el más bajo acaricio las manos de su hermano mayor, cerrando sus ojos para disfrutar del abrazo, sintiendo como empezaba a relajarse en los brazos del chico. "Tengo que ir a ducharme, quítate mi camiseta y baja con papá, yo los acompañaré en unos minutos." El individuo de cabello oscuro se quejó, desenredando sus brazos de alrededor de su hermanito para quitarse la camiseta de mala gana y salió de la habitación sin camiseta, mientras que ______ tomó una camiseta de color celeste y unos pantalones de chándal antes de dirigirse al baño con una sonrisa en su rostro.

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Por favor, comenten en los capítulos, hijos de su recalcada puta madre. :)

𝐄𝐧𝐟𝐞𝐫𝐦𝐨 | 𝐌𝐚𝐥𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫Where stories live. Discover now