𝐄𝐧𝐟𝐞𝐫𝐦𝐨 | 𝐌𝐚𝐥𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫

𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔

-Mentiste _____ -Fue lo primero que dijo el raptor cuando entró al sótano, levante la mirada y lo mire a los ojos, mi nariz estaba roja y mis labios temblaban.

-¿Dónde está? -pregunté desesperado y preocupado, me limpié rápidamente la cara con la manga de mi camiseta y me levanté del suelo haciéndole frente mientras mordía mi labio inferior para no llorar.

-Ah, estoy seguro que ahora está en un lugar mejor -dijo como si nada mientras estiraba los brazos hacia arriba como si hubiera matado a un insecto molesto.

-P-perfecto, ahora podremos ser solo tú y yo -sonreí dulcemente y pase uno de mis dedos por su pecho haciendo círculos allí suavemente.

-¿Qué pasa, chiquito? -él tomó mi muñeca deteniendo el movimiento de mis dedos en su pecho- ¿qué pasa con este drástico cambio de actitud tuyo, huh? -reí entre dientes suavemente, mi cabeza es un desastre en ese mismo y mi estómago se estaba incendiando.

-No traigas a nadie más, solo tú y yo estamos bien -hundí mi rostro en su pecho y suspiré pesadamente- Por favor, solo nosotros... Para siempre.

-¿No hablas en serio, verdad? -dijo incrédulo.

-Estoy siendo cien por ciento sincero -él tenía una mirada muy rara, parecía feliz- tu eres solo para mí, no traigas a otra persona aquí o me pondré muy celoso -me separe de su pecho y lo mire a los ojos, le dio un beso en la mejilla y sonreí dulcemente para después pegarle en la entrepierna con toda mi fuerza.

-Mocoso hijo de... -él cayó de rodillas agarrándose la ingle con las dos manos y murmurando maldiciones.

-Eso fue por lo de Billy y mi brazo -suspire ahora más aliviado por al menos poder pegarle en donde más le duele y él se levantó del piso- te ves lindo de rodillas.

-¿Eh, que acabas de...? -él se quedó boquiabierto y rió un poco mientras se seguía quejando del dolor en su ingle- Tu enano fastidioso... ¡No vuelvas a golpearme en las pelotas otra vez!

-No prometo nada, anciano -me acerque al colchón y suspire al recordar a Billy, sacudí mi cabeza y me senté para luego observar al raptor desde lejos.

-Debo ponerme hielo o algo -murmuró mientras se levantaba lentamente del suelo- ¿Quién diría que el enano tenía fuerza después de todo? -añadió intentando tomar el control de la situación de nuevo, pero como fastidiar es mi hobbie favorito no iba a dejarlo ahí.

-Dime pervertido ¿quieres tenerme de rodillas frente a ti? -trate de sonar seductor, mordí mi labio inferior y lo mire de arriba a abajo- Apuesto a que desde que nos vimos por primera vez fantaseaste con enterrar cada maldito centímetro de tu miembro en mi.

-Uh... Verás es que yo -Él se quedó en silencio viéndome y se notaba bastante nervioso, tragó saliva ruidosamente y sonrió nervioso- será muy raro si digo que si, pero si lo niego es obvio que sería una mentira... Así que si, he fantaseado con cogerte de mil formas diferentes, quiero sentir la sensación de cómo tu trasero virgen aprieta cada centímetro de mi miembro mientras lloras de placer -después de decir tal cochinez el pervertido se sonrojo y aclaró su garganta varias veces.

-Si te ganas mi cariño, entonces podremos hacerlo -le guiñe y sonrió divertido, aunque también me sonroje por haber escuchado sus fantasías sobre mi- p-por cierto... Ahem, te ves lindo cuando estás nervioso.

-No... Uh, deja de decir esas cosas -fue lo único que dijo antes de irse rápidamente, su voz temblaba y era suave como una caricia.

Cuando oí la puerta cerrarse me acosté en posición de estrellas mientras miraba al techo, aspire pesadamente y cerré mis ojos.