uno

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Soledad no deja de ver al prometido de su prima y como ella lo presume, ambos son tan perfectos juntos, como pudo fijarse en alguien que jamás pondrá sus ojos en ella. Su madre chila de emoción abrazándola como si fuera su hija, lo mismo hace su padre.

No tiene envidia por ello, solo un sentimiento de melancolía, porque a pesar de todo este tiempo, se a acostumbrado al desamor de sus padres, Roxana llego a esta casa hace años desde que era una niña, no recuerda como cambio todo, solo que ella estaba llorando de que le había pegado, sus padres al principio la regañaron, pero los lloriqueos de Roxana aumentaron a tal grado que no pudo más Soledad enfrentándola a vista de sus padres al darse cuenta que era mala con su prima.

Le robo el amor de sus padres, sus cosas, cualquier chico que se le acercaba terminaba en las piernas de su prima, duele al principio, pero ya su corazón se ha hecho una roca.

No acepta la copa que Fernando le ofrece y se queda con ella observando a la futura pareja que contraerá matrimonio en tres días.

Él sabe lo que le duele a su prima ver al hombre que ama con esa arpía, pero el también es igual o no estarían juntos ambos.

—No debería importarte, hay más peces que ese idiota—ella sonríe porque sabe que está en la misma situación.

—aun la amas, ¿Verdad? Es una pena que no viera el hombre que eres.

—Eso ayudaría a que lo dejará—ella se giró quedando frente a él.

Fernando era apuesto un hombre de negocios, alguien que ha estado perdidamente enamorado de su prima, pero que cambio no lo sabe y el solo le destrozo el corazón, a los pocos días llegó del brazo con Gustavo, quedo sorprendida porque en la mesa estaba Fernando esperando a Roxana, pero ella ya tenía planes con alguien más.

No son amigos, pero hay cariño entre ellos y claro vio en sus ojos rabia y decepción, Roxana le pidió tiempo y el solo compro un anillo para pedirle matrimonio.

—Bueno todo indica que se casaran —Fernando hizo una mueca al escucharla—Ya no importa, quiero irme al extranjero y terminar la universidad, después de mi accidente no he podido—dijo ella con melancolía.

No recuerda como paso, pero solo que iba conduciendo cuando alguien se cruzó en la carrtetea que da al bosque, perdió el control estampándose con un árbol, su pierna es la que se llevó la peor parte, tiene una cicatriz desde arriba de su muslo hasta su rodilla, nunca usa vestidos cortos, aunque tuvo el mejor cirujano parecía que nunca tuvo nada.

Pero hay momento que empieza a desnivelarse por estar mucho de pie y no le gusta usar el bastón, solo para que Roxana se burle de ella.

—Deberías tomar lugar no es bueno que estés mucho de pie.

—Estoy bien solo quiero que termine esta fiesta y desparecer de todo esto, además dudo que mis padres les preocupe, parece Roxana más su hija que yo.

—Deberías hacer algo. —Ella encogió los hombros ya no le importa.

—Me quiero ir, y no regresar, sabes mis sentimientos como se los tuyos, no quiero ver a Roxana llegar con su esposo, no estoy preparada, aun no sé cómo le hare en la boda para verlo casarse con ella, no puedes evitar el sentimiento por más fuerte que un sea, pero verlo con ella en el altar me va abrir los ojos.

—Dímelo a mí, tengo negocios con tu padre, no puedo irme aun me quedan cinco años.

Fernando no dijo más y solo dejo que soledad se fuera, para ella era un martirio ver la felicidad de Roxana y solo esperaba que lo hiciera feliz, Gustavo no era un mal hombre solo tenía una mirada demasiado fría.

Se recargo en la pared cuando entro al baño, y recordó como su corazón se agito al verlo entrar, sus ojos eran los más hermosos que había visto y esa sonrisa cuando estaba con Roxana era sincera, la amaba de eso no había duda, pero ella ¿Lo ama? Tal vez se casará con él, pero también sabe que Roxana le gusta vivir bien y siempre ha derrochado el dinero de la familia, su padre no le pone límites solo la regaña, pero no pasa de ahí.

Se refresco el rostro y Debia buscar un lugar para estar más tranquila en lo que la fiesta de compromiso termina. Seis años amándolo en silencio, seis años que ahora pondrá punto final a su realidad.

Soledad camino por el pasillo de su casa, y las risas se escuchan quiso pasar de largo, pero fue inevitable detenerse en la biblioteca, gusto Debia pasar por ahí y la puerta estaba entre abierta.

—¡Al fin nos casaremos Gustavo! No tendré que soportar las malas caras de mi prima, no sabes cómo me odia, siempre he querido llevar la fiesta en paz, pero claro lo hace porque la descubrir diciendo que te amaba. —Gustavo frunció el ceño con asco. —Puedes creerlo, que patética, no quiero imaginar que te desee.

—Sabes que no veo a otra mujer que no seas tú, tranquilo amor, jamás me fijaría en ella, no es mi tipo, no es como tú—Roxana sonrió sabe que Gustavo la ama solo a ella.

—Eso lo se amor, pero ella cree que puede conquistarte, ya la viste como viste, dios parece una monja no dudo que sea virgen quien le hará el milagro, por dios.

—Ni lo piense, jamás dejaría a una verdadera mujer como tú, además quienes se fijaría en una mujer tan insípida como ella, solo me causa lastima—dijo el en su boca acto que Soledad estaba escuchando con los ojos llenos de lágrimas. —Es una pena todo el dolor que te ha causado, con tus tíos, no tiene derecho a humillarte cada que se le dé la gana.

Soledad se estrujo, Roxana había creado una villana y ella lo era, nadie le cree nada, menos Gustavo quien piensa que la lastima y la humilla cuando es al revés.

—Promete que defenderás nuestro amor Gustavo, de esa arpía y cualquiera que nos robe nuestro amor.

—Lo hare, no dudes de ello, quien te haga dado pagara el triple—la rubia sonrió satisfecha sabiendo que la estúpida de Soledad escuchaba, lo beso y bajo su mano a su bragueta sacando su miembro listo para complacer a su futuro esposo.

Ella no iba a seguí escuchando mucho menos verlos tener sexo, salió de ahí acalorada por la situación, y con los ojos llenos de lágrimas es así como el piensa de ella, tenía una idea de Gustavo, pero es peor que ella, ambos se merecían, tal para cual, se sacudió llena de asco, como pudo enamorarse de un hombre así.

Gustavo no tenía tacto mucho menos merecía su amor platónico, limpio sus lágrimas y tropezó con su madre que le grito estúpida por no fijarse quiso disculparse, pero su misma madre no escucha, no le interesa y solo provoca que se vaya llorando a su habitación. Se encierre y solo quiere que Roxana se vaya de sus vidas, tal vez así sus padres vuelvan a fijarse en ella, solo así vuelva a ser la hija de sus padres y todo el amor que ella enveneno se limpie de una vez por todas.

—¿Habrá un final para mí? —se preguntó ella mirando su cicatriz—Alguien que me ame y no se aborrezca, o soy muy tonta por creerlo. —se abrazó y se quedó dormida llena de dolor.

Falso MatrimonioWhere stories live. Discover now